EscucharLa medida migratoria que la semana pasada definió el Gobierno de exigir visa a los hondureños genera opiniones encontradas entre expertos de seguridad, pues mientras unos la respaldan, otros más bien la critican.
El director de Ciencias Criminológicas de la Universidad Estatal a Distancia, Rodrigo Campos, es uno de los que cuestiona la decisión, que según el Gobierno se basó en la detección de sicarios, exmilitares y criminales de ese país en suelo nacional, principalmente en Limón.
“La decisión del Ejecutivo de exigir visa de ingreso a personas hondureñas es una forma más de señalar en la dirección equivocada. Si bien es cierto que algunas personas de esa nacionalidad se han involucrado con actividades criminales costarricenses, no son el único grupo que lo ha hecho o que lo hará,
“Finalmente, suponer que la exigencia de una visa será un disuasor para las personas dispuestas a quitar vidas humanas es, cuando menos, iluso e inocuo en la atención del problema que tenemos en Costa Rica”, recalcó Campos.
El académico enfatizó también en las consecuencias que la medida provoca en el comercio regional, pues muchas empresas nacionales importan y exportan al mercado centroamericano.
“Esta medida viene a entorpecer las gestiones en el mercado regional, ya que los transportistas requerirán de mayores trámites para su circulación”, expresó.
La Teja también consultó al experto en seguridad, Brian Sandí, quien defendió la postura del Ejecutivo, más allá de las repercusiones por la reacción de Honduras de obligar a los ticos a tener una visa consular para entrar a su territorio.
“Las decisiones de seguridad deben ser numéricas y en esta ocasión es la correcta. Revisamos las cifras y hay un ingreso de 300 costarricenses a Honduras por año, mientras que son más de 5 mil hondureños que entran a Costa Rica. Tenemos un desfase”, comentó Sandí.
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“Además, en las últimas capturas se han detectado que están ingresando hondureños exmilitares a entrenar a la delincuencia nacional en la zona de Limón y Puntarenas. Entonces, hay que meterle mano dura con el filtro que defina cuál hondureño viene a Costa Rica y a qué viene”.
Según Sandí, la idea no es prohibir por completo el ingreso de catrachos al país, sino que la visa consular busca filtrarlos para saber quién realmente es la persona.
