Ariana María Fernández Aguilar se sintió la mujer más feliz del mundo cuando se dio cuenta de que estaba esperando a su tercer bebé.
A sus 37 años, sintió de nuevo el gusanito de querer chinear y le dijo a su pareja, Dehivi Orozco Quesada, que quería ser mamá de nuevo.
Él se sorprendió porque sus otras dos hijas tienen ya 19 y 11 años, pero también sintió bonito cuando analizó que su casa podría volver a oler a bebé.
Luego de un embarazo sano y tranquilo, el 26 de julio pasado a Ariana la internaron en el hospital San Vicente de Paúl, en Heredia, y un día después le hicieron la cesárea que tenía programada. En esa misma operación le hicieron la salpingectomía (procedimiento para no tener más hijos), pero algo salió mal y a partir de ahí la salud de la mujer decayó y luego de seis días perdió la vida.
Dehivi contó a La Teja el duro momento por el que está pasando su familia y pide a las autoridades judiciales hacer una investigación sobre el caso de su compañera de vida, ya que en su corazón siente que ella falleció debido a una mala praxis.
“Nos cambió la vida de un momento a otro, estábamos tan felices por la llegada de la nueva bebé, mis hijas mayores, mis papás, mis suegros y por supuesto, Ariana y yo, todos estábamos llenos de emoción por volver a chinear.
“Fue un embarazo sano, no hubo ningún tipo de complicaciones, le programaron cesárea porque como los otros partos también habían sido por cesárea, los médicos dijeron que era lo mejor”, recordó.
Enorme fallo
Dehivi es policía y el día que operaron a Ariana pidió permiso en el trabajo para poder estar con ella, quería presenciar la cesárea, pero no lo dejaron, así que se quedó esperando en una salita y pasadas las 11 de la mañana lo llevaron a conocer a la pequeña Nasly Dariana, era tan hermosa como la imaginaba.
Se quedó esperando que llevaran también a su esposa al cuarto, pero nada que llegaba y eso no le dio buena espina, así que empezó a preguntar.
Una enfermera le dijo que hubo un atraso y que ahorita venía el doctor a hablar con él. Ya después llevaron a Ariana al cuarto, pero llevaba una manguera conectada a una bolsa.
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“En eso llegó el doctor y le pregunté por qué mi esposa tenía eso y me dijo que es que había pasado un accidente y en la operación le habían picado la vejiga, entonces habían tenido que ponerle un dreno cerca del ombligo y una bolsa para que saliera por ahí la sangre y la orina que tenía mientras la vejiga cicatrizaba.
“Yo le dije que un accidente es otra cosa, como que a un carro le cayera un derrumbe, por ejemplo, pero que a mi esposa le dañaran la vejiga durante la operación era, a mi criterio, una mala praxis y falta al deber de cuidado. Él me dijo que esos accidentes eran comunes y que mi esposa iba a tener que tener esa bolsa como un mes”, relató Orozco.
La hija mayor de Ariana, Anyerlei, también llegaba al hospital a cuidarla a ella y a la bebé y el viernes notó que en la bolsita de la orina no había nada de líquido, entonces le dijo a una enfermera.
“Ella cerró las cortinas y empezó a revisar a mi mamá y se dio cuenta de que la manguerita estaba mal puesta, entonces se la quitó y empezó a buscar una sonda de tres vías.
“Después llegó un doctor y preguntó qué era lo que le estaban haciendo a mi mamá y regañó a la enfermera porque le dijo que eso no se hacía así. La subió en una silla de ruedas y se la llevó para otro lado y cuando la trajeron de vuelta ya tenía orina en la bolsita”, contó la joven.
La Teja consultó el 10 de octubre en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) cómo va la investigación de la muerte de Ariana y cuándo estará listo el resultado de la autopsia, pero al cierre de edición de la nota aún la institución no había respondido.
Ese mismo día se preguntó a la CCSS qué información tiene la institución sobre el caso de Ariana y si están haciendo alguna investigación al respecto, pero tampoco respondieron.
Regresó a casa
Para sorpresa de todos, el sábado 30 de julio les dieron la salida a Ariana y a Nasly.
Cuando Dehivi llegó a recogerla para llevarla a casa, en Río Frío de Sarapiquí, se sorprendió de ver a su esposa caminando y sin el drenaje y la bolsa.
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“Le pregunté a mi hija mayor por qué Ariana no venía en silla de ruedas y me dijo que no le habían querido prestar una, le dijeron que ya ella estaba bien y podía caminar”, manifestó Orozco.
El lunes 1 de agosto la valiente mamá tuvo un sangrado y Dehivi le preguntó si quería que la llevara al hospital, pero ella le dijo que no, que probablemente era algo normal por el nacimiento de la bebé.
Pasaron los días y la familia chineaba a Ariana, pero el miércoles 3 en la mañana ella se puso mal.
“Empezó a sentir un dolor en el pecho y nos preocupamos mucho, luego me dijo que no veía nada y llamé al 9-1-1 y estuve hablando por teléfono como por diez o quince minutos, me comunicaron con una doctora y le expliqué lo que estaba pasando.
“Mi esposa empezó a convulsionar y en el 9-1-1 me decían que tenía que esperar a que llegara la ambulancia que venía de Guápiles, pero no había tiempo, mi papá me ayudó a subirla al carro y la llevamos a emergencias de la clínica de Río Frío y ahí ya ella iba muy mal”.
Los funcionarios de la clínica le hicieron a Ariana maniobras de resucitación y casi de inmediato la mandaron en una ambulancia para el hospital de Guápiles, yo me fui en mi carro detrás.
Dehivi, su papá y su suegra se quedaron esperando mientras atendían a su esposa, pero cuando vio entrar a un agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) supo que su esposa había perdido la batalla contra la muerte.
“Le dio un paro cardiorespiratorio y no la pudieron sacar de él. Un médico me dijo que, aparentemente, pudo haber sido que algún coágulo se desprendió y se le atoró en el corazón, eso pudo ser lo que le ocasionó la muerte”, dijo Dehivi.
En Costa Rica la ley establece que, en caso de muerte de la madre durante el parto o la vigencia de su licencia, el padre biológico tendrá derecho a una licencia especial posparto. “El padre del niño o niña recién nacido deberá comprometerse a hacerse cargo de la persona recién nacida; en ausencia del padre o que este no se comprometa a hacerse cargo del menor de edad, se concederá esta licencia especial a la persona trabajadora que demuestre que se hará cargo del niño”.
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Puso la denuncia
Ese mismo día que falleció su compañera, el oficial, con el alma hecha pedazos, fue a las oficinas del OIJ de Guápiles y puso la denuncia porque a él nadie le quita de la cabeza que se pudo haber hecho mucho más en el hospital de Heredia para evitar la tragedia.
Ahí le recibieron la denuncia y le dijeron que tenía que adjuntar luego el informe de la autopsia; sin embargo, pese a que ya han pasado dos meses, todavía le dicen que el resultado no está listo.
“Saber que mi bebé va a crecer sin la mamá es muy duro, yo quiero que se aclare toda esta situación y que se sienten las responsabilidades porque la vida es lo más sagrado que hay.
“Muchas personas que se han dado cuenta de mi situación me han escrito para apoyarme, incluso algunas me han dicho que ha pasado por situaciones similares en la Caja Costarricense de Seguro Social, pero no han tenido la fuerza para denunciar”, relató.
La familia de Dehivi está tratando de aprender a vivir con el dolor de ya no tener a Ariana y entre todos cuidan y chinean a Nasly, el único pedacito que les queda de la gran mujer que ya no está.