Gustavo Abarca vive en Hatillo 8 y es una de las miles de personas que sufren desde hace mes y medio por la falta de agua.
Él asegura que desde el lunes de la semana pasada el asunto empeoró, pues ya no les llegaba ni un chorrito, así que tuvo que recurrir al camión cisterna que llegó al barrio para salvar la tanda.
Tanta fue la angustia que recoger agua en un cisterna que se inspiró y escribió su odisea, la cual compartió con La Teja y en redes sociales.
"La publicación tiene un montón de comentarios y Me gusta, donde la gente me escribe: ‘Es como estarme viendo yo ahí’, aunque a nadie le gusta la situación que estamos pasando”, contó este vendedor de desayunos y almuerzos a domicilio, quien aseguró que aunque le metió fisga, todo es cierto.
Esta fue su narración:
"En mis 42 años de vida nunca había experimentado una travesía como esta... algo que creí tan sencillo como salir con un recipiente a recoger agua del cisterna, se convirtió en la guerra apocalíptica más devastadora.
"Salí tranquilamente de mi hogar con un par de baldes pa’ ver si recolectaba un poco del preciado líquido, después de 36 horas de no tener ni gota en la casa, gracias a los malos recortes de abastecimiento que realiza el AyA.
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"Sin embargo, al llegar a la esquina de la cuadra, cuando me topo de frente con el cisterna, fue como ver oro... la verdad que sí, y fue justo ahí donde empezó la batalla vecinal. Todos corrían, gritaban, se empujaban y se madreaban... A como pude traté de acercarme a los tubos de donde salía el agua, pero por más que traté, quedé como 15 metros atrás, no le veía ni las llantas al camión. Del montón de gente que estaba pulseando aunque sea una botella, yo jugando de “popof” para no mezclarme con la plebe, me puse a hacer una fila inexistente que solo el compa de adelante y yo respetamos, porque los baldes volaban sobre nuestras cabezas, la gente llegaba oliendo a pacuso (todos andábamos así) y nadie respetaba lugar alguno.
"Eso realmente me molestó, así que empecé a ejercer presión, y disimuladamente empujaba a los de adelante para ver si me acercaba un poco al camión. Aguantando gritos por fin pude ver salir el agüita que tanto esperé por más de 45 minutos de lucha.
"Sin embargo, al sentir el agua caer sobre mi mano y meter el balde bajo el chorro, aparece alguien que me lo patea y pone el balde de él en mi lugar. Ahí se me salió el Hulk y de una vez le dije: “compa haga fila, respete la jugada”. Para mi sorpresa al verlo para enjacharlo, el compa medía como dos metros y medio de alto, musculoso y fijo de un solo golpe me iba a matar, por lo que enseguida razoné y le dije amablemente: “pero tranquilo viejo, si le urge le cedo el lugar, hay más tiempo que vida”. Obviamente eso se lo dije casi en el oído, ya que al otro lado de la acera estaba mi hija viendo a su gran padre luchar contra el mundo por un poco de agua.
La defensora de los habitantes, Catalina Crespo, confirma tras sus recorridos en Hatillo que los horarios de racionamientos se incumplen y anuncia medidas legales.
Posted by La Teja on Friday, March 13, 2020
"Cuando al fin terminó de llenar sus 43 baldes mi gran amigo el musculoso, pude llenar los dos míos y llegar sano y salvo a casa después de una experiencia única y emocionante, que seguramente mañana voy a tener que volver a vivir.
Y así fue. Según nos contó Gustavo, todos estos días ha tenido que seguir su lucha en busca del agua, sin golpes, pero la situación se pone más tensa que la tanga de Iris Chacón. Sobre todo cuando aún no hay horario fijo para que pase el camión.
Según él, la gente va a explotar en cualquier momento, ya que se vive con mucha frustración.
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Salacuartazo
La defensora de los Habitantes, Catalina Crespo, realizó visitas a varias zonas de Hatillo y comprobó que los horarios de racionamientos se incumplen, por lo que interpondrá un recurso de amparo en la Sala Cuarta.
Acueductos y Alcantarillados (AyA) por su parte, se defendió como gatos patas arriba y señaló que continúa los esfuerzos por abastecer a la población ante la disminución de caudales por la época seca.
Informaron que la incorporación definitiva del pozo W5 en La Valencia este jueves por la noche permite dar 80 litros por segundos de agua adicionales para los tanques del sur (el equivalente al consumo diario de 19.600 personas), los cuales abastecen a los distritos de Hatillo, Mata Redonda y San Sebastián.
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Aseguran que los horarios comenzarán a ser más precisos, pero reconocen que por el faltante de agua existente, la demanda y las condiciones topográficas, juegan una mala pasada.