La erupción de este domingo del volcán de Fuego en Guatemala, que hasta el momento ha dejado 62 personas fallecidas, 3.000 evacuados y cientos de desaparecidos, le trajo muy malos recuerdos a don Miguel Quirós.
Este sancarleño vivió en carne propia un hecho similar, pero en nuestro país el 29 de julio de 1968, a eso de las 7:30 de la mañana (hace casi 50 años), cuando una potente erupción del volcán Arenal, ubicado en La Fortuna de San Carlos, acabó con la vida de 87 personas.
Todas fallecieron debido a la inhalación de gases, que además de ser tóxicos, bajaban a altas temperaturas.
Debido a este tragedia las comunidades de Pueblo Nuevo y Tabacón desaparecieron.
Quirós, quien es oriundo de la zona, comentó que el día de la erupción tenía tan solo 20 años y trabajaba como asistente de cobros en el Banco Nacional de la comunidad.
“Vi lo de Guatemala y recordé los muertos del Arenal, fue algo muy doloroso que uno no quisiera recordar, pero cuando pasan cosas así es imposible no hacerlo.
“No sé si la del Arenal fue más fuerte que la de Guatemala, lo que sí le puedo asegurar es que este tipo de desastres son muy fuertes y devastadores”, agregó.
Don Miguel explicó que el día del desastre fue muy diferente, ya que amaneció soleado, pero también hacía frío, algo poco común en esa parte del país.
“La gente decía que iba a pasar algo porque los días así no eran comunes, siempre era bochornoso pero en aquella ocasión sucedió todo lo contrario. Unos minutos después se produjo la erupción y se terminó de confirmar que era un día distinto”, agregó.
Coloso avisó
Al igual que el volcán de Fuego, en aquel momento el Arenal envió pequeñas señales.
“La noche anterior tembló varias veces, lo recuerdo muy bien (hace una pausa), también salía humo, pero nadie lo tomó en serio”, aseguró.
De acuerdo con Quirós, para esa época muchos pensaban que el Arenal era inofensivo, pero él desde muy pequeño sabía de los peligros que podía correr si entraba en actividad.
“Yo crecí sabiendo que era un volcán, la gente comentaba que era un cerro y se burlaban de nosotros cuando les contábamos quera un volcán. ‘chiquillos más tontos’ nos decían. Lo sé porque mi papá (Ricardo Quirós) mi papá subió al volcán en 1937 y nos decía que en cualquier momento se podía dar una erupción”, reseñó.
Actualmente el coloso de Guatemala es considerado el volcán más activo de Centroamérica, ya que hace en promedio de 5 a 10 erupciones pequeñas al día.
Pueblo fantasma
Quirós nos contó que el estruendo que escuchó aquella mañana fue algo terrorífico.
“No he escuchado nada igual en mi vida, fue algo impactante, al menos a mí me dio mucho miedo y una serie de sensaciones que todavía no logro explicar”, dijo.
Después de eso, don Miguel explicó que la vida para las poco más de 3 mil personas que habitaban esta zona cambió.
Lo primero que tuvieron que hacer fue abandonar sus casas, ya que sus vidas corrían peligro, es decir, de la noche a la mañana se convirtió en un pueblo fantasma, en el que el olor a azufre y a muerte eran el denominador común.
“El gobierno de José Joaquín Trejos ordenó a todos a salir. En ese momento solo habían quedado unas diez personas, entre ellas yo en toda La Fortuna para ayudar en las labores de rescate de cuerpos”, afirmó.
Debido a lo desolado del lugar, Quirós detalló que luego de la evacuación empezaron con la búsqueda de los cadáveres, por lo que había más muertos que vivos en La Fortuna.
“Era gente que seguramente se quedó atrapada, que no pudo huir y que sufrió mucho. Ahí había familiares de conocidos que tristemente murieron. La impresión no era de llorar, era más bien de guardar la calma”, comentó.
Un día después del evento, el periódico La Nación informó en su portada “Destrucción y muerte siembra volcán Arenal, en alusión a la tragedia.
“La zona que más ha sufrido los efectos de la inesperada actividad del Arenal fue Pueblo Nuevo en donde de acuerdo con el informe oficial del Ministerio de Seguridad Pública, nueve personas resultaron muertas, la mayoría de ellas por asfixia”, detalló el medio que una semana después comunicó que el número de fallecidos llegó a 87.
Se levantaron
A pesar del daño que causó, la mayoría de los pobladores decidió nuevamente vivir en La Fortuna, ya que muchos no tenían otro lugar para vivir.
“Nos costó levantarnos pero lo hicimos, la gente de La Fortuna siempre ha tenido la característica de querer progresar. Mucha gente no quería venir por miedo, pero hoy por hoy es uno de los lugares más visitados, precisamente por el volcán”, finalizó.
El Arenal se mantiene activo, tirando gases en pequeñas cantidades. En la década anterior se hizo famoso por la expulsión de lava, fenómeno natural que atrajo tanto a turistas extranjeros como a nacionales.