Bárbara Suárez viajó de Venezuela a Costa Rica en el 2015 porque su vida corría peligro debido al conflicto político.
Ella formaba parte de un partido político contrario al régimen que está en el poder y por eso tuvo que huir.
La venezolana llegó a Tiquicia hace ocho años con su esposo y un poco de ropa, nada más. Un familiar, que se había venido a estudiar tiempo atrás, les abrió las puertas de la casa para que se quedaran mientras buscaban un trabajo y así empezaron a construir una nueva vida.
“Al principio creí que estaría fuera de mi país solo por unos meses, pero ya luego me tocó quedarme porque la cosa se puso más fea, así que tuve que reinventarme. Nos vinimos en calidad de solicitantes de refugio y estuvimos tres meses esperando que nos dieran el permiso laboral para ya poder buscar nuestros propios ingresos.
“Ya con el permiso de trabajo empecé a vencer cositas de comida venezolana, postres, más que todo. Luego entré a la Fundación Mujer y ahí me ayudaron mucho, me guiaron sobre las bases legales del país y me dijeron los permisos que necesitaba para poder fortalecer mi emprendimiento, porque no conocía nada de aquí”, contó.
Bárbara dice que ella tiene conocimientos en comunicación, así que en un primer momento quería ponerse una revista, pero vio que estaba complicado, así que más bien optó por fortalecer el emprendimiento de las comidas venezolanas, al que le puso de nombre “Pasapalos”.
“Es de gastronomía venezolana, pero en formato de bocas. Pancitos, tequeños (como unos palitos de queso), arepitas y otros bocadillos para fiestas, reuniones o para tomar café en familia. Vendo tequeños congelados también para que la gente los pueda preparar en la casa”, explicó la pulseadora.
Gran obstáculo
Bárbara dice que cuando empezó con su negocito la falta de capital fue su principal obstáculo. Eso la llevó a buscar un trabajo para poder reunir fondos para meterle a su emprendimiento, estuvo trabajando como asesora de ventas de una empresa financiera.
Además de Pasapalos, la valiente también desarrolló un negocito que da asesorías en materia de comunicación, esa es la que ahorita le da más ingresos.
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“Tengo clientes fijo que ya son más que clientes. Gracias a Dios ya estoy viviendo de estos dos emprendimientos y hemos podido salir adelante.
“Hace tres años mi mamá se vino para Costa Rica y ella me ayuda con el tema de las comidas venezolanas, mi esposo también participa, es un negocio familiar”, relató la mujer.
Bárbara tiene dos hijos, uno de seis años y otro de seis meses, ellos son su motor de vida.
La valiente dice que todos los días trabaja duro porque sueña con ver sus negocios crecer.
“Mis metas son ver mi empresa de comunicación ya como una agencia establecida, salir de Costa Rica y llegar a toda Centroamérica, tener una oficina propia y tener personal y todo. En cuanto al de las comidas, quiero poder empaquetarlas y distribuirlas en supermercados a nivel nacional”, relató.
8 años tiene Bárbara de vivir en Costa Rica
Dejó todo
Bárbara cuenta que cuando ella salió su país, dejó allá toda su vida. Sintió muchos miedos porque no sabía si estaba tomando la decisión correcta.
“Le doy gracias a Dios porque el tiempo me demostró que tomé la decisión correcta, en ocasiones sentía algo así como el despecho nacional, uno extraña su país, su familia, se me murió mi papá y no pude ir, esos golpes lo hacen a uno preguntarse si hizo lo correcto.
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“Viendo ahorita todo lo que hemos construido, ver a mis niños que gracias a Dios pueden disfrutar de un acceso a la salud, a una buena educación pública, por ellos doy gracias y me siento satisfecha con la decisión que tomé de venirme para Costa Rica. Siento que escogí el mejor país, quizá si hubiera escogido otro no estuviera tranquila ahorita”.
Si usted quiere apoyar a Bárbara y probar las delicias que hace, puede contactarla por medio de la página de Facebook Pasapalos Costa Rica o por medio del Instagram pasapaloscr.
También puede pedir una asesoría de comunicación por medio del Instagram Visagescr o por el Facebook Visages Comunicación & RRPP
Le doy gracias a Dios porque el tiempo me demostró que tomé la decisión correcta”.
— Bárbara Suarez, venezolana