La pandemia ha hecho que personas de todo el mundo sufran de depresión y ansiedad y Costa Rica no es la excepción.
Y como el poder desahogar ante alguien esas preocupaciones es una válvula de escape para la gente, la pastoral social de la diócesis Tilarán - Liberia lanzó el programa “¡Venga y hable conmigo!”. Lo que de paso responde a las indicaciones del papa Francisco de salir de los templos.
Este sábado 14 de mayo, en el parque de Bagaces, en Guanacaste, lo estarán esperando los voluntarios de la Pastoral Social para prestarle atención a sus preocupaciones y orientarlo.
De 9 a.m. a 12 p.m. estarán escuchando a los asistentes para que expresen con total confianza sus angustias, al final lo aconsejan y lo harán ver que las pruebas en la vida pueden superarse y que hay profesionales que le pueden ayudar.
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Ellos le recordarán a la gente que en todas las comunidades del país hay profesionales dispuestos a ayudar, en centros médicos, asociaciones o instituciones, también que hay grupos de apoyo si tienen problemas de adicción o violencia, o sea, lo dirigen a la agrupación que mejor pueda echarle una mano.
Los voluntarios que lo escuchan cuentan con una capacitación básica y si detectan que alguien requiere de ayuda más especializada, contactan a la psicóloga del grupo para que ella se encargue del tema.
“Este es un espacio para escuchar sin juzgar, no tengo ningún interés personal, mi prioridad es cuidarte, lo que conversamos se queda aquí, lo único que espero es que saques el mejor provecho”, explicó el diácono Francisco Venegas.
Cada mes, se escoge una comunidad guanacasteca y se programa la atención de las personas.