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Dyanne Marenco González: Liderazgo de puro corazón en la Cruz Roja Costarricense

Dyanne Marenco González es la primera mujer en presidir la institución en los casi 140 años de su existencia en el país.

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Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
(José Cordero /José Cordero)

Pocos sonidos despiertan tanta impotencia y ansiedad como el de la sirena de una ambulancia en medio de una congestión vehicular. En ese momento, lo único que podemos hacer es dar espacio y esperar a que los demás vehículos hagan lo mismo. Pero sin duda, ver cómo una calle en la que parecía no caber un alfiler se abre para dar paso a una ambulancia es algo que llena el corazón de orgullo, por un país que respeta a quienes van ahí, luchando por ganar la batalla a la muerte.

Dyanne Marenco muchas veces en su vida ha estado en esa situación; pero a diferencia de quienes solo damos espacio en la calle, ella ha vivido esos momentos como socorrista desde una ambulancia. Y es que como voluntaria de la Juventud Cruz Rojista, Marenco ha ocupado diferentes puestos, cuenta incluso con licencia para conducir ambulancias; y desde el 2021 asumió la presidencia.

Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
“La Cruz Roja no solo salva vidas, también transforma a quienes sirven en ella”. (José Cordero /José Cordero)

“La sensación de ver cómo el camino se despeja frente a la ambulancia es algo que eriza la piel, porque en nuestro trabajo cada segundo hace la diferencia”, dice la actual Presidenta de la Cruz Roja Costarricense, institución a la que ha dedicado más de la mitad de su vida.

Con un promedio de atención de una emergencia por minuto, posiblemente usted ha sido usuaria o conoce a alguien que ha recibido atención de la Cruz Roja. Dyanne, no es la excepción. Ella también ha experimentado en carne propia lo que se siente recibir a una ambulancia en la casa.

“Hace unos meses mi abuelita se cayó y se fracturó la cadera, fue muy significativo ver llegar la ambulancia, sentir ese apoyo de los socorristas que con tanto cariño y dedicación hacen su trabajo. Ese momento tan vulnerable para mí, le terminó de dar el sentido y propósito a lo que hacemos todos los días”, cuenta.

Dyanne Marenco González no solo encarna el espíritu de la Cruz Roja Costarricense, sino que también ha transformado su historia al convertirse en la primera mujer en presidir la institución en los casi 140 años de su existencia en el país.

Su camino dentro de la organización comenzó a los 16 años cuando, inspirada por una noticia que vio en televisión sobre un rescate, decidió unirse como voluntaria. Desde entonces, su vida ha estado ligada al servicio humanitario, y hoy, como presidenta, lidera una institución que no descansa.

Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
Maquillaje y peinado Zulay de la Torre, de Instituto IECSA- Súper Salón. Estilismo Antonia Burgués. Faldas y blusas Carmiña Romero. Zapatos (rojos) Daniel del Barco. (José Cordero /José Cordero)

Su entusiasmo es contagioso, al punto que es difícil plasmar en papel lo que transmite cuando habla de la Cruz Roja. Para ella, no es solo una labor, es un llamado de vida. “La Cruz Roja es una institución que se basa en el amor”, dice con convicción, resumiendo así su filosofía de vida y su liderazgo.

Las primeras en seguir sus pasos fueron su madre y su abuelita, quienes también se unieron al voluntariado varios años atrás.

Su madre, Vivian González, es profesora universitaria, fundadora y Rectora de la Universidad Magister, y en su tiempo como voluntaria maneja ambulancias. Su abuelita, Betty Trejos, a sus 91 años sigue inscrita en el grupo de Damas Voluntarias de la organización. “Ya por la edad y su condición de salud, mi abuelita no se encuentra activa, pero sigue siendo una inspiración para otros voluntarios, algunas veces sus compañeros la visitan y ella es la más orgullosa de vestir el uniforme”.

Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
“Desde que asumí la presidencia me propuse recorrer el país para conocer todos los Comités Auxiliares, esto me ha permitido ver de cerca las necesidades de cada zona, pero también constatar su pasión y entrega. De los 6 mil que trabajamos en la Cruz Roja, más de 5 mil lo hacemos de forma voluntaria”. (José Cordero /José Cordero)

Derecho y humanidad de la mano

Marenco es abogada especializada en Derecho Ambiental y Gestión de Desastres. Su paso por la Comisión Nacional de Emergencias, donde se desempeñó como asesora legal, y su trabajo como consultora en organismos internacionales, la dotaron de una visión integral sobre la respuesta a crisis y administración de recursos humanitarios.

Su preparación académica, que incluye una licenciatura en Administración de Empresas y Docencia, se ha convertido en una herramienta clave para la modernización de la Cruz Roja Costarricense.

Uno de sus mayores logros ha sido la aprobación de la Ley Marco de la Cruz Roja Costarricense (Nº 10632), presentada en diciembre de 2022, bajo su mandato. Esta legislación busca fortalecer la autonomía financiera de la institución y garantizar su sostenibilidad en el tiempo.

Asegura que como presidenta, uno de sus retos es lograr que se conozca y respete la labor de la institución. “Existe muy poca información de lo que es la Cruz Roja y de cómo trabajamos. Muchas veces llegamos a atender una emergencia y las personas, en medio de que se encuentran alteradas, nos dicen, ‘yo pago su salario’. Eso es desconocer cómo funciona esta organización. La gran mayoría trabajamos en forma voluntaria. De los 6 mil que conformamos la Cruz Roja, más de 5 mil somos voluntarios. Además, la Cruz Roja no es una Institución pública. Existe mucha desinformación sobre nuestro funcionamiento; la gente cree que somos una institución estatal o una empresa privada de servicio de ambulancias, nada más alejado de la verdad. La Cruz Roja es un organismo internacional que opera con fondos propios y la gran mayoría de colaboradores son voluntarios que no reciben salario”, explica.

En este sentido, asegura que cada vez es más difícil atraer y retener voluntarios a las filas de la institución. “El alto costo de la vida obliga a las personas a dedicar muchas horas al trabajo remunerado. Queda poco tiempo para el ocio y mucho menos para el trabajo voluntario. En promedio, nuestros voluntarios dedican 20 horas al mes, pero cada vez hay menos personas dispuestas a hacerlo y los que lo hacen, van reduciendo ese tiempo”.

Es por ello que la Ley Marco de la Cruz Roja incluye una propuesta para que los empleados públicos puedan dedicar tiempo laboral al voluntariado.

Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
(José Cordero /José Cordero)

“Hay muchos abogados, profesores, mecánicos, amas de casa, ingenieros, arquitectos, que el fin de semana conducen una ambulancia o forman parte de los equipos de rescate. Los rescatistas más expertos que tenemos son voluntarios. Pero nos pasa que en medio de una emergencia, donde ocupamos toda la ayuda posible, tienen que regresar a sus trabajos”.

Marenco asegura que la Ley también incentiva a la empresa privada a permitir horarios más flexibles para permitir que más personas puedan dedicar tiempo al voluntariado.

Principios que salvan vidas

El alcance de la Cruz Roja va más allá de la atención de emergencias convencionales. El apego a sus principios fundamentales—Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad— le permite operar en zonas de conflicto, en desastres naturales y en comunidades vulnerables.

“Entramos a todo tipo de lugares, en muchos casos llegamos a atender una emergencia en medio de una balacera, en sitios donde ni siquiera la policía puede entrar. Esto es posible porque la Cruz Roja mantiene el ADN con que fue creada. Cuando el mundo está en crisis, la Cruz Roja es el puente entre la desesperación y la esperanza. No preguntamos a quién ayudamos ni de dónde viene; simplemente ayudamos”, enfatiza Dyanne.

Estos valores han permitido que la organización esté presente en 191 países y que sus voluntarios puedan actuar en los escenarios más difíciles, brindando apoyo a desplazados, refugiados y víctimas de desastres sin ninguna distinción.

“Cuando el mundo está en crisis, la Cruz Roja es el puente entre la desesperación y la esperanza”.

Por ejemplo, una de las divisiones de la Cruz Roja es el Programa de Restablecimiento de Contacto con Familiares, el cual permite a migrantes o víctimas de emergencias volver a comunicarse con sus familiares, a veces incluso después de largos periodos de desconexión.

“Nuestros voluntarios van a zonas montañosas, donde no hay electricidad ni señal telefónica, e instalan una planta eléctrica y una regleta gigante para que los migrantes puedan cargar los celulares y hacer esa llamada que tanto alivio lleva a sus familias. Incluso en algunos casos les prestan sus celulares para que hagan las llamadas. En otras situaciones, se encargan de establecer un contacto por medio de radiocomunicación. Saber que un familiar incomunicado se encuentra bien, lleva calma en momentos de angustia”, explica Marenco.

Otro de los programas, es el de manejo y gestión de riesgo y respuesta a desastres. “Este abarca situaciones de desastres, desde preparar a las comunidades para responder a emergencia, establecimiento de albergues, hasta repartir filtros de agua en comunidades sin acceso a agua potable. Es un abordaje integral, incluso con psicólogos voluntarios, que apoyan diferentes situaciones de emergencias”.

El reto de la modernización

Desde que asumió la presidencia, Marenco ha trabajado incansablemente por visibilizar la labor de los voluntarios y mejorar la infraestructura de la organización. Su meta es digitalizar la Cruz Roja y desarrollar una aplicación que permita a los ciudadanos conocer en tiempo real la ubicación y disponibilidad de las ambulancias. “Quiero que la gente entienda lo que hacemos, que somos una institución que no se detiene. Sé que quien la conozca a fondo, no podrá sentir otra cosa que respeto y apoyo por esta institución”, enfatiza.

Pero la captación de nuevas generaciones de voluntarios es también uno de los grandes desafíos que tiene la Cruz Roja. Aunque hay niños que ingresan desde los 8 años, el grueso de la base voluntaria oscila entre los 40 y 60 años, lo que plantea un reto para la sostenibilidad del trabajo humanitario. “Necesitamos atraer jóvenes y capacitarlos para que asuman las riendas de esta organización”, afirma.

Dyanne Marenco, Presidenta de Cruz Roja Costarricense
(José Cordero /José Cordero)

“Entre las capacitaciones que damos está el curso APA de primeros auxilios, el cual es certificado. Además, el curso MAVE, para manejo de vehículos de emergencia, cursos de recate técnicos de diferentes modalidades, para rescate en montaña, ríos, lagos, inundaciones, entre muchos otros”.

Los niños voluntarios tienen un rol clave dentro de la Cruz Roja, no solo representan el futuro, sino que en sus hombros recaen responsabilidades, desde luego acordes a su edad. “Desde que ingresan, reciben su uniforme, su carné de voluntario, además, cuentan con un seguro que los cubre. Reciben entrenamiento, hay campamentos para ellos, y los más grandes les van transmitiendo conocimientos. En una emergencia, los niños asisten a los albergues y juegan con los niños de las familias afectadas. Su labor es brindar consuelo y normalidad en momentos difíciles. Su aporte es muy valioso, como el de todos los demás”, explica Marenco.

Como primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la Cruz Roja Costarricense, Dyanne Marenco González ha demostrado que el liderazgo femenino en la gestión humanitaria es posible. Su compromiso con la modernización de la Cruz Roja y la inclusión de nuevas generaciones de voluntarios marcará el rumbo de la institución en los próximos años.

“Nosotros salvamos vidas, pero la Cruz Roja también nos salva a nosotros”, reflexiona. Y es esa convicción la que la impulsa a seguir adelante, con la esperanza de dejar una institución más fuerte, más humana y mejor preparada para el futuro.

MATERIAL EXCLUSIVO PARA PORTADA DE REVISTA PERFIL DE MARZO. 
14/02/2025, San José, Estudio de Grupo Nación, retratos de Dyanne Marenco González, presidenta de la Cruz Roja Costarricense, para la revista Perfil.
“Cuando vi llegar la ambulancia para atender a mi abuela, entendí desde el otro lado lo que hacemos todos los días”. (Jose Cordero/José Cordero)

Historia y legado

La fundación de la Cruz Roja Internacional tuvo como evento inspirador las consecuencias humanitarias en la batalla de Solferino, Italia, ocurrida el 24 de junio de 1859.

En 1862 Henrry Dunant quien presenció aquella batalla, escribió su libro Un recuerdo de Solferino, un relato de la experiencia vivida con una propuesta de creación de sociedades nacionales de socorro que ayudaran a los heridos en combate.

Fue así como el 29 de octubre de 1863, cinco ciudadanos ginebrinos, incluido Dunant, fundaron el Comité Internacional para el Socorro de los Heridos, que se convertiría más tarde en el Comité Internacional de la Cruz Roja CICR.

En Costa Rica, la fundación de la Cruz Roja también fue motivada por la cercanía de una Guerra. Convirtiéndose en una institución fundamental en la historia del país. Desde su fundación ha sido un bastión de ayuda en momentos críticos. Su legado se extiende desde la atención de heridos en conflictos armados hasta su papel actual en la gestión de desastres naturales, accidentes y emergencias de salud.

Estos son algunos de los momentos históricos de la Benemérita Cruz Roja Costarricense.

  • 4 de abril de 1885 el entonces Presidente Bernardo Soto Alfaro, como parte de los preparativos para la guerra, crea la Cruz Roja Costarricense por medio de un decreto.
  • 1888 el sismo de Fraijanes evidencia la necesidad de contar con personal de socorro permanente, más allá de un conflicto armado.
  • 1898 el Presidente y militar nicaragüense José Santos Zelaya intenta crear la Gran Patria Mayor. Costa Rica vuelve a preparase para la guerra y reactiva la Cruz Roja Costarricense como cuerpo de sanidad.
  • 1917 ocurre el estallido de la casa de la pólvora, almacén del arsenal del ejército costarricense, ubicado junto a la penitenciaría general, hecho considerado como ataque rebelde contra la dictadura de los hermanos Tinoco. A consecuencia de la gran explosión, con más de 75 víctimas, el profesor Macabeo Vargas Castro, el reconocido líder y reformador institucional, quien atestiguó la explosión, fue movido al igual que Dunant por la necesidad de prestar auxilio a las víctimas.
  • 1917 se crea el primer Comité de Damas de la Cruz Roja Costarricense con María Fernández de Tinoco y otras mujeres de la época.
  • 1921 destacamentos de sanidad militar, nombrados por el Poder Ejecutivo fueron activados, identificados con el respectivo emblema de la Cruz Roja y enviados al conflicto fronterizo entre Costa Rica y Panamá.
  • 1922 reconocimiento oficial por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
  • 1950 creación de las primeras brigadas de socorristas.
  • 1972 implementación del primer servicio de ambulancias gratuito.
  • 1972 durante el terremoto de Managua, la Cruz Roja costarricense participó en las acciones humanitarias, las cuales se extendieron debido a los conflictos internos del país.
  • 1991 atención masiva tras el terremoto de Limón.
  • 2008 creación de la Unidad de Rescate Urbano (USAR), especializada en deslizamientos y terremotos.
  • 2015 atención a oleada de migrantes cubanos en tránsito. La Cruz Roja Costarricense brindó ayuda humanitaria a los migrantes, así como atención en primeros auxilios y revisión de las condiciones de salud personal.
  • 2016 1500 voluntarios por día se desplegaron tras la emergencia para auxiliar a los damnificados del huracán Otto.
  • 2020 respuesta humanitaria ante la pandemia de COVID-19. Traslado de pacientes en ambulancia a los diferentes centros de atención.
  • 2022 presentación de la Ley Marco de la Cruz Roja Costarricense.
Dyanne Marenco
(Jose Cordero/Jose Cordero)
  • 2023 Dyanne Marenco es reelegida como Presidenta de la Cruz Roja Costarricense y además, es elegida Presidenta del Comité Regional Interamericano (CORI), convirtiéndose en la presidenta más joven en la historia de dicho órgano.

Créditos:

Maquillaje y peinado Zulay de la Torre, de Instituto IECSA- Súper Salón.

Estilismo Antonia Burgues.

Faldas y blusas Carmiña Romero.

Zapatos Daniel del Barco.

Shirley Ugalde

Shirley Ugalde

Periodista graduada de la Universidad de Costa Rica. Durante 10 años editó una revista de gastronomía y turismo.

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