Dice el dicho que: “Somos lo que comemos”, así que nada mejor que volver a las comidas caseras y saludables y reducir el consumo de sal para echarle una mano a su salud.
La bronca es que el consumo excesivo del sodio que contiene la sal genera problemas como subir la presión arterial de quienes padecen hipertensión, o la retención de líquidos en quienes tienen problemas en los riñones.
Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el máximo de sal que una persona debe ingerir al día es una cucharadita, así que calcule bien la sal que le echa al arroz, al huevo, a los frijoles, a los picadillos, a las ensaladas y también la que ya traen los alimentos ya preparados para que no sobrepase el límite diario.
La nutricionista Marianne Monteil dice que uno de los principales retos que tiene la gente es aprender a lidiar con los productos que tienen sodio oculto, ya que son muchísimos.
Entre ellos está los embutidos, los panes y la repostería, los alimentos enlatados como verduras, salsas, cereales y la mayoría de snaks, ya que les ponen sal como parte de los preservantes.
La doctora Lisseth Serrú Díaz, nutricionista de la Coordinación Nacional de Nutrición de la CCSS, dijo que durante esta semana, la Caja trató de sensibilizar a la población con el tema y promover el regreso a la cocina tradicional, por medio de la campaña “Más sabor menos sal”.
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Cambios para mal
La especialista dice que la crisis sanitaria por el covid-19 generó cambios en los patrones de compra y de consumo de alimentos, por lo que mucha gente elige una alimentación menos nutritiva y con mayor cantidad de productos procesados debido a que son accesibles, fáciles de preparar y de bajo costo, pero suelen provocar hipertensión.
Serrú recordó que el sodio no solo está en las comidas preparadas que venden en los supermercados, sino también en la mayoría de los alimentos salados y dulces que se compran en restaurantes, supermercados, ventas de comida rápida, artesanales y en la calle, incluso en muchos de los condimentos que se utilizan en casa para sazonar los alimentos.
Debido a esto es fundamental que las personas procuren preparar alimentos en sus hogares, como picadillos, sopas, ensaladas, carnes y pastas, usando ingredientes frescos y naturales, sin excederse con la sal.
La funcionaria dio una serie de recomendaciones para ir reduciendo el consumo de sal. Lo primero es quitar el salero de la mesa para evitar la tentación; reemplazar la sal por hierbas frescas, chile, cítricos, ajo, pimienta negra y especias sin sal. Reducir el uso de salsas tipo inglesa, de soja, de tomate, así como de aderezos para preparar ensaladas.
Disminuya poco a poco la sal durante la preparación de sus comidas, ya que su gusto y el de su familia se adaptará poco a poco, no se trata de eliminar la sal, sino de reducirla. Enjuague y escurra los vegetales enlatados; prefiera frutas y vegetales frescos y evite acompañarlos con sal o salsas. Infórmese sobre la lectura de etiquetas para seleccionar alimentos con bajo contenido de sodio. No ponga sal ni salsas extra en las meriendas que se llevan a los centros de estudio o a los trabajos.
Prepare los alimentos con cantidades bajas de sal yodada y fluorada, es decir “enriquecida” con yodo y flúor. Es esencial para el desarrollo cerebral adecuado tanto del feto durante la gestación, como del niño en crecimiento. Además contribuye a optimizar las funciones mentales y previene la caries.