Una mujer de apellidos Solís Azofeifa, de 41 años, habría desilusionado y estafado a unas 80 parejas que soñaban con casarse en el 2024 y en el 2025.
Los afectados llegaron este domingo 4 de febrero al OIJ de San José para interponer las respectivas denuncias, pues afirman que Solís no les da la cara, mucho menos les contesta los mensajes ni las llamadas.
Alegan que la mujer decía ser la representante de una empresa con el nombre de Green Venue, se presentaba como una organizadora de bodas y les ofrecía una fiesta de ensueño, pero las que estaban pactadas para este primer fin de semana de febrero 2024, no se realizaron.
Los afectados prefieren mantener sus nombres completos en anonimato, mientras continúan con la investigación, trascendió que uno de los afectados de nombre David y su prometida planeaban casarse este sábado 3 de febrero con los preparativos que les hizo Solís, sin embargo, desde una semana antes comenzaron a vivir una pesadilla.
La mujer les cambió el sitio de la boda dos veces y el día antes de la boda les informaron que los proveedores de las mesas y cristalería no llegarían, porque no les habían pagado; la boda no la pudieron hacer cómo soñaron y por la que pagaron al menos tres millones de colones.
David y su pareja terminaron casándose en una pequeña reunión familiar, dolidos y estafados porque la boda que pagaron nunca sucedió.
Boda en veremos
Otro de los afectados, llamado Josué, y la novia de él tienen fecha de boda el próximo jueves 18 de abril y aún no saben si se realizará, pues parte de sus ahorros ya se los habían entregado a la organizadora de la boda.
“Nosotros la conocimos por medio de las redes sociales, nos salió la publicidad de ella ofreciendo los los servicios en Instagram y decía que estaba actualmente con una promoción de un 50%.
“Coordinamos una visita al lugar donde se iba a hacer la boda, que sería en Alto Las Palomas, en Santa Ana, justo cuando llegamos estaba ocurriendo una boda en ese momento; ella nos metió en una sala aparte, luego nos dio un tour en la propiedad y hasta en las habitaciones que íbamos a poder usar, tanto para la preparación de la boda como después, nos enseñó cómo montaba la boda en cuestión de decoración, de entretenimiento”, recordó Josué.
A él y a su pareja todo se lo pintaron bonito, hasta le ofrecían juego de pólvora.
Esta reunión fue en diciembre del 2022 y ellos antes de entregar el dinero vieron que la mujer tenía recomendaciones de otras parejas, no había ninguna alerta que estuvieran frente a una posible estafa.
“Nos dijo que le teníamos que dar tres adelantos, el primero era en diciembre del 2022, luego en junio del 2023 y tocaba otro en febrero del 2024, nosotros aceptamos; justo antes de darle el segundo adelanto nos llamó diciendo que una pareja había cancelado entonces que si le hacíamos el adelanto incluso antes de junio y le damos ¢500.000 de más de lo que habíamos dicho, nos podía dar una cena de ensayo, una boda civil y hasta una una pista de baile sobre la piscina, como ya teníamos mucha confianza por los meses anteriores, aceptamos”, mencionó el novio.
No obstante, luego se toparon con situaciones que les encendieron las alarmas, por ejemplo, que el proveedor de las invitaciones les cancelara en dos ocasiones, que la organizadora no le dijera el nombre de los otros proveedores y solo de unos cuantos.
Este viernes 2 de febrero la pareja trató de contactarla, pero solo les dijo que ya no podría hacerles la boda, sin ninguna otra explicación.
Josué y su novia quisieran creer que esto es una pesadilla, afirma que hay casos de más parejas que pagaron más de ¢7 millones o ¢10 millones.
“Nosotros estamos en shock, no sabemos cómo vamos a hacerlo (la boda) porque el presupuesto que nos dejó es demasiado bajo y solo tenemos dos meses para poder reaccionar si queremos seguir adelante, porque la boda es importante para nosotros, probablemente, vayamos a tener una boda mucho más pequeña, mucho más íntima de lo que esperábamos”, manifestó.
La Teja cuenta con copia de algunas de estas denuncias; intentamos comunicarnos con Solís, pero el teléfono sale apagado.