Miurrell Jazmín Torrez Rankin dedicó sus últimos tres años y medio de vida a estudiar, su deseo era superarse académicamente y así conseguir un trabajo en alguna oficina.
Así lo contó su hijo Yohanzel Centeno a La Teja, quien continúa enfrentando la devastadora ausencia de su madre, asesinada a balazos en una aula de la escuela de Tortuguero, en el Caribe del país, mientras realizaba un examen de español.
Ella cursaba el undécimo grado y le faltaba solo medio año para graduarse, cada vez veía más de cerca su sueño.
Las autoridades judiciales afirman que ella tampoco tenía antecedentes y no era conocida policialmente.
En apariencia, este homicidio habría sido ordenado por el supuesto narcotráficante llamado Alejandro Arias Monge, alias el Diablo, quien es buscado por las autoridades policiales desde el 2020, por amenazas a ganaderos y hasta a la Policía.
Los investigadores tratan de determinar las razones de su ataque delante de muchas personas, incluyendo uno de los hijos de ella, quien estudiaba con ella en el Centro Integrado de Educación de Adultos (CINDEA).
“Mi mamá estudiaba en el Cindea porque quería superarse académicamente, pensaba en trabajar en algún puesto que le beneficiara su salud, porque ella tenía sobrepeso y desgaste en las rodillas, le dificultaba estar mucho tiempo de pie, pensaba estudiar para ser recepcionista o administración de empresas o computación, algo que no llevara tanto esfuerzo físico, sino desde la comodidad de un escritorio poder trabajar”, manifestó el hijo.
Yohanzel afirmó que su mamá entró al Cindea desde el 2020 cuando comenzó a cursar el octavo grado.
Yohanzel vivía junto a su mamá, sin embargo, asegura que la mayor parte del tiempo él la pasaba en el cuarto y solo hablaba con ella sobre los deseos que ambos tenían de superarse.
“No padezco de depresión ni nada de eso, sin embargo, disfruto de mi soledad, a veces hablaba con mi mamá sobre temas como lo que queríamos estudiar y qué hacer en la vida”, manifestó el muchacho, quien asegura que su madre nunca le dijo que tuviera problemas; no obstante, por un hermano sí supo que meses atrás la habían amenazado, pero no supo por qué razón.
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Carga un pesar
Yohanzel trabaja horneando pan en las madrugadas y en las noches, trabajo que tiene en la zona, asegura que tras el homicidio de su mamá ha sentido un pesar al recordarla cómo la vio por última vez con vida y porque no se despidió.
“El martes me tocó ir a hornear pan a las cinco de la mañana, cuando regresé (a la casa) me sentía cansado y el sol me golpeaba, me acosté a las tres de la tarde y a las cinco de la tarde me bañé y me fui rápido para ir a hacer el pan, cuando iba saliendo mi madre estaba sentada en el sofá y me da pesar porque ni siquiera me despedí de ella, uno jamás iba a pensar que le iba a pasar eso”, recordó el hijo.
En medio de tanto dolor recuerda a su mamá como una persona amable, amigable quien siempre tenía un saludo para los demás, no le conocían enemigos.
Hasta el momento no hay sospechosos detenidos por este alarmante hecho que ocurrió dentro de la institución educativa.
Algunos testigos dijeron que los pistoleros antes de disparar dijeron: “esto es parte del Diablo”.
“No le puedo corroborar la historia porque no estaba presente en el momento de los hechos, pero cuando yo llegué y pregunté me dijeron que eso fue lo que vociferaron los dos asesinos”, dijo el muchacho.
Esta balacera ocurrió a 75 metros de la delegación policial, también había policías del Grupo de Apoyo Operacional (GAO) y pese a que toda la comunidad escuchó los tiros los uniformados no detuvieron a los responsables.
Tercer golpe para la familia
Este es el tercer golpe que sufren los hijos de Miurrell porque en el 2008 perdieron a su papá, de nombre Pastor Centeno Benavides, y también al hijo mayor de esta mamá, llamado Christopher Torres Rankin.
Yohanzel explicó que su hermano mayor murió a los 12 años de un tumor cerebral el 16 de julio del 2008, en ese mismo año les dijeron que su papá Pastor Centeno había desaparecido y lo daban por fallecido también.
El joven aseguró que solo cuenta con su hermano menor de 17 años y esperan darse mucho apoyo para salir adelante.