Jimmy Sáenz Rodríguez es un vecino de Desamparados que trabaja como oficial de seguridad en el Juzgado de Trabajo de ese mismo cantón.
Por cosas de la vida, él no había podido sacar el colegio. Siempre quiso ser contador, pero era un sueño que había dejado olvidado debido a los obstáculos que ha vivido.
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En una oportunidad, trabajó en una de las oficinas centrales del Ministerio de Educación Pública (MEP), y ahí varias personas lo motivaron a estudiar, eso hizo que le entrara la espinita por superarse.
Jimmy tiene una hija muy esforzada que está a punto de entrar a la universidad y eso lo motivó para terminar de decidirse y retomar los estudios porque quiere cumplir su meta de ser contador.
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En julio pasado tomó, ingresó al Cindea de San Miguel de Desamparados a sétimo año y hoy con orgullo comenta que sus notas son muy buenas, ¡se sacó un 91 en matemática!, y asegura que no va a aflojar.
Para Irving Fernández, coordinador de permanencia estudiantil de la Unidad de Permanencia, Reincorporación y Éxito Educativo (UPRE), la educación como un derecho, es la clave para que las personas puedan aspirar a una mejor calidad de vida, principalmente para quienes día a día tienen que enfrentar mayores condiciones de vulnerabilidad.
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Jimmy va al colegio todos los días en la noche y disfruta de las actividades que se perdió en la adolescencia por salirse del colegio en 1990.
“Disfruto las clases, los actos cívicos, este año fui al desfile de faroles y es una de las vivencias más lindas de este momento”, dijo Torres.
Este hombre, quien el otro mes cumple 50 años, aconseja a las personas que se animen a estudiar y seguir sus sueños porque los obstáculos están solo en la mente.