Como todas las mamitas, doña María Elida Castro, de 74 años, tuvo un Día de la Madre muy distinto a lo acostumbrado.
Esta simpática mujer, madre de diez hijos, siempre ha tenido la costumbre de preparar un almuercito en casa para compartir la fecha con todos sus retoños y sus 19 nietos, por eso este 15 de agosto amaneció un poco triste; sin embargo, ese sentimiento le duró poco.
Esto gracias a la sorpresa que le tenía preparada su hija Lucrecia Fallas, quien contrató al payaso Puchito, para que le llevara serenata a su casa en San Juan de Dios de Desamparados.
Pero la otra parte del regalo fue la que más emocionó a doña Mary, quien no pudo contener las lágrimas al escuchar a cada uno de sus nietos diciéndole cuánto la quieren y extrañaban, pues no han podido visitarla desde que inició la pandemia hace poco más de cinco meses.
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“Pese a que estamos en pandemia, este ha sido el mejor Día de la Madre. Me animó mucho y le dan a uno ganas de vivir. Muy profesional este chiquillo que lo conocí desde chiquillo”, dijo la señora.
“Yo amo a mis nietos y me sentí tan feliz de oír todas las cosas bellas que me dijeron”, añadió la señora quien dijo estar muy feliz.
Lucre trabajó como la payasita “Campanita”, así conoció a Puchito, y decidió contratarlo para esta darle este regalo a su mamá.
“Por lo que estamos pasando y con eso de que no todos pueden ir a visitarla y hacer pelota, pensé que era una forma muy bonita y diferente, era salirse un poquito de lo tradicional. Es entretenido y muy emotivo”, explicó Lucrecia.
“Fue mejor que si hubiera ido un mariachi, nunca la habíamos visto reírse ni llorar tanto de alegría. Estaba encantada por el mensaje de todos los nietos incluidos los que están fuera del país, le mandaron un audio y Puchito lo puso en los altavoces”, agregó la también madre de dos hijos.
La serenata de doña Mary fue a las 11 de la mañana y el payaso le llevó ramos de flores con globos, un montón de canciones, un show de baile y hasta la puso a cantar.
Yolanda Fallas, la hija con la que vive doña Mary, era la única que sabía de la sorpresa, por eso cuando empezó a sonar la serenata, la homenajeada dijo: ‘¡Uy, oiga, música!’.
“Fue muy bonito, mi mamá se emocionó mucho y en especial con el audio de los nietos porque es a los que no ha visto. Ella de todos modos es una persona muy linda, muy sensible y amorosa”, dijo Yolanda.
También aprovechó para desearle felicidades a Puchito por su profesionalismo.
Mamita brumosa
Otra festejada fue doña Ruth Guzmán, vecina del residencial Cartago en la Pitahaya, a donde el payasito llegó a las 3 p.m.
Su hijo Danny Aguilar fue el que le contrató la sorpresa por la imposibilidad de estar cerquita de ella, ya que no pertenecen a la misma burbuja.
“Supe de Puchito por las redes sociales, cuando ha ido a orar a los hospitales y me pareció una bonita forma de apoyarlo y darle un bonito regalo a mi mamá”, explicó Aguilar.
Doña Ruth, madre de cuatro hijos, nos dijo que le gustó mucho la serenata.
Día movido
Puchito tuvo un día bastante movido, primero desde el balcón de su casa le dedicó la serenata a las madres vecinas en Poás de Aserrí, luego se vistió con el traje de charro, pero con zapatos de payaso y su rostro pintado, para salir hacia el cementerio de San Juan de Dios de Desamparados a tocarles a las madrecitas que ya no están con nosotros en esta tierra.
Luego se fue donde doña Mary, subió a Aserrí nuevamente y de ahí se fue para Cartago, donde le cantó a Los Meneses, cinco mamitas que viven juntas en los alrededores de la iglesia María Auxiliadora en el centro de la Vieja Metrópoli, y luego pasó al residencial Cartago y volvió a San José a otras presentaciones en Alajuelita.
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