Andrés Castañaza es un joven alajuelense, de 34 años, que se propuso hacer una buena obra cada día para honrar la memoria de un amigo llamado Josué Mora, quien falleció hace cuatro días.
Castañaza estaba pegado en una presa en su carro en San Joaquín de Flores, detrás de la Cervecería Costa Rica y ahí vio el puestito de don Wagner Díaz, un pulseador que vende caldosas y frutas.
Don Wagner, como buen pulseador, tiene un cartel para que los clientes que no tengan efectivo sepan que pueden comparle alguito y pagarle por medio de Sinpe móvil (al 7270-6732), por lo que Andrés, cuando vio el letrero, se le prendió el bombillo.
“Decidí tomarle una foto y compartirla en un grupo que tengo de un emprendimiento comentando lo pulseador que me parecía, luego fui más allá y lo compartí en mi cuenta de Twitter pensando que los tres o cuatro que me comentan siempre se apuntaran y entre todos le aportáramos cuatro mil colones que no tenía antes y en algo le ayudábamos”, comentó Andrés.
Y si sorprendemos a este señor y le transferimos mil colones cada uno? #buenaobrasinpe pic.twitter.com/vNH1JtYhR5
— Andrés C. (@acastanaz) February 11, 2021
Lo que Andrés nunca se imaginó fue que su buena obra del jueves se multiplicaría a favor de don Wagner, pues al pulseador no le paró de sonar el teléfono ese día y lo que ingresaban no eran mensajes ni llamadas, sino transferencias.
“Al principio me asusté, pensé que un restaurante había publicado mal el número de teléfono y no sabía cómo iba a hacer para devolverle toda esa plata a todo mundo, hasta que ya me mandó un mensaje Andrés explicándome lo que estaba pasando y me tranquilicé”, dice don Wagner, quien es vecino de Desamparados de Alajuela.
Don Wagner tiene 55 años y es papá de dos hijas: Jazmín, estudiante de la Universidad de Costa Rica, y Lied, la menor, que cursa el sexto año en un colegio técnico profesional.
La familia, conformada también por la esposa de don Wagner, quien es la mamá de las muchachas, vive en una casa alquilada ya que el pulseador le huye a las deudas.
Díaz dice que la platica le cayó apenas porque los poquitos ahorros que le quedaban de su liquidación tuvo que gastarlos en el arreglo del carro, que es su machetico.
“Vieras qué bendición, porque me había quedado tablas, sin ahorros y acabo de salir de los gastos de la entrada a clases y el arreglo del carro y ahora con eso que me depositaron ayer (jueves), me puse a sumar los mensajitos y eran como poco más de cien mil colones”, contó don Wagner entre sorprendido y feliz.
El manudo nos contó que hace unos seis meses habilitó el pago por Sinpe móvil porque le duele en el alma cuando pierde la venta de un fresquito o de un cevichito solo porque el cliente no anda efectivo.
Él se quedó sin trabajo en abril del 2020 producto de los recortes que hicieron en la empresa en la que trabajaba y el 1 de mayo ya estaba pulseándola con su carro en el puesto donde se ubica actualmente, de lunes a sábado de 9:30 de la mañana a 5:30 de la tarde, dependiendo de que tan bueno haya estado el día.
Y no crea que don Wagner empieza a trabajar muy tarde, porque más bien llega a esa hora porque les vende desayunos a sus excompañeros de trabajo, en Veromatic.
Díaz se levanta a las 4 de la madrugada para poder alistar pinto con huevo, plátanos y queso blanco, sándwiches, ensaladas de frutas, plátanos con salchichón, wraps de pinto y panqueques.
Adrenalina al máximo
Como madruga tanto, don Wagner se acuesta tempranito, como a las siete de la noche, pero este jueves estaba tan entusiasmado que a las 10:30 p. m. todavía estaba despierto, porque desde mediodía comenzó a recibir transferencias y a esas horas todavía le seguía cayendo platica.
“Me tuve que decir a mí mismo que ya era momento de descansar porque había que seguir trabajando la mañana siguiente. Tenía la adrenalina altísima”, confesó.
A las buenas personas Dios les pone ángeles en el camino y sin duda don Wagner tiene que serlo, porque esta es la segunda vez que le pegan un empujoncito, anteriormente había sido un amigo suyo, que trabaja en la Cervecería, que posteó un mensaje en su Facebook en el que recomendaba sus ceviches.
Díaz, sus hijas y su esposa estaban muy agradecidos con Andrés por la iniciativa y con todos los que se apuntaron a echarles la mano.
“Fue algo sorpresivo, que me llenó de mucha alegría. Dios ha sido bueno con nosotros”, le dijo a La Teja.
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Recompensados
Como agradecimiento a todos los que ayudaron a don Wagner, Andrés les regaló un código de descuento en su aplicación llamada Go Feria.
“Es mi forma de agradecer y motivar que cuando se actúa bien, puede haber una recompensa, aunque no era esa mi intención inicial, igual, queda en cada quien si lo desea aprovechar o no, sin obligación”, contó el joven de buen corazón.
Otro que recibió un código -- de 15% de descuento en todas sus compras, de por vida-- fue don Wagner.
Andrés dice que la buena acción le ayudó a recobrar la fe en las redes sociales, pues hasta había cerrado su cuenta en Twitter hasta hace un mes por considerar que se había vuelto muy tóxica.