Escuchar“Fortuna I” es el nombre de la panga pesquera que este año tuvo el honor de trasladar la imagen de la virgen del Mar por los manglares y el estero de Puntarenas.
Esta es la primera vez que una pequeña embarcación traslada a la patrona de los pescadores, que por el cambio en el recorrido, permitió a los chuchequeros recibir la bendición en muelles y en embarcaciones, tanto de pesca, como otras que son solo el recuerdo de un trabajo anterior.
“Es un gran privilegio ser la primera panguita que tuvo la fortuna de llevar a pasear a la virgen, es una gran dicha y damos gracias a Dios por darnos esta oportunidad. La principal petición que le hacemos es por el trabajo y la salud de todos los pescadores de Puntarenas y sus islas”, dijo Sonia María Paniagua, propietaria de la lancha que llevó a la virgen y vecina de la comunidad La Islita.
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Por seguridad de la imagen, antes se acostumbraba a que la procesión fuera en barcos camaroneros más grandes.
Tras la oración del cura párroco de la catedral de Puntarenas, Alexander Alfaro, decenas de lanchas y pangas acompañaron a la santa en su recorrido por el mar.
“Gracias al cambio en la ruta, nuestra señora del Mar, lleva prosperidad y esperanza a otros barrios y familias del pueblo puntarenense que se han visto afectados por la pandemia y el desempleo, con la convicción de que, en medio de todo, Dios cumple su obra”, comentó el padre Alfaro.
La procesión llegó hasta el mar de Puntarenas, saliendo por ‘la punta’, donde se ubica el faro, pasando frente al Paseo de los Turistas, donde devotos, familias y visitantes esperaban para recibir la caravana.
La procesión culminó en el muelle, donde le dieron la bendición a todas las embarcaciones.
Este año la conmemoración recobró fuerza, por lo que la asistencia --cumpliendo con las medidas sanitarias de prevención-- fue un éxito, luego de que el año pasado le pidieran a la gente que lo celebraran en la intimidad de sus hogares por las restricciones sanitarias.
Este año se conmemoran 108 años desde que ocurrió el milagroso rescate de unos pescadores tras el naufragio de su embarcación en el mar puntarenense.
Los marineros contaron que sobrevivieron gracias a que una mujer los visitó para darles fortaleza y comida. El rostro de la mujer era el mismo que vieron los pescadores cuando fueron a la iglesia de Puntarenas a dar las gracias, el de la virgen del Carmen.
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