En estos tiempos en los que cuesta encontrar quién le dé los buenos días a uno o lo reciba con una sonrisa en el rostro, descubrimos un personaje que le devuelve la esperanza a la sociedad.

Don Estive Rojas Bonilla, alias el Puma, tiene 49 años y es vecino de Cartago. Trabaja para la empresa de seguridad K-9 hace nueve años y desde octubre del 2017 está destacado en el Pricesmart de Tres Ríos, donde inyecta motivación a los clientes y los mismos trabajadores del lugar.

“Buenos días”, “bienvenidos”, “¡tenga un excelente día!”, “feliz jueves”, estas son algunas de las frases con las que recibe este puma a todos los que llegan al supermercado. Con los más accesibles, hasta les da un amistoso choque de puños.

Su calidad de servicio al cliente la aprendió en Estados Unidos, donde vivió y trabajó durante 25 años y se capacitó con un alemán, otra garantía de disciplina y profesionalismo.

“Ahí aprendí el valor del servicio al cliente. El trato hacia las personas debe ser cinco estrellas, tener mucha paciencia, dar un servicio personalizado y tener claro que cada socio o cliente es un diamante”, comentó don Estive.

Otra escuela que le sirvió mucho para aprender cómo es el trato correcto a las personas, fue el trabajar durante dos años en Disney World, en Orlando, Florida, donde miles de turistas visitan diariamente sus instalaciones.

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“Durante las horas pico, en las que llegan muchas personas a la vez, se me complica saludarlos a todos individualmente y pues estar hablando todo el día, a veces tiene sus efectos en la voz, por lo que trato de tomar mucho café, eso me ayuda a calentar la garganta y mantenerla entonada”, explicó el simpático oficial de seguridad.

Un secreto para mantener el positivismo y la buena actitud es dejar cualquier problema que tenga en la casa y llegar al trabajo enfocado en dar lo mejor de sí.

Pintoresco

Don Estive no llega solo a su puesto de trabajo, de lunes a jueves, que es su jornada laboral, llega acompañado de un dinosaurio de plástico que le regaló un adulto mayor alemán que ya falleció y que le enseñó mucho sobre disciplina.

“Lo traigo porque los dinosaurios dicen mucho de la historia del ser humano y en Costa Rica a la gente le encantan”, explicó este brumoso.

También carga en su mochila calcomanías con caritas felices que le regala principalmente a los niños o adultos mayores.

Y en los días de vacas gordas, hasta confiticos tiene para regalar. De hecho, nos confesó que se puede gastar unos ¢200 mil mensuales en esos detallitos y todos salen de su bolsillo.

“No hay nada como ver una persona entrar y salir contenta, en especial a los niños y los adultos mayores. La paciencia es la clave de todo en la vida, cuando uno se muere no se lleva nada con uno, solo lo que uno dio permanece”, dijo con sabiduría el oficial.

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En su pecho porta orgulloso los reconocimientos a su excelente trabajo, pues además del gafete que lo identifica, anda con las tres tarjetas de cortesía que le dieron en Pricesmart y hasta un trofeo tiene en su casa por esa actitud de servicio.

Y por ratos, también luce la chaqueta que demuestra porqué es conocido como “la leyenda” en alusión a que es el Michael Jordan de los guardas, al poseer los mejores números en la historia de los oficiales de seguridad.

Y no es para menos, en su chaqueta luce los cuatro títulos de coordinador del año, dos de servicio al cliente y cuenta con más de 40 certificados por el buen trabajo de atención al público.

Don Estive sabe que la situación laboral está difícil, por eso da esa milla extra cada día en sus funciones, además de que asegura trabajar porque le gusta.

Agradecidos

La mayoría de los socios del supermercado se muestran muy receptivos y algunos como don Rafael Villalobos, hasta lo describió como todo un personaje, con un carisma increíble y excelente persona.

“Muchos me dan las gracias por el buen servicio y la atención. Me dicen que les gusta mi actitud y el positivismo que emano. Que los hago sentirse bien”, agregó.

Este alegre brumoso asegura que siempre se debe ser positivo, humilde y agradecido con la empresa que le brinda la oportunidad, como las dos a las que representa actualmente y en especial a sus jefes.

En los 11 años que tiene de trabajar en seguridad indica que nunca se ha incapacitado, ni ha faltado al brete, y que las cuatro veces que llegó tarde se debió a las presas.

Don Estive también se dedica en su tiempo libre a hacer barcos de madera.