Un profesor de Educación Musical del Colegio Técnico Profesional de Parrita regañó a gritos a un estudiante de octavo año por supuestamente haberle faltado al respeto al decirle “hijuep...” el pasado 7 de octubre mientras se encontraban en un salón de clases.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) confirmó los hechos e indicó que el educador fue separado de su cargo y reubicado en la oficina de supervisión del circuito 04.
Pero, ¿estuvo bien o mal su accionar? ¿Se justifica que explotara de esa forma? La psicóloga educativa María Ester Flores nos da su criterio profesional.
Lo primero es verlo desde el punto de vista individual, como ser humano.
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“Los mecanismos de defensa para la supervivencia de la vida y para volver a la estabilidad cuando la adrenalina y el cortisol se disparan, influyen en nuestra conducta y en esos momentos no sabemos cómo vamos a reaccionar, porque ambas hormonas no nos dejan pensar y es natural que actuemos así porque es instintivo”, explicó la especialista.
Pero desde el punto de vista social, debemos ganarle a esos sentimientos y llevarnos a la tranquilidad, la ecuanimidad y la empatía para poder tener autocontrol.
“La investidura de profesor nos obliga como docentes a canalizar la agresión de los niños y jóvenes, desde ese punto de vista está mal que el profesor explote. Tenemos un compromiso como docentes”, agregó Flores.
Criterio similar tiene la también psicóloga educativa y exviceministra de Educación Rocío Solís, quien indicpo que es muy delicado y se debe recordar que los docentes son la autoridad dentro del aula.
“Nosotros somos el adulto y debemos mantener el control y manejo del aula y del grupo, para eso se les prepara a los docentes y tienen un título para que seman hacer el manejo y no dejarse llevar por las emociones como le pasó a él y se puso en la misma posicipon que los estudiantes. El que se enoja pierde y no se debe dejar pasar la falta de respeto, pero la disciplina se debe mantener con cordura y con técnicas”, comentó Solís.
Para la psicóloga Flores, que tiene un doctorado en educación, aunque hay situaciones más graves como son las agresiones físicas de estudiantes a los profesores, existe un protocolo de atención que siempre debe aplicarse.
“Lo primero es tiempo fuera, en el momento en que vemos a un estudiante que me está tratando de sacar un cuchillo, pegarme o algo, lo importante es sacarlo del aula y decirle con respeto que me está insultando y que debe salir y cuando ambos nos calmemos, hablamos. Aplicar el ‘respire cálmese y ahorita hablamos’”, indica la psicóloga.
Ir a la dirección
Luego se debe ir a la dirección y hablar con el director y la orientadora o psicóloga y comunicarle de inmediato a los padres lo que está pasando, para las sanciones o expulsiones que se requieran.
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“Si los padres de familia son muy negligentes, toca llamar al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) o a la Fuerza Pública”, añadió Flores.
Bajo esta premisa, la actuación del profesor no estuvo bien.
“En cuanto a la frase en la que se dirige a todos los estudiantes indicándoles que ahora sí tienen un profesor con “huevos”, se puede reprender y decirles a los estudiantes que no va a permitir que ni este muchacho ni ningún otro me ofenda, porque aquí no se trabaja así y lo ideal es ser creativo y crear dinámicas de empatía que ayuden a mejorar el ambiente”, concluyó María Ester.