Evelyn Badilla, mamá de los siamases Esequiel y Samuel Nuñez, describió el momento en que se enteró que sus hijos fueron separados como algo mágico.
Badilla empezaba a desesperarse este sábado en la madrugada debido a la larga espera, por lo que cada vez que escuchaba traquear la puerta de la sala de espera volvía a ver esperando que noticias por fin llegaran. Afortunadamente uno de los doctores autorizados para dar información les confirmó la noticia de que los pequeños habían sido separados de forma exitosa, cerca de las dos de la mañana.
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“Fue mágico, se nos fueron todas las cargas, lloramos mucho y se nos quitó el sueño. Primero salió Samuelito y yo pregunte, ¿dónde está Esequiel? Como a la media hora lo trajeron”, dijo la mamita, a la que le brillaban los ojos y no se le notaba el agotamiento por una espera tan larga (la operación duró cerca de 20 horas).
Ella le confesó a La Teja que este viernes fue un día muy tenso para su familia y especialmente para ella porque estaba muy asustada por la intervención a la que serían sometidos sus hijos.
"Luego tuve tranquilidad porque las cosas iban bien y la cirugía avanzaba sin problemas. a pesar de durar tantas horas. No obstante, en la madrugada la ansiedad me llegó a desesperar, porque quería verlos y saber qué estaba pasando, porque ya eran muchas horas", dijo.
Badilla estuvo acompañada en todo momento por su esposo, Stalin Nuñez, y de otros familiares que les ayudaron a aguantar el estrés que genera una espera tan larga.
"En la noche eran menos personas. Nosotros nos pasamos intercambiando todo el día entre la capilla y la sala de espera, rezando o hablando de cualquier cosa".
Los papás de los chiquitos se marcharon este sábado como a las 4 de la mañana a la casa para descansar un poco y cerca del mediodía, cuando La Teja se los encontró en el hospital, nos contaron que aún no habían podido desayunar.
La mamá está orgullosa por la valentía que han demostrado sus pequeños. "Pensé que iba a estar más triste y llorar un poco más, pero el amor por ellos me obliga a ser fuerte y valiente, aunque no les llegó ni a los pies porque ellos aguantaron una cirugía de muchas horas", dijo.
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Badilla agradeció a todo el personal médico y a la gente que se ha interesado por sus hijos, aunque le pidió a la gente que siga orando por ellos.
"Todo el equipo ha sido maravilloso. Demostraron que son capaces de muchas cosas, son increíbles. Nos dieron esperanza, trabajan muy duro y se han esforzado al máximo. Ese agradecimiento por ellos nunca va a acabar, esos nombres siempre estarán en mi mente", dijo.
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