Algunos enamorados escogen un lugar singular para casarse, como un avión, un barco o el pico de una montaña.
Pero una pareja de San Carlos, conformada por Christopher Estrada y Lucía Aguilar Sánchez, decidió casarse en un hospital y la razón fue el amor.
Resulta que la abuelita y el padrino de bautizo de la novia se encontraban internados en dicho centro médico, ambos por problemitas del corazón, por eso la pareja decidió contraer nupcias cerca de esos seres queridos para que no se perdieran un momento tan especial.
La boda civil se llevó a cabo este sábado a las 3 de la tarde en la sala de sesiones de la Dirección General del hospital de San Carlos.
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La decisión de los nuevos esposos empezó con una solicitud escrita hecha el viernes 5 de abril, luego de que negaran la salida de la única abuela de la novia, Angela Salas, y su padrino de bautizo, Carlos Marín. Curiosamente, ambos sufrieron un quebranto de salud el mismo día, el martes pasado.
“Hacemos la solicitud formal de la habilitación de un espacio del hospital para llevar a cabo la celebración del matrimonio (...) le agradecemos el gran gesto humanitario por parte de todos los funcionarios que están haciendo esto posible”, firmó el novio Christopher.
“Teníamos todo planificado desde hace meses, pero el problemita de salud que sufrió mi abuelita y mi padrino nos puso a mi novio y a mí a buscar posibilidades. Una era cancelar la boda y la otra buscar el permiso para que nos dejaran casarnos en el hospital y así ellos estuvieran presentes. Mi abuela y mi padrino son muy importantes en mi vida y no podía concebir que no estuvieran en este momento tan especial”, dijo Lucía a la oficina de prensa del centro médico.
El novio reconoce que cuando se les presentó la idea de celebrar ese importante momento en el hospi, no lo pensaron dos veces para cambiar de lugar.
“La abuela de Lu se convirtió en mi abuela también, ella ha sido consejera de los dos y gran parte de nuestras vidas, esa semana fue muy dura por las dificultades de salud, pero al ver que salía adelante se hizo todo lo posible para tenerla a ella a nuestro lado. El padrino de mi esposa también estaba internado y delicado de salud, ya eran dos personas muy especiales que no podían estar a su lado y la felicidad de ella era lo más importante. Estuvimos rodeados de ángeles, personas muy humanas y de gran corazón que nos ayudaron a hacer esto posible”, indicó Estrada a La Teja.
Esta atípica solicitud los llevó a solicitar permisos con los médicos que los trataban y gestionar asuntos administrativos.
El encargado de comunicación del hospital, Henry Segura, aseguró que de inmediato muchos funcionarios se pusieron la camiseta para brindarles el mejor espacio posible.
Decidieron abrirles un espacio en la Dirección General por ser el lugar más iluminado y amplio y algunas funcionarias hasta trabajaron ad honorem el sábado pasado para ayudarles. Eso sí, debía ir un máximo de 30 personas, para no alterar la cotidianidad del centro médico.
“Para el hospital de San Carlos, más que un acto de solidaridad es un acto de humanidad y de compartir nuestras instalaciones con los asegurados que son realmente los dueños de ellas. Es parte del principio de solidaridad que no solamente se tiene que presentar cuando hay enfermedad, hay que tomar en cuenta que acá tratamos humanos y somos personas atendiendo personas”, comentó el doctor Edgar Carrillo Rojas, director general del centro médico.
Ayuda a la recuperación
La alegría y sentimiento que se vivió en ese hospital tiene un gran significado para la abuelita, el padrino de la novia y la institución, por eso el doctor Carrillo aseguró que esto impactará significativamente en la recuperación de ellos y el compromiso social que tiene esa institución.
Y tal parece que el médico tenía razón, pues tanto doña Angela como don Carlos están un poco mejor y prontos a recibir la salida, nos contó el novio.
La ceremonia no duró más de una hora y la abuela y el padrino regresaron a sus respectivas camas, mientras que los nuevos esposos se fueron a su fiesta al salón Batará, en Jabillos de San Carlos.
Allí los esperaba el resto de la familia, quienes no sabían nada de lo ocurrido. Al enterarse, se mostraron sorprendidos, pero la noticia fue muy bien recibida dadas las circunstancias.