Perfiles

Ginnés Rodríguez: “en la prueba uno decide qué tipo de historia le cuenta al cerebro”

Durante la enfermedad y posterior muerte de su esposo, el periodista Gerardo Zamora, ella mostró la forma de abrazar la adversidad con amor, sin ocultar sus sentimientos pero dando prioridad al positivismo, demostrando que a pesar del dolor, la vida continúa.

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“Cuando uno está a punto de perderlo todo, cualquier lucecita de esperanza se convierte en una ganancia, una bendición”. (Jose Cordero)

La historia de los periodistas Ginnés Rodríguez y Gerardo Zamora la siguió prácticamente todo el país, dos figuras públicas muy queridas, ambos hicieron con su forma de ser natural y espontánea que la gente los sintiera cercanos. Ellos, junto a Marcelo y Luciana se convirtieron en una familia con la que muchos se identificaban.

Tras el diagnóstico de su enfermedad, Gerardo llegó a ser en un ejemplo inspirador de cómo, a pesar de las dificultades, se podía ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Los heredianos no solo se mantuvieron juntos en la prueba, sino que dieron una lección de fe, amor y apoyo incondicional al enfrentar la enfermedad con valentía y determinación.

Ginnés además se convirtió en el pilar de Gerardo, brindándole consuelo y cuidado durante su enfermedad, una serie de tumores llamados meningiomas que iniciaron en su ojo derecho y luego se extendieron.

Todo lo anterior hizo que el país los admirara y que tras la muerte de Gerardo, y la actitud de Ginnés muchos llegaran a considerarla un ejemplo de solidaridad y fortaleza por el mensaje que ha dado, donde se ha mostrado una cara muy humana, sin ocultar el dolor pero enfocada en continuar la vida, honrando la memoria de Gerardo.

“Creo que cuando la vida nos lleva a límites uno se da cuenta de lo que es capaz de hacer por amor”. (Jose Cordero)

En esta entrevista con revista Perfil, Ginnés Rodríguez habla de cómo ha logrado darle un nuevo significado a esta prueba tan dura para su familia.

Bueno, nosotros éramos conocidos de barrio, pero Gerar era mayor que yo, entonces por generación yo conocí primero a los hermanos menores, sin embargo, fue hasta que estuvimos en el coro Laus Deo que realmente hablamos, claro sabía perfectamente quién era él, ya en ese entonces él era Gerardo Zamora el periodista de Canal 7.

Tiempo después yo entro a la carrera de periodismo y le pido ayuda desinteresadamente porque en ese momento a mi él no me gustaba; pero, de pronto me empezó a ayudar más, a ser súper atento y de repente aparecía por los pasillos de la UCR... un día me dijo que quería tener una relación diferente conmigo, que nos conociéramos más; en ese momento me sorprendió un poco porque no había pasado nada, ni un beso nos habíamos dado, sin embargo, yo le dije que no, que él no me gustaba y que quería solo su amistad.

Seguimos siendo amigos hasta que un día me dijo que se iba a alejar porque ya había entendido que no iba a tener nada conmigo y ahí fue cuando abrí los ojos y le dije que no, que no quería que se alejara de mi vida, a partir de ahí empezamos a salir, meses después me sorprendió con un ramo de rosas y me pidió que fuéramos novios, hasta le pidió la entrada a mi mamá, todo formalito... fuimos novios por ocho años hasta que nos casamos.

Bonito, Gerar era un gran hombre. No hay nada perfecto pero en términos generales tuvimos una relación hermosa, compartíamos muchos proyectos y logramos una familia muy linda, él siempre me apoyó y yo traté de hacer lo mismo con él.

“Una de las preguntas que me hago como mamá es cómo va a marcar esta historia a Luciana y a Marcelo, la ausencia de su papá, y cuando logro leer la forma en la que lo describen y lo que quieren hacer por lo que su papá marcó en ellos me tranquiliza, ellos ven a Gerar como una figura de liderazgo, de amor, de entrega, de transformación y eso me llena de paz, sé que Dios hará el resto”. (Jose Cordero)

Fue la mamá que le nota el ojo derecho un poco más afuera, a partir de ahí empezamos a atender el tema, iniciamos con lo básico, un examen de la vista, después un fondo de ojo, después revisar el nervio óptico luego una resonancia y a partir de ahí todo inició.

Al inicio era un tumor benigno, al final se convirtió en uno maligno. Ahora entiendo que hace cuatro años con ese diagnóstico me estaban diciendo que mi esposo estaba muriendo.

No era lo que esperábamos, tampo- co era el momento, no pensamos en el momento que íbamos a despedir a Gerar.

No, nunca tuvimos el valor de una despedida y me lo he preguntado muchas veces si debimos tocar el tema o no, lo cierto es que yo tal vez estaba esperando que él lo hiciera pero Gerar fue tan positivo que nuestra última conversación fue acerca de la construcción de la casa, unos documentos que debíamos presentar y, su último gran proyecto personal fue armar un grupo de atletismo para subir el Chirripó en el 2024, a Gerar creo que nunca le pasó por la mente dejarnos, nunca fue tema de conversación y yo tampoco quería hablarlo; ahora que lo analizo me alegra que nunca lo habláramos porque sus últimos instantes fueron de esperanza y de lucha, él siempre fue hacia adelante, Gerar era un motor, era incansable.

Fueron cuatro años de muchísimo amor, logramos pasar momentos únicos en familia, jugábamos, compartimos, bajamos revoluciones, y eso fue muy importante, si no hubiera sido la enfermedad posiblemente no hubiéramos vivido tantas cosas hermosas, creamos muchísimos recuerdos, ya no era hacer un paseo solo porque era domingo, era salir y disfrutar el gran paseo de nuestras vidas, había que cosechar momentos, fue una resignificación de nuestras vidas.

Yo regreso después de semana y media de la muerte de Gerar al programa y cuando me están poniendo el micrófono, Frederick que presentaba ese día conmigo, me pregunta que si iba a decir unas palabras, yo en ese momento le digo que no; sin embargo, después reflexiono rápidamente y cambio de planes, no podía entrar a la casa de los televidentes como si nada hubiera pasado porque algo muy fuerte había ocurrido. Lo único que puedo decir es que fue el Espíritu Santo que me iluminó, como si ese mensaje no viniera de mí, mentiría si digo que estaba planeado, ahí no había ni teleprompter ni nada, fueron las palabras que en ese momento tenía en mi corazón y que quería compartir con la gente.

Esa noche le doy gracias a los televidentes, les digo lo mal que me siento, pero también les cuento que estaba ahí de pie porque la vida continúa.

(Jose Cordero)

A veces esperamos estar bien para continuar la vida y no necesariamente es así, y en eso Gerar me dio muchas lecciones, algo que él me enseñó es que a veces queremos que llegue la motivación para poder emprender un proyecto o hacer algo, entonces pensamos que para ir al gimnasio o para arrancar con un negocio hay que estar motivados y no es cierto, a veces la motivación no está porque tenemos días terribles y aun así hay que arrancar, hay que caminar, hay que hacer, la vida continúa.

No existe una fórmula, me encantaría que existiera, pero la mejor forma de ver la luz es caminando, es avanzando y dejarse permear por las sorpresas que todos los días tiene Dios para uno en las cosas sencillas.

Cuando llegan esos momentos me dejo llevar por la debilidad, y así lo expreso, hay días que no me siento bien y así lo digo a los chicos y a las personas a mi alrededor.

Vivo el dolor, no lo reprimo, y eso para mí ha sido importantísimo; también motivo mucho a los chicos a que expresen lo que necesitan, a veces nos ha pasado que Marcelo me dice, hoy quiero ir a ver a papito y nos vamos al cementerio y él va y corre y no es que tiene una conversación ni nada, es que él simplemente quiere estar ahí, y con eso está contento.

Creo que la forma genuina que ellos aprendan a soltar y aceptar sus emociones es haciendo yo lo mismo, a veces es bueno decir estoy enojado, estoy contenta, estoy triste... todo eso es sanidad.

Hay un momento donde el dolor es tan grande que me he enojado muchísimo con Gerardo, veo su foto-grafía y le hablo, le he reclamado que hay muchas cosas que nos quedaron pendientes y creo que el momento más doloroso fue un día muy oscuro que viendo la foto le dije: ¿por qué me casé con vos? Y después inmediatamente sentí una tremenda culpa, porque yo realmente bendigo el momento en que decidí casarme con él, con todo lo que pasamos, lo bueno, lo malo, lo triste, porque la vida ha sido fantástica porque durante 22 años lo tuve a él a mi lado.

Bueno, primero, yo no puedo sacar a Dios de esta historia pero creo que de forma práctica, lo que a nosotros nos ayudó mucho fue la forma en la que nos contábamos la historia, es decir, nosotros podíamos habernos contado la historia de otra manera, haber dicho “qué desgracia, llegó esta enfermedad a mi familia, estos tumores van a terminar con la vida de mi esposo”, pero nosotros en el camino vimos tantas bendiciones.

Hay personas que pierden a un ser querido y se quedan ahí, en lo que perdieron, no ven lo que aún tienen por estar concentrados en lo que ya no tienen.

Uno debe revisar qué se está contando, uno debe ver si las cosas que le pasan se las cuenta como la desgracia o como la oportunidad.

Yo recibí un master de cuatro años de cómo lograr ver lo positivo en medio del dolor, no por eso deja de doler.

(Jose Cordero)

Actualmente Ginnés reconstruye su vida junto a sus hijos y asegura que Gerardo hizo todo lo que estuvo a su alcance para prepararlos de forma inconsciente para su partida, les enseñó a ver la vida de forma positiva, agradeciendo cada día por lo que se tiene en el presente, aprendiendo del pasado y caminando hacia el futuro con fe y haciendo cada tarea con amor. Eso es justamente lo que la herediana hace en este momento.

Créditos de Producción:

Producción y arte: Augusto Ramírez

Maquillaje y peinado: Alejandro Carballo make up artist

Estilismo: Mia Guzmán @styledbymalamia

Vestidos:

Carolina Herrera

Arial 12 @arial.12

Piso siete @pisosietestore joyería

etn @etn.design áurea & co. jewels @aureajewelscr piso siete @pisosietestore

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