José Fallas Cascante es un valiente señor que a sus 87 años madruga todos los días para ir a coger café.
Él es conocido como don Chepe, vive en San Ramón Sur de Páramo, en Pérez Zeledón, y dice que le duele mucho saber que este año falta tanta gente para trabajar en los cafetales, lo cual pone en riesgo las cosechas.
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Este abuelito disfruta muchísimo recolectar el preciado grano y cada vez que lo hace vienen a su mente recuerdos lindísimos.
Desde muy niño le tocó trabajar el campo junto a su tata, quien le enseñó las labores agrícolas, entre ellas la coger café, por lo que desde hace más de 80 años le ha tocado tener en sus manos cosechas del grano.
"Coger café es una experiencia muy linda, pero muy dura y por lo general se hace en familia. Yo recuerdo que años atrás veníamos unos seis de la casa y unos cuatro peones nos ayudaban. Había que madrugar mucho, así que a las tres de la mañana estábamos levantados y mientras unos nos íbamos al cafetal, las mujeres hacían tortillas y preparaban el desayuno porque ya entre las cinco y las seis de la mañana se iban a dejarnos un gallito.
“El almuerzo lo servían como a las diez de la mañana y venía envuelto en hoja de plátano. Como a las doce esperábamos el cafecito, porque era toda una tradición sentarse en el cafetal a comer y hablar un poquito entre todos... Yo sacaba el café que recogíamos en una carreta por unos barreales terribles y siempre nos mojábamos mucho”, recordó el adulto mayor.
Hace cinco años a Don Chepe tuvieron que hacerle una operación en la cabeza ya que un fuerte golpe le ocasionó un coagulo, pero eso no le impide seguir en las labores del campo.
“Este año de tantas dificultades por la pandemia se ha hecho más difícil recoger café y es por esto que pedimos a los ciudadanos que colaboren para que no se pierda la cosecha”, expresó el viejito.
Vendrán nicaragüenses
Desde hace meses los cafetaleros están sufriendo porque no tienen suficientes peones para hacerle frente las cogidas. Lo curioso es que la pandemia ha dejado sin trabajo a miles de personas, pero muchos prefieren no joderse.
En un intento por no dejar perder las cosechas de café, las autoridades hacen lo necesario para dejar entrar al país a nicaragüenses que sí están dispuestos a bretear.
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Víctor Vargas, del Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE), dijo que ellos afinan detalles para que empiece la entrada controlada de extranjeros, la cual se hará bajo estrictos controles.
La institución informó que los nicaragüenses que entren a Tiquicia ya tienen que haber conversado previamente con los cafetaleros y estar plenamente identificados, ya que apenas ingresen deberán empezar una cuarentena de 14 días, por aquello que de que tengan covid.
Si todo sale bien ya el lunes o martes de la próxima semana podrían empezar a ingresar los extranjeros.
Las autoridades de Salud también han estado en reuniones para coordinar que todo el proceso de recolección de café se dé bajo las medidas sanitarias necesarias para evitar brotes de coronavirus, entre ellas mantener el distanciamiento social dejando una calle del cafetal de distancia y aplicándose frecuentemente alcohol en gel.