EscucharPoco más de seis horas se llevaron los investigadores del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Quepos solo analizando la escena del crimen de la doctora María Luisa Cedeño Quesada.
Durante el juicio por el asesinato de la anestesióloga, el perito judicial Ronny León Fernández le contó a los jueces que los agentes iniciaron con su labor en el lugar a las 3:20 de la tarde y terminaron cerca de las 9:40 p.m. del lunes 20 de julio del 2020, día en que se descubrió el homicidio.
León aseguró que la escena fue manipulada, porque además de intentar limpiar la sangre, a la víctima la bañaron.
“Si bien es cierto en el escenario había mucha sangre, el cuerpo de la doctora no presentaba tanta sangre, es decir, ese cuerpo fue lavado, lo bañaron, intentaron borrar posibles rastros de indicios.
“Posteriormente lo colocan en la cama, donde se termina de secar el cuerpo y toda el agua va a quedar sobre el colchón”, detalló en su declaración.
La fiscal Grettel Rosales Hidalgo, de Quepos y encargada del caso, le preguntó que si era posible que eso lo hubieran hecho mientras la doctora seguía con vida, pero el investigador no cree que haya sido así.
“Definitivamente la cargaron hasta el baño que tiene puertas bastante angostas, para posteriormente sacarla y dejarla sobre la cama.
“Por la contextura que tenía la doctora, en vida difícilmente podía ser trasladada, debido a que va a luchar, como luchó por su vida, muy probablemente la trasladaron ya fallecida”, expuso.
El agente judicial aseguró que a ella la bañaron en el baño de la habitación 3, porque cuando aplicaron Luminol (técnica para determinar si en algún sitio hubo rastro de sangre), dio positivo.
“En el momento que se aplica el Luminol, ahí se emanan imágenes que enfocan que hubo sangre, las cuales fueron lavadas”, explicó.
Las autoridades también encontraron descolgado el teléfono de la habitación, así como el celular de la víctima en modo ‘avión’.
“Intentaron borrar rastros e indicios con la intención de que la Policía Judicial no pueda llegar a los responsables del hecho”, sostuvo en su declaración.
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Una mujer muy fuerte
Menciona que no encontraron una huella de arrastre del cuerpo, solo la marca de unos dedos en una de las piernas de la médica, donde posiblemente la pudieron agarrar para cargarla.
De acuerdo a su experiencia, él considera que María Luisa luchó por su vida, primero por los trozos de las uñas que quedaron cerca de su cuerpo y además porque era una mujer atlética.
“Por su contextura era una mujer atlética, al momento de los hechos no estaba bajo ninguna bebida alcohólica, ni bajo ningún tipo de droga, es decir, estaba lúcida, perfectamente iba a luchar y lo hizo por conservar su vida”, declaró el perito.
Pese a que era una mujer fuerte, el supuesto principal agresor también lo es, ya que León describió a Herrera, uno de los acusados, como un hombre atlético, corpulento y bastante fuerte, además considera que no estuvo solo en el hecho.
“Una mujer siempre se tiende a defender, es difícil que no haya un grito mínimo de auxilio, si bien es cierto Herrera es fuerte, tuvo que haber otras mentes que permitieron darle ideas para modificar el escenario”, comentó el testigo.
Las autoridades notaron, además, que la víctima tenía fuertes golpes en la cara.
“Signos de que también tuvieron que golpearle bastante el cuello”, mencionó el investigador.
También señaló que tenía signos de asfixia en el cuello.
“En el momento que se intenta asfixiar a una persona, todas la lesiones van a ser internas, se van a ver reflejadas en la autopsia, pero externamente todavía se le ven signos de posibles agarre y golpes”, dijo.
Junto a Herrera también está acusado un empresario de apellido Bodaan, quien era el dueño del hotel La Mansión Inn en Manuel Antonio, donde mataron a la doctora, quien estaba de vacaciones solo con su perrita de nombre Mafalda. El otro acusado es un administrador de empresas de apellido Miranda.
