Todos los años, los viejitos del hogar de ancianos San Jorge, en Abangares de Guanacaste, celebran octubre, el mes del adulto mayor, entre música, bailes y muchos chineos.
Los grupos y empresas de la comunidad se reparten los días del mes para ir a festejar y a darles regalitos a los abuelitos.
Pero en este 2020, debido a la pandemia, los residentes del hogar no pueden recibir visitas, ni siquiera de sus familiares, situación que los tiene un poco tristes, pero aún así en el centro se las ingeniaron para cumplirles los antojos y deseos para hacerlos sentir muy especiales.
Krissia Porras, trabajadora del centro, dijo que algunos lugareños, entre ellos un profesor al que de cariño le dicen Caliche, y Maritza Ruiz, se pusieron de acuerdo y organizaron una bonita actividad para subirles el ánimo a los viejitos.
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"Ahorita tenemos treinta adultos mayores, veintidós hombres y ocho mujeres. Entonces le preguntamos a cada uno qué le gustaría que le regalaran y subimos su foto al Facebook con cada petición. La respuesta de la gente fue tan buena que en cuestión de dos días ya teníamos los padrinos para todos los residentes, incluso algunos quedaron hasta con dos padrinos.
“Algunas personas viven cerca y quedaron de traer las cosas al centro, otras viven lejos y dijeron que las mandarían por correos de Costa Rica, entonces las estamos esperando. La idea es empezar a repartirlas cuando tengamos varias, sabemos que los adultos mayores se van a poner muy contentos, ellos son muy agradecidos”, dijo Krissia.
Todo tipo de deseos
Los viejitos hicieron todo tipo de peticiones: tres pidieron gorras, otro un par de zapatos, en la lista había una mudada y una faja, una señora pidió una “cremita para untarse”, varios querían colonias y perfumes, camisas, un pantalón y vestidos.
Algunos se fueron por el lado de la comida: un señor pidió un banano, otro un helado, una adulta mayor dijo que quería un queque, otro una Cola Cola, así de variada y curiosa estuvo la cosa.
“Una de las cosas que más nos sorprendió fue que uno de los adultos mayores pidió un acordeón y gracias a la unión de varias personas ya conseguimos quien nos dé uno”, expresó Krissia emocionada.
“Nos sentimos muy agradecidos con el apoyo recibido porque por la pandemia la situación económica se ha complicado bastante. Si alguna otra persona quiere ayudarnos puede hacernos donaciones de artículos de cuidado personal, que es lo que más falta nos hace falta. Ocupamos mucho toallitas húmedas, desodorantes, cremas para el cuerpo, pasta de dientes, entre otras cosas. También son bienvenidas las colaboraciones económicas”, añadió.
Entretenidos
Para evitar que los viejitos se depriman o se aburran, los trabajadores del hogar siempre pasan haciendo actividades que los entretienen y mantienen ocupados.
"Para ellos es complicado estar sin recibir visitas, pero es parte de los protocolos que tenemos en el centro. Los trabajadores también nos cuidamos muchísimo y gracias a todas las medidas que tenemos, hasta el momento no ha habido ni un solo contagio de covid-19 en el hogar.
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“Todos los días organizamos juegos o actividades como bingos, los ponemos a pintar, hacemos tardes de cine, de relajación o también los que pueden trabajan en una huerta que tenemos. Además, una vez al mes celebramos los cumpleaños y les damos queque y todo, eso les gusta mucho", contó la funcionaria.
Ella dice que cuando a alguno de los residentes se le olvida por qué están viviendo una situación especial, le explican de nuevo que ahorita el mundo enfrenta una pandemia y no pueden entrar a la institución personas ajenas por prevención, ellos entienden.
Krissia dijo, además, que ante la falta de contacto presencial, se las han ingeniado para que los adultos mayores puedan conversar con su seres queridos por videollamadas, de esta forma pueden verlos y decirles cuánto los quieren.
Si usted quiere echarle una manita al hogar de ancianos San Jorge, puede llamar al teléfono 2262-0046 o si lo prefiere puede ir a dejar sus donaciones personalmente al centro, el cual está ubicado en Las Juntas de Abangares, 800 metros al oeste del monumento del minero, en el barrio San Jorge.