La advertencia que hizo en días pasados el Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional (Cinpe-UNA), sobre el aumento del 30% que se viene en el precio de los frijoles negros ha puesto a limitar la billetera de más de uno; al punto de querer cambiar el frijol negro por otro grano o bien apostar por el consumo del frijol rojo.
Sin embargo, según explica Leiner Vargas, economista de la UNA y quien sigue de cerca este tema, el hecho de cambiar al frijol rojo para ahorrarse el aumento de ₵500 en la bolsa de 800 gramos de los negros podría ocasionar el efecto menos deseado.
Una buena parte del frijol rojo que comemos en nuestro país se importa desde Nicaragua sin pagar impuestos, “pero los vecinos del norte tampoco tienen mucha producción y la cosecha no alcanzaría para satisfacer la demanda en ambas naciones”, afirma Vargas.
“Se puede importar directamente sin arancel, porque estamos en una región donde ese producto está liberado desde Nicaragua, pero los vecinos del norte tampoco tienen mucha producción y la cosecha no alcanzaría para satisfacer la demanda en ambas naciones”, explicó Vargas.
Eso quiere decir que si aumenta en Costa Rica la demanda de los frijoles rojos, la tendencia normal en el mercado es que suba el precio para desestimular esa demanda y, al final, los granos rojos también costarían más que ahora y volveríamos a lo mismo: precios altos.
Según los resultados de la última encuesta de ingresos y gastos de 2018, cerca de 330 mil hogares costarricenses consumieron frijoles negros y un poco más de 270 mil hogares consumieron frijoles rojos.
Cultura culinaria
¿Por qué preferimos los frijoles negros? El economista de la UNA asegura que en la región centroamericana, Costa Rica tiene la particularidad de ser el mayor consumidor de frijol negro, por razones idiosincráticas y cultura culinaria.
“La cultura del tico de comer frijol negro entero hace que sea el más apetecido; de hecho, eso se aprecia en los mercados de los pueblos y, sobre todo, en nuestras tradiciones culinarias con el gallo pinto y el casado. Aunque en algunas partes del Istmo, principalmente de Nicaragua hasta Guatemala se come mucho frijol rojo”, detalló Vargas.
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Agregó que el problema del frijol negro viene de la mano con la situación de las cosechas; las cosechas en Costa Rica y Nicaragua, las cuales no son suficientes para cubrir todo el mercado, por lo que se da un tema de desabasto en la región.
“El grano se puede importar a Costa Rica del sur del continente, de la India, Estados Unidos o de cualquier otra parte del mundo donde haya oferta de frijol”, comenta Vargas.