Del cielo llegaron cartas y regalos para 48 abuelitos de dos hogares para adultos mayores, de Santa Ana y Curridabat, gracias al dron cartero.
En el Hogar de Adultos Mayores de Piedades de Santa Ana, en pleno 2020, uno de los abuelitos más queridos y conocidos del país, Chepito, quien este año cumplió 120 años (siendo el tico más longevo actualmente), recibió con gran emoción el correo que aterrizó puntual el 13 de noviembre.
La monja Inés Arias, coordinadora asistencial del Hogar, nos confirmó que había cuatro cartitas para don José Uriel de los Ángeles Delgado Corrales, Chepito, quien también abrazó con mucho amor el regalito que le enviaron los niños de segundo y cuarto grado de la escuela Anglo Americana, quienes fueron los que escribieron las cartas y dieron los regalitos a cada abue, aún sin conocerlos.
Fueron 24 ciudadanos de oro los que ahí se alegraron con el correo.
“Los abuelitos estaban demasiado contentos con las cartitas y el regalito. Cada carta estaba llena de demasiada ternura y amor, incluso, les regalaron una preciosa bufanda con un precioso mensaje de feliz Navidad.
“Fue una mañana muy diferente para ellos. Algunos jamás habían visto un dron y por eso no entendían cómo les iba a llegar el correo desde el cielo. Cuando veían el aparato volador entrando, se llenaron de tremenda emoción”, explicó la hermana Inés.
En la Asociación Gerontológica de Curridadat otros 24 abues vivieron la experiencia aérea y también se emocionaron con el amor que les cayó del cielo.
Doña Ana Cristina Muñoz y su esposo Rónald Chang, fueron los que organizaron todo para darle tremenda alegría a los abuelitos.
“Con la pandemia nos dimos cuenta que varios adultos mayores en los lugares donde pasan 24 horas se llenaron de depresión y tristeza, por eso quisimos unir esfuerzos para llevarles una linda alegría.
“También el covid-19 trajo complicaciones para los niños por el aislamiento, por eso buscamos unir ambas poblaciones y así renovar los lazos de amor. Se usaron drones porque no se puede visitar los hogares de adultos mayores, entonces así estuvimos a 300 metros”, explicó doña Ana.
En verdad fue una doble alegría porque los abues gozaron montones y los niños de la escuela Anglo Americana estuvieron conectados vía Zoom y así pudieron compartir la alegría de los adultos mayores.
Se usaron sobres como los que conocieron los abuelitos: blancos y con los bordes con la bandera tica, además, hicieron estampillas personalizadas.