Cuando era niño, Faustino Vega usaba las cajas de las pastas de dientes para simular que eran buses.
Las movía de un lado a otro mientras imaginaba que recorría largas distancias, llevando y trayendo gente. Su sueño era manejar buses cuando fuera grande y hoy se considera un hombre afortunado porque trabaja en lo que ama y todos los días procura ser un chofer ejemplar en sus viajes de ida y vuelta entre San José y Limón.
Faustino trabaja para la empresa Caribeños desde hace 8 años y en el 2015 le entregaron un bus nuevo, con la placa LB-2072. A partir de entonces se propuso que su labor fuera diferente, destacada, y es algo en lo cual se empeña a diario.
Se propone demostrar que con la ayuda de los pasajeros los buses pueden permanecer limpios y ordenados, como un ajito. Es un esfuerzo constante.
Todos los días, antes de iniciar el viaje hacia el Caribe o hacia la capital, desde la parte delantera del bus Tino les da a los ocupantes algunas recomendaciones para que todos tengan un buen viaje.
“Mi responsabilidad es que todos viajen tranquilosy cómodos. Es importante que cada pasajero entienda que los buses se deben cuidar y por eso antes de iniciar el viaje me tomo unos minutos para explicarles la importancia de mantener las unidades limpias y de respetar el espacio de los demás”, cuenta.
Donde hay orden, está Dios, dice la frase popular.
Una costumbre
Tino ya tiene como costumbre comprar bolsas plásticas que coloca a lo largo del bus para que los pasajeros no dejen la basura en los asientos. A diario invierte ¢500 en 10 bolsas y las paga de su bolsillo porque es parte del compromiso que tiene con el bretecito que le da el pan de cada día.
“A veces me encuentro en los asientos pañales desechables escondidos, los tiquetes del bus y envases de comida. Yo les digo a los pasajeros que muchas veces los buses se llenan de cucarachas debido a la acumulación de comida. Considero que mantener bien aseado un bus es responsabilidad de todos”, aseguró.
El bus que maneja tiene capacidad para 60 pasajeros, está sellado, así que solamente funciona con aire acondicionado y tiene tres pantallas para las películas.
“Por ley, en los buses no se puede tomar licor ni fumar. Eso se los recuerdo a los pasajeros porque un día me pasó que un grupito de personas subió una hielera con ron y cervezas y se lo querían tomar en el camino. Además, algunos a veces quieren fumar marihuana y no puedo permitirlo. Siempre pido las cosas de buena manera, algunos se molestan, pero al final logro que sigan las indicaciones”.
Si hay algún problema en la carretera Tino lo comunica a los viajeros para que a todos les quede claro que podrían tardar más de la cuenta. Siempre tiene en cuenta a la gente.
“Si todos queremos viajar cómodos y sin pleitos, lo mejor que podemos hacer es seguir las recomendaciones que nos dan. A veces los usuarios pensamos que por pagar un pasaje de bus o la tarifa de taxi podemos dañar los bienes y no debería ser así.
"También es importante no incomodar a la persona que va a la par; por eso, dentro de lo que puedo, les pido a los pasajeros no escuchar música sin audífonos porque no a todos nos gusta el mismo estilo de música”, añadió.
Agradecido con la vida
Tino explica que en la mayoría de los casos, los usuarios le agradecen las indicaciones que les da pero –como pasa siempre– otros se molestan.
“Un día, un usuario me dijo que limpiar el bus era mi responsabilidad porque el bus es como una casa y en algunas casas tienen empleadas”, recuerda.
Respuestas de ese tipo no le hacen perder la motivación. El trabajo que tiene le apasiona y eso es más fuerte que los inconvenientes que surjan. “Todo lo que hago es por servirle a la gente. Amo mi trabajo y si no hiciera estas cosas me sentiría mal porque sé que debo brindarle un buen servicio a los pasajeros”.
Faustino siempre se muestra dispuesto a colaborar y en más de una ocasión ha pedido a sus jefes que lo llamen si necesitan refuerzos aunque esté descansando.
Henry Pescod, administrador de la empresa de buses Caribeños, dice que Tino es un colaborador ejemplar y destaca por las cosas que hace. “Todos nuestros colaboradores son serviciales, sin embargo, Faustino tiene una forma diferente de servir al usuario. Tiene un estilo muy personal para hacer su trabajo y hemos recibido buenos comentarios por eso”.
Tino puede estar satisfecho. Ahora con buses de verdad en vez de cajas de pasta cumple aquel sueño de la infancia sin ser un chofer más.