Trece placas llevarán los nombres de ambientalistas que fueron asesinados en Costa Rica, solo por hacer lo que ellos más les encantaba, que era cuidar de la naturaleza.
Los nombres de Olof Nicolás Wessberg (1975), Antonio Zúñiga Obando (1990), Óscar Quirós (1992), Jorge Aguilar (1992), Óscar Fallas Baldí, Jaime Bustamante Montaño y María del Mar Cordero Fernández (1994), David Maradiaga Cruz (1995), Kimberley Blackwell (2011), Jairo Mora Sandoval (2013), Diego Armando Saborío González (2014), Sergio Rojas Ortiz (2019) y Yehry Rivera Rivera (2020), estarán en los árboles que están cerca de la Biblioteca Carlos Monge en la UCR.
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De esta manera, la Universidad honrará la memoria de estos valientes, la actividad la celebrarán este sábado 7 de diciembre de 2024, a las 9 a. m., frente al pretil de la Universidad de Costa Rica.
La actividad ha sido convocada por la Rectoría de la institución, el Consejo Universitario, el Programa Kioscos Socioambientales, y los familiares de personas defensoras ambientales, así como colegas ecologistas.
Este acuerdo universitario establece que todos los 7 de diciembre se realicen actividades para rendir homenaje a las personas asesinadas por defender el derecho humano a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Se escogió esa fecha porque un 7 de diciembre de 1994, hace 30 años, fueron asesinados los ecologistas Óscar Fallas Baldí, Jaime Bustamante Montaño y María del Mar Cordero Fernández, en un incendio que destruyó la casa donde vivían los dos primeros, 50 metros al norte del centro comercial de Guadalupe en Goicoechea. Los orígenes del incendio nunca fueron esclarecidos por las autoridades competentes.
“La Universidad reconoce que, a pesar del prestigio internacional de nuestro país por promover la sostenibilidad y la conservación del ambiente, las personas defensoras de los derechos humanos ambientales están expuestas a riesgos como amenazas, hostigamiento, persecución, estigmatización, aislamiento social, violencia física o política, e incluso la muerte”.
El Consejo Universitario hace un triste recuento: “Desde 1975, en Costa Rica se han registrado asesinatos vinculados a disputas ambientales, muchos de los cuales aún siguen impunes”, señalaron desde la oficina de prensa universitaria.