En un lugar de República Dominicana llamado Pueblo Nuevo de Los Alcarrizos se armó, con razón, un alboroto cuando un gallo cambió el tradicional quiquiriquí por un sorprendente “¡Cristo viene!”.
Ya hace unas tres semanas de eso y nadie sale del asombro.
Gente del pueblo y algunos medios de comunicación del país caribeño lo llaman ahora el “Gallo predicador” y aseguran que el “Cristo viene” se le oye perfectamente.
El dueño del gallo se llama Gabriel Antonio Dineo, dice que no tiene ni un mes de haber comprado el animalito y que en cuanto lo oyó cantar les pasó el santo a los vecinos.
La gente llegó, paró la oreja y comprobó que el dueño no estaba loco. Desde entonces el chisme no hizo más que crecer y medios de comunicación de la isla y de otros países comenzaron a informar sobre la profética ave.
El dueño ha resultado algo contradictorio porque en algunas entrevistas dijo ser ateo y luego salió con que el gallo y su “profecía” son una señal de Dios para que él se entregue a Cristo.
“Entiendo que esto es un mensaje porque yo se lo pedí al Señor, que me iluminara el camino para yo seguir sus pasos. Ese gallo cantaba y yo no me daba cuenta de nada, pero un día escuché que dijo ‘Cristo viene’".
“El Señor se vale de todo”
Le mostramos un reportaje sobre el gallo que hizo un canal de República Dominicana al sacerdote tico Sixto Varela, canciller de la diócesis de Alajuela, para conocer su opinión.
Según el cura el gallito no dice “Cristo viene”, es simplemente su canto normal, pero la gente quiere entender otra cosa y advirtió que se debe tener mucho cuidado con cosas así.
“Si ha sido un signo para que algunos quieran volver la mirada al Señor, pues bendito sea Dios. El Señor se puede valer de todo. El gallo no dice ‘Cristo viene’, pero si otros quieren entender eso, pues bendito sea Dios y que con eso se acerquen más al Señor, que oren más, sobre todo en estos tiempos tan difíciles”, comentó.
El pastor evangélico Henry Zúñiga, de la iglesia Maná, en Cartago, tampoco escucha la famosa frase en el canto del animalito.
“Si este gallo, al que no le doy crédito, en la bendita soberanía de Dios, va a acercar más a esas personas a Dios y va a provocar refrescamientos en la vida espiritual de ellos, pues bendito ese canto, aunque para mí es un canto como el de cualquier otro gallo”, explicó el pastor.
Eso sí, el pastor no descarta que en los tiempos actuales, tan difíciles, alguna gente sienta la necesidad de creer en cualquier cosa.
“Sicológicamente algunas personas pueden verse afectadas por el estrés de la pandemia y andan en busca de milagros, de señales, del canto de un gallo, de cualquier cosa que les haga creer en su corazón que Dios existe y que regresará”, dijo el pastor.
Otro pastor evangélico, Raymond Blanco, también motivador, tiene algo que decir en el tema del “gallo profeta”.
“La palabra de Dios dice que si su pueblo calla, las piedras hablarán. No hay duda de que Dios puede usar lo que sea para dar su palabra, pero también las personas andan en busca de ponerle nombre a todo aquello que suponen que ven o que escuchan.
“Las personas le dan más importancia al cómo escuchan la palabra de Dios que a la misma palabra. Todo lo raro y fuera de lo normal hace que muchos tengan más conciencia de la venida del Señor”, dijo Blanco.
“Curiosidad llamativa”
Rónald Sibaja trabaja en el Zooave, en La Garita de Alajuela, y desde hace muchos años convive con aves.
Él oyó el canto del gallo domincano y descarta un “milagro” o algo parecido.
“Es el canto normal, lo que hace ese gallo es una vocalización, algo que lo diferencia del canto de otros, por lo que se escucha como que dice Cristo viene, pero solo parece, no lo dice. Es una curiosidad bastante llamativa para esta época de coronavirus”.
Rónald recordó que en Golfito hay una paloma que al cantar parece decir: “Yo tonto soy”. También recordó a la lechuza campanario, ya que su canto es idéntico a la risa de una mujer, por lo que mucha gente dice que escuchó a la Llorona.