Alejandro Montiel acompañó a su esposa Marielos Obando la mañana de este jueves porque tenía una cirugía programada por un tumor que tiene en las cervicales.
Su operación estaba programada para las ocho a. m., pero tuvo un retraso de una hora por la reunión que hicieron los empleados de sala de operaciones en el comedor del hospital San Juan de Dios este jueves de 7 a. m. a 9 a. m. cuando se normalizó el funcionamiento del centro médico.
“Gracias a Dios que se abrieron las puertas y se pudo operar siempre esta mañana, porque el médico pasó y le dijo que no iban a poder operarla este jueves porque no habían quirófanos para ello. De un momento a otro llegaron y dijeron que sí, que ya estaba abierta la sala de cirugías. El doctor incluso le dijo antes de la habilitación de las salas, que la operación le sería reprogramada para la otra semana”, explicó don Alejandro.
Esta es la segunda operación que le practican a doña Marielos, vecina de Alajuelita y de 43 años, quien estaba hospitalizada desde hace una semana y por la huelga no había podido ser intervenida, según agregó su esposo.
“A ella la tuvieron un mes en la casa y tuve que venir para poder mover el asunto porque decían que estaban en huelga, que los doctores no estaban. Luego de hablar con los médicos me dijeron que le harían los estudios y se dio la operación gracias a Dios”, agregó Montiel.
Teme perder la otra pierna
Paciente Carlos Méndez de Jericó cuenta su drama por huelga
Posted by La Teja on Thursday, September 27, 2018
Otro caso es el de don Carlos Méndez, vecino de Jericó de Desamparados quien está internado desde hace una semana con una infección en el hueso del tobillo izquierdo a la espera de que haya personal disponible para que lo operen.
Él se encuentra en la sección de infecciones de ortopedia, es paciente diabético y ya le han hecho tres operaciones en el INS, pero no logran detener la infección.
“Por eso he estado con vomitadera, casi no como y uno se estresa mucho esperando que llegue la operación. Por ejemplo, el miércoles, día de la concentración en San José, no nos dieron ni café, fueron las damas voluntarias las que nos dieron un poco más tarde”, explicó el paciente de 60 años.
Aseguró que teme que se le meta una bacteria en la pierna por estar en el salón de infecciones y a raíz de ello perder también su pierna izquierda, como le pasó con la derecha.