Trilce y su familia se denominan “colchoneros de sangre” y este año lograron recuperar el edificio que perteneció a su familia, retorno que no solo simboliza la recuperación de un espacio, sino también la resiliencia y la continuidad de un legado familiar que ha marcado la historia de la colchonería en Costa Rica.
A la corta edad de 12 años, la pequeña Trilce tuvo su primer encuentro laboral con la colchonería.
Como parte de la tradición familiar comenzada por su bisabuela, Trilce y su hermano, ambos en edad escolar, trabajaban sus vacaciones como “Traidores” (tráigame esto y traiga lo otro). Entraban a la fábrica y saludaban a todos con una sonrisa: desde el departamento de costura, hasta el montaje, el de telas, el de resortes, y conocían a cada quien por su nombre, un hábito que aprendieron de su padre.
En sus vacaciones escolares, Trilce y su hermano trabajaban 4 horas cada día, básicamente como un pequeño departamento de mensajería interna: llevaban cosas de un lado al otro, entregaban telas, llevaban mensajes y avisos y así pasaban los días, correteando de un lado a otro entre maquinaria, telas y procesos de ensamblaje.
Esto, como parte de una especie de programa familiar que desarrollaron sus bisabuelos, para que desde pequeños aprendieran el oficio colchonero desde el primer hilo y aguja hasta el envío de los colchones a tiendas y a las casas de sus usuarios. Como parte de este programa, las tareas y responsabilidades iban subiendo de nivel cada año, eso sí, siempre en el último peldaño de la jerarquía empresarial, siendo la fábrica y sus trabajadores los jefes de los niños.
De hecho, Trilce recuerda con cariño que muchos de sus mentores de aquellos años, son hoy personas que continúan trabajando con ella y su familia en La Repa de Sueños y Colchones Dorma.
También, recuerda que el machismo arraigado de su abuelito no le permitía a ella, como mujer, salir del departamento de costura, pero con la complicidad de su papá y todos los miembros de la fábrica, ella logró aprender de otros departamentos a escondidas de su abuelo, pues confiesa que siempre le gustó la mecánica y la ingeniería, así que los operarios crearon un sistema con su padre para darle la oportunidad de trabajar en otras secciones, y cuando su abuelo iba a ingresar a la fábrica, le avisaban para correr hacia costura. Las costureras, cómplices de “Trilcita”, le enseñaron más sobre la mecánica de las máquinas que del proceso, apoyando su curiosidad.
A los 15 años, Trilce atesora el recuerdo de que sufrió su primera herida de guerra. En uno de sus periodos laborales, durante las vacaciones, la más pequeña en tamaño de la familia estuvo aprendiendo cómo adherir las agarraderas de los colchones en la línea de ensamblaje y se engrapó un dedo, convirtiéndose esto en la primera vez que armaba un colchón completo, pero también en su primer accidente laboral. No pasó a más, pero la hoy cofundadora de La Repa de Sueños y Colchones Dorma lo recuerda con cariño y nostalgia, más aún porque sus co-conspiradores en aprender a ensamblar colchones aun trabajan junto a ella.
Con sus 18 años cumplidos, Trilce cuenta que ya se le permitió elegir una rama de trabajo administrativo, ya que en sus primeros seis años de aprendizajes en la fábrica, siendo una niña, ya sabía armar un colchón desde cero y conocía todos los procesos industriales para llevar un colchón completo desde la idea y conceptualización, hasta la cama de alguien.
Cuenta que eligió la rama de ventas, y en paralelo llevaba su carrera de ingeniería en diseño industrial el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Así, con su mayoría de edad recién cumplida, ya barajaba sus cursos de la universidad y hacía malabares, llevando un trabajo de tiempo completo en el negocio familiar.
Su primera venta la tiene aún grabada, ya que su habilidad de saber cómo se confecciona un colchón desde cero y las incontables horas que pasó por la fábrica desde pequeña, le permitió vender de manera nata.
Sus responsabilidades comenzaban a acomodarse y a fluir en la fábrica familiar, sin embargo en el 2018, los Jirón Garro experimentan un trago muy amargo: el fallecimiento de su abuelo, quien tenía a su cargo la fábrica.
“Sin colchón” para seguir, pero llenos de sueños
Tal y como lo contaron en una historia que se volvió viral en TikTok, hace 4 años y medio la familia Jirón Garro se vio obligada a iniciar desde cero tras perderlo todo; un trago amargo en el que el fallecimiento de su padre obligó a Álvaro Jirón García a dejar el sitio donde trabajó por más de 30 años, donde él, sus hermanos y sus hijos entre ellos Trilce, aprendieron a caminar y a amar el gremio de los colchones.
Sin embargo, lejos de rendirse, él, su esposa e hijos, fundaron La Repa de Sueños en el 2019, primer centro industrializado de reparación y modificación de colchones en la región centroamericana. Su misión principal es alargar la vida útil de los colchones, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental, en una industria que genera entre 150,000 y 200,000 colchones desechados al año solo en Costa Rica.
Los Jirón Garro salieron de su fábrica sin un centavo: “No había colchón” para gastos, metafóricamente y figurativamente hablando”, destaca Trilce.
La Repa de Sueños nació́ como un proyecto de resiliencia, y hoy se posiciona como el referente en la región en la reparación y modificación de colchones. La familia, que se identifica como “colchoneros de sangre”, ha trabajado incansablemente para cambiar la percepción de los colchones en el país, revelando “el secreto mejor guardado por el gremio de colchonería”: la posibilidad de reparar estos productos. Además, 99% de su personal actual trabajó también con ellos bajo ese mismo techo, y hoy portan con orgullo el turquesa de la empresa, y los valores que esta promueve.
Durante la pandemia, Trilce recuerda que lograron evitar el cese de operaciones, porque los catalogaron como “servicio a domicilio” al ser una reparadora, pero estaba claro que reparar colchones no iba a ser una prioridad en tiempos tan inciertos como los que pasó el país y el mundo durante la pandemia. En ese momento, surgió la idea del servicio de lavado profesional, profundo y desinfección de colchones, que al inicio parecía una locura y, una vez implementado, les triplicó los ingresos. Ahí por fin pudieron tener un respiro como familia, y como dice ella, ver las ojeras de su papá desaparecer.
Gracias a TikTok, Trilce cuenta que fue realmente una prueba sobre el algoritmo de la plataforma para enseñarle a sus estudiantes, la Repa experimentó un empujón enorme; la empresa familiar multiplicó por diez las ventas, comenzaron a crecer y debieron contratar a más personas y ahí se vieron sin espacio y en la necesidad de buscar un nuevo lugar. Su estrategia: no vender, enseñar. Conocida por educar en colchonería sin promover sus propios productos, Trilce se convirtió en la colchonera de los ticos.
Este año, en un emotivo retorno a sus raíces, la familia Jirón Garro celebró su regreso al emblemático edificio donde por 4 generaciones fabricaron colchones, construido por sus bisabuelos, la segunda generación de la familia dedicada a la colchonería, pasando de un espacio de trabajo de 1.000 m2 a un espacio de más de 6.000 m2.
La inversión para arreglar la bodega, que pasó 3 años aproximadamente en abandono tras convertirse en propiedad de una empresa extranjera, fue de $1.800.000 y más de 4 meses de trabajo para subsanar los daños que sufrió la misma en su tiempo vacía.
Actualmente, el edificio colchonero alberga también a Colchones Dorma, el otro emprendimiento de la familia que nace hace tres años bajo el concepto de ofrecer colchones de lujo a precios de fábrica, y a TBS Marketing, la agencia de Trilce que cuenta ya con 10 personas en su planilla. Este proyecto se convierte en la expresión de un legado familiar que se remonta a 1905, cuando Salvador Jirón y Frida Gellert, fundaron una talabartería en el parque Morazán, evolucionando con el tiempo hacia la fabricación de colchones bajo el liderazgo de Frida, a quien la familia hoy honra como la matriarca que los forjó en esta industria.
Colchones Dorma ofrece a los compradores una garantía de 100 Noches de Prueba, un beneficio único en el país, y una aplicación móvil única en el mundo que le recuerda a los usuarios cuando rotar su colchón, sea cual sea la marca.
Con la recuperación del edificio, Trilce y su familia aspiran a expandir su impacto. Visualizan tener una reparadora en cada cabecera de provincia, además de educar a la población acerca de todo lo relacionado con colchones, ya que cada cuerpo tiene necesidades diferentes y merece soñar plácidamente.
Entre chatbots, diseño industrial y mercadeo de producto
En el universo de Trilce Jirón Garro, la infancia se despliega como un tapiz vibrante, tejido con hilos de igualdad y curiosidad. En su hogar, la distinción entre juguetes de niños y niñas se desvanecía en una amalgama de posibilidades, donde carritos y muñecas coexistían en perfecta armonía, y tanto ella como su hermano podían jugar y soñar sin limitaciones. Criada en un ambiente donde la ciencia ficción y la fantasía se entrelazaban con la cotidianidad, Trilce absorbió desde temprana edad un amor innato por la exploración, la creatividad, la ciencia y la tecnología.
Con una madre maestra de kinder y un padre colchonero, Trilce creció entre letras y mates, entre pedagogía y maquila. En esa ecléctica atmósfera familiar, la ciencia y la fantasía se erigían como pilares, nutriendo su mente con las epopeyas de Luke Skywalker y Jean Luc Picard, así como con los misterios de Aslan de Narnia y los Hobbits de Hobbiton.
Su vínculo con la tecnología se fortaleció desde la niñez, influenciada por el entorno geek de su hogar y sus primeros acercamientos al mundo laboral en la fábrica familiar. Sin embargo, su corazón también latía al compás del arte, una pasión heredada de su abuela actriz y cultivada por su amor por los pintores costarricenses.
El destino de Trilce siempre estuvo trazado hacia la colchonería, trabajo que siempre deseó tener de adulta por su amor al gremio, quería estudiar ingeniería aeronáutica por su pasión por la astrofísica y las estrellas, pero la vida la condujo hacia el fascinante universo de la ingeniería en diseño industrial en el Tecnológico de Costa Rica. Fue así como se embarcó en un viaje de autodescubrimiento, donde la tecnología se tejía con su creatividad innata.
El punto de inflexión llegó cuando su abuelo le encomendó la tarea de revolucionar la presencia digital de la empresa familiar. Con valentía y determinación, Trilce se sumergió en el mundo de las páginas web y las redes sociales, enfrentando retos y aprendiendo a golpes en un camino marcado por la perseverancia y la pasión, donde cambió la optimización de interfaz de maquinaria por la interfaz web.
El momento cumbre llegó con una audaz estrategia de marketing, donde Trilce desafió los métodos convencionales de su abuelo con una campaña en redes sociales que superó todas las expectativas. Con un retorno de inversión que eclipsó las inversiones tradicionales, Trilce demostró su ingenio y visión de futuro, consolidándose en su familia como la encargada de llevarlos al futuro digital.
Hoy Trilce tiene 30 años y ha estado ocupada con cuatro trabajos. Todo comenzó cuando, mientras contestaba comentarios y mensajes en redes sociales, se topó con la necesidad de implementar un chatbot similar al de GoPato en Costa Rica en el 2017. Después de luchar con la documentación de Facebook para la programación del chatbot, decidió buscar empresas que pudieran hacerlo por ella. Sin embargo, los altos costos la llevaron a buscar plataformas para construirlo ella misma, y así descubrió Manychat.
Su primer intento de implementar un chatbot fue decepcionante debido a su impersonalidad, pero todo cambió cuando decidió incorporar la mascota de la empresa como agente de saludo y crear lo que hoy llama Humanismo en Bots. Este pequeño cambio aumentó la tasa de interacción de sus clientes con el bot de un 5% al 95%. A medida que Trilce se sumergía más en el uso de la tecnología para marketing y ventas, se enfrentó a quienes buscaban ponerle freno a sus ideas innovadoras, personas con el doble de su edad queriendo restablecer sistemas antiquísimos de atención. Sin embargo, decidió no escucharle y desarrolló un embudo de comunicación y servicio al cliente que mejoró la calidad de vida del personal y agilizó el proceso para los clientes.
En 2017, su vida cambió radicalmente cuando decidió emprender tras atender la primera conferencia de chatbots a nivel global. A pesar de las dificultades del primer año, con ataques de pánico y estrés, Trilce logró establecer dos negocios exitosos: La Repa de Sueños y TBS Marketing. Su enfoque en una estrategia de ventas humanizada y el uso de tecnología innovadora la llevaron a ganar reconocimiento a nivel global en el campo de los chatbots y el marketing digital.
Siempre buscando una apertura a la conversación de neurodivergencia, Trilce cuenta como su TDAH e Hipertímica no han sido complicaciones, sino motores que le han permitido ver las cosas de una manera distinta. Su sistema de ventas y metodología de CRM para redes sociales fue diseñado gracias a su síndrome de permanencia de objetos, en sus palabras: “si no me puedo acordar que metí un tomate en la refri ayer, cómo le puedo pedir a un vendedor que se acuerde de los clientes potenciales cuando atiende 20-50 por día”. Esta mejora le triplicó las ventas a su equipo, y no la hubiera conceptualizado de no ser por sus propia psiquiatría.
Con el paso de los años, Trilce continuó creciendo profesionalmente, expandiendo sus empresas y estableciéndose como una experta en su campo. Su comunidad educativa, compuesta por cientos de personas de toda América Latina, se convirtió en una plataforma para compartir conocimientos y ayudar a otros emprendedores a alcanzar el éxito.
En 2021, su experiencia y dedicación llamaron la atención de Manychat e incluso del gigante tecnológico Meta, quienes la invitaron a colaborar en proyectos importantes relacionados con la educación para PYMES latinas y proyectos de ayuda al crecimiento de emprendedores en LATAM. Actualmente, Trilce se desempeña como Gerente de Mercadeo de Producto de Inteligencia Artificial en su cuarto trabajo, donde trabaja en estrecha colaboración con equipos de desarrollo y usuarios para mejorar y simplificar el uso de la inteligencia artificial en el marketing digital, previamente colaboraba en el equipo de WhatsApp, pero cuando le ofrecieron el reto de unirse al equipo de la tecnología más reciente, no pudo negarse.
Su agenda dividida entre 4 trabajos le deja poco tiempo de descanso, y equilibrar la vida personal con la vida laboral se vuelve difícil, pero Trilce lo ve como una manera de ayudar a quienes están empezando, así como otros le ayudaron a ella y su familia cuando se vieron forzados a comenzar de cero. En sus palabras, “devolviendo al ascensor” para ayudar a otros a surgir.
A pesar de sus múltiples responsabilidades como Gerenta de Mercadeo en su colchonería, CEO de su Agencia de Marketing y escuela, y contratista en Manychat para temas de AI, Trilce encuentra alegría y satisfacción en sus trabajos, sabiendo que está ayudando a otros emprendedores a alcanzar sus metas y mejorar sus negocios. Su historia es un testimonio del poder de la innovación, la perseverancia y la pasión por lo que uno hace.
Hoy, Trilce Jirón Garro es un faro de inspiración para todas aquellas mujeres que desean forjar su propio camino en el mundo de la tecnología y el emprendimiento. Su historia nos recuerda que el verdadero éxito reside en la valentía de seguir nuestros sueños y en la capacidad de desafiar los límites impuestos por la sociedad.
Con su creatividad, determinación y pasión, Trilce nos muestra que no hay límites para lo que una mujer puede lograr cuando se atreve a desafiar las convenciones y seguir su corazón.