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(Video) Vendedor de helados en Migración: "Esto es mejor que un partido de la Sele"

Jefferson Cerdas le sacó el jugo al centenar de nicaragüenses que llegaron a solicitar refugio

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Jefferson Cerdas es nicaragüense, tiene cuatro años de vivir en Costa Rica y dos de ellos de dedicarse, por las mañanas, a vender helados.

Sin embargo, desde que divide su tiempo en endulzarle la vida a la gente nunca había tenido tanto éxito como la mañana de este lunes.

Jefferson Cerdas se pegó una buena asoleada, pero hizo la venta del año. Fotografías: Graciela Solis (GRACIELA SOLIS)

Cerdas, de 37 años, se fue para Migración, en La Uruca, porque sabía que un montón de paisanos suyos iban a ir a solicitar refugio.

Esto porque Migración tomó la decisión de entregar 200 citas cada lunes para que los vecinos del norte pidan refugio por la situación que vive su país por el régimen de Daniel Ortega.

El vendedor de helados, ni lerdo ni perezoso, llegó a las 8:30 a. m. al lugar y a las 10:30 a. m. le quedaban solo 8 helados de los 80 que había llevado.

Para que se haga una idea de lo bien que le fue a este pulseador, nos contó que él un día normal, poniéndole mucho, logra vender unas 30 paletitas.

Por lo que con lo alcanzado en ese momento, el hombre estaba como loco, porque asegura que no hay evento, ni siquiera deportivo, en el que le haya sacado tanto provecho a la venta de helados como este lunes.

"Esto es hasta mejor que un partido de la Sele porque ahí a uno no lo dejan entrar al estadio, en cambio aquí uno tiene acceso a todo el mundo", dijo el empunchado vendedor.

La fila en las afueras de Migración le dio la vuelta completa a la cuadra. Fotografías: Graciela Solis (GRACIELA SOLIS)

Además del gentío que llegó, a Jefferson lo salvó que la mañana de este jueves estuvo calientísima, según el Instituto Meteorológico Nacional, estuvo cerca de 27 grados.

Aunque estaba contento con la venta, al hombre le quedaba un sabor medio agridulce porque al igual que todas las familias que estaban ahí, la de él está en las mismas.

"Si yo estuviera en Nicaragua estaría en las protestas, por eso mi mamá me dice que mejor me quede aquí porque si me voy para allá sabe que me meten una bala en la cabeza", expresó Jefferson.

Además, este pulseador sabe que los ¢100 mil que envía a su familia por quincena les ayuda muchísimo, sobre todo en momentos como estos donde las familias sobreviven con las reservas de comida o con lo que ellos mismos logren plantar porque los supermercados no están funcionando.

¿Qué fue lo que hizo que llegara tanto nicaragüense a Migración este lunes?

Pues varios de ellos nos contaron el motivo y el de todos es el mismo: huir del régimen de Daniel Ortega, en el cual ya se suman cerca de 200 personas muertas en los últimos dos meses.

Por ese motivo, Migración decidió comenzar, desde la semana pasada, entregar citas cada lunes a los hermanos nicaragüenses para solicitar refugio.

Los nicaragüenses no desaprovecharon la oportunidad, según datos de Migración, se entregaron 3050 citas este lunes, por lo que a partir de este martes se van a comenzar a atender 200 personas por día.

Algunos de esos tres mil, inclusive, hasta acamparon en las afueras del edificio, con tal de ser los primeros en contar con el beneficio.

El sol estaba tan bravo que algunos aprovechaban cualquier sombrita para acostarse un ratito. Fotografías: Graciela Solis (GRACIELA SOLIS)

El resto llegó de madrugada para ver si conseguían la cita.

Tal fue el caso de José Manuel Méndez, de 28 años, quien se vino de su país hace 15 días precisamente para solicitar asilo acá.

Méndez, vecino de Jinotega, en Nicaragua, dice que tardó tres días en llegar desde su pueblo a Costa Rica y dice que no hubo ni un solo segundo en el que no tuviera miedo.

"Dormía en las paradas de los tranques, pero siempre tenía miedo porque estamos siendo perseguidos", contó Méndez.

Este estudiante universitario tuvo que dejar sus estudios botados y venirse para Costa Rica a buscar una mejor oportunidad para él y, si puede, para su familia.

Sobre todo después del gran susto que se pegó con un familiar suyo debido a la violencia en la que están sumergidos.

"A un sobrino de 17 años le pegaron dos disparos por una ráfaga. Uno le pegó en una pierna y el otro en un hombro", expresó.

Si el sobrino sigue vivo, es casi que un milagro porque según cuenta José Manuel, el Gobierno de Ortega le tiene prohibido a las clínicas públicas y privadas atender a los protestantes, por lo que la que le salvó la vida al muchacho fue la Iglesia católica, quien le ha estado ayudando al pueblo.

Lo mismo vino a buscar don Juan Carlos Ramírez y su esposa Rosa Elena Vásquez, una pareja que estaba haciendo fila con sus dos hijas, una de 2 añitos y la otra de siete.

La iniciativa creada por Migración era única y exclusivamente para los hermanos nicaragüenses, por la situación que están viviendo en su país. Fotografías: Graciela Solis (GRACIELA SOLIS)

"Nosotros quisiéramos ir a ver a nuestras familias, pero así no se puede, por esa misma situación, pero a la vez uno quiere quedarse aquí para que las hijas de uno tengan otras oportunidades, porque allá no hay", dijo Ramírez.

Marcelo Poltronieri

Editor web, acomodador del periódico impreso y uno de los encargados de los posteos en las redes sociales de La Teja. Ha trabajado en Grupo Nación desde el 2012 en distintos productos y secciones. Es bachiller en Periodismo y licenciado en Producción Audiovisual en la Universidad Federada San Judas Tadeo.

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