Priscilla Alfaro y sus hermanos, Catalina y Andrés, fueron escogidos para participar en el segundo video de la campaña “Sí, acepto” a favor del matrimonio igualitario entre parejas del mismo sexo, que será una realidad en Costa Rica a partir del 26 de mayo del 2020.
Hace 10 años, esta joven desamparadeña tomó una de las decisiones más importantes de su vida y se animó a confesarle a su familia que es lesbiana.
En la edición de este lunes hablamos del primer video. La historia que contamos fue la de Ana María Murillo y sus papás, vecinos de Tilarán. "Afortunadamente mis papás y yo podemos salir a la calle luego del anuncio y todo sigue igual".
Sobre la experiencia de Priscilla, ella nos contó que en aquél momento, cuando estaba terminando el cole, “me preguntaba si quería vivir escondida, con miedo. Eso me hacía sentir tristeza porque yo quería una vida feliz, con aceptación y por eso me arriesgué. Al inicio fue difícil porque mis papás no lo aceptaron de una vez, hubo culpa y muchas tensiones”, recordó.
Alfaro al ver hoy que sus hermanos heterosexuales dan su testimonio en el video, en el cual la respaldan, la campaña la hace sentirse orgullosa de su familia y aunque al inicio tenía miedo de participar, la aceptación que han tenido los mensajes la hacen sentirse tranquila.
“Hace 10 años me sentía muy sola y hoy no me siento así. Ha habido una gran diferencia porque en ese entonces no sabía si podría contar con mis papás y hermanos y hoy mis hermanos aparecen en un video en televisión nacional.
"El video no solo habla de mí, también habla de ellos, de lo que han sentido y he tenido que asimilar que a mis papás les costó aceptar mi situación. Ese video dura dos minutos, pero en él se resume lo que he pasado en diez años”, afirmó.
“Sentía que estaba pecando”
A sus 27 años, Priscilla ha sufrido altibajos en la relación con su familia. Primero les comentó a sus hermanos sobre su orientación y ya con un poco de valor, lo hizo con sus papás.
“Vengo de una familia religiosa y sentía que estaba cometiendo un pecado, pero no podía vivir en silencio porque sé que mi vida sería muy triste. Mi hermana Catalina lo tomó muy diferente a mi hermano Andrés. Ella fue muy linda, se lo conté un día en la noche y se lo tomó muy bien.
"Mi hermano fue un poco más distante, pero creo que como hombre le fue más difícil aceptar en su momento mi realidad. Luego de conversarlo con ellos, decidí hablar con mis papás”, dijo.
Esta filósofa y estudiante de una maestría de Artes con énfasis en cine aseguró que el conversar con el papá y la mamá fue lo más difícil porque no hubo una única conversación.
“Yo siento que con ellos salí del clóset varias veces, porque no es lo mismo únicamente decirles ‘soy lesbiana’, sino que además cuatro años después llevé a mi primera pareja a la casa y recuerdo que aún no estaban de acuerdo y no se me olvida cuando me dijeron que ellos veían a mi pareja como a una amiga”, expresó.
Temía por la exposición. Priscilla contó que una amiga fue la que la contactó para participar en la campaña y aunque lo pensó mucho aceptó porque sabría el impacto positivo que tendría.
“Conozco a Gía Miranda (una de las organizadoras de la campaña) desde hace años. Ella me contó el propósito de la campaña y me dijo que era urgente hacer algo así porque en los últimos meses se ha visto mucha violencia en torno a la gente de la comunidad LGTBIQ. Me pareció que los videos serían una buena estrategia”, dijo.
La joven reconoció que cuando recibió la invitación para participar en la campaña sintió miedo por el nivel de exposición que tendría su historia.
“Yo fui la que acepté más lentamente. Si bien me declaré lesbiana, ando en la calle con cuidado porque me han amenazado de muerte, me han dicho que me iré al infierno y ese tipo de cosas se quedan en el cuerpo.
“Mis hermanos aceptaron porque son muy nobles y cuando se presentó la campaña sentí miedo porque salía mi barrio, mis hermanos, mi casa y pensaba si hay un vecino que no lo acepte se puede enfurecer y hacernos algo”, comentó.
El país lo necesitaba
Andrés, el hermano mayor de Priscilla, celebró que la campaña ha tenido un gran alcance.
“Trabajo en una institución pública desde hace casi 12 años y muchas personas me han expresado buenos comentarios acerca del video. Ha sido bonito porque con cada palabra positiva trato de rescatar el mensaje y algunos me han dicho que en sus casas han pasado por algo parecido y siento que ha permitido de alguna manera que estos temas dejen de ser tabú”, destacó.
Andrés agregó que la campaña ha superado sus expectativas.
“La campaña es algo que el país necesitaba porque creo que el país se polarizó en cuanto a temas de la comunidad LGTBIQ por algunos intereses políticos. El impacto de la campaña ha sido grande porque el tema se muestra desde el lado del amor y es una oportunidad para las personas que apenas se están descubriendo para que no se sientan solas”, reflexionó.