Un grupo de vecinos denunciaron que una familia se habría brincado la ley, para construir una propiedad de forma irregular, en un proyecto habitacional cercano al Parque Nacional Braulio Carillo.
En el distrito de Dulce Nombre, del cantón Vásquez de Coronado, se encuentra un complejo llamado Hacienda Miraflores, que está a dos kilómetros de la entrada al parque nacional y por eso, quien compra terrenos en este lugar, solo tiene derecho a construir una vivienda, de acuerdo con el plan regulador de la municipalidad josefina porque es una zona protegida.
Los denunciantes, quienes pidieron el anonimato aseguran, que los familiares del pastor José Luis Madrigal Chacón (QdDg), fundador de la Iglesia Misión Cristiana Rosa de Sarón, compraron el terreno, para construir cuatro cabañas y según constató La Teja, pese a que las obras están clausuradas, hay trabajadores construyendo en el sitio.
Documentos en poder de La Teja constatan que José Luis Madrigal hijo compró el terreno en mayo de este año. Según el informe registral, la familia compró la parcela número 23, cuyo costo fue cercano a los 62 millones de colones y según el certificado de uso de suelo, la propiedad se localiza en una zona agropecuaria y si el lote está vacío, se permite unicamente la construcción de una edificación.
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“Los infractores compraron la parcela en mayo de este año y desde el inicio comenzaron a actuar de forma irregular. Casi de inmediato empezaron a toda máquina a tirar líneas para delimitar las zonas constructivas, pero a una velocidad alarmante”, aseguró una de las denunciantes.
Los vecinos alegan que una construcción de este tipo puede alterar la diversidad natural que hay en la zona.
“La zona es tan limpia y pura que recibimos agua directa del parque Braulio Carrillo, a veces nos visitan dantas, pumas, coyotes, hay mucha diversidad y cada casa debe tener una planta de tratamiento, porque no se puede tener tanque séptico. Hay que tratar bien las aguas, porque es una zona especial.
“Hemos hablado con ellos, para hacerles ver que han incumplido con una serie de aspectos, pero no quieren entender y más bien, metieron acá un contingente de personas para terminar las cabañas rápidamente, la municipalidad ha clausurado la construcción, pero ellos siguen trabajando en la zona, lo que implica un delito”, dijo otro vecino.
Sin permisos
Francisco Pérez, director de Planificación Urbana y Control Constructivo de la Municipalidad de Vásquez de Coronado confirmó que al ayuntamiento llegaron las denuncias y visitaron las obras.
“A nivel municipal tenemos que seguir un proceso. Se visitó la propiedad para constatar la denuncia, se les da un plazo para que inicien la regularización de las obras y acá hay dos caminos: que la gente detenga las obras y trabajen para ponerse al día o que hagan caso omiso de la notificación.
“Si los propietarios no cumplen con lo establecido, se puede proceder a un proceso de demolición, pero esto es todo un tema, porque los dueños pueden apelar y sus abogados podrían presentar recursos para evitar la demolición, por lo que no es un proceso inmediato”, expresó.
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Por otro lado, un informe que se le entregó a Javier Chacón, director de Operaciones del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), el 9 de octubre anterior, evidenció que, en el sitio se hay cuatro cabañas en construcción y cada una de ellas cuenta con sala, comedor, baño y al menos, dos dormitorios, cuando en esta propiedad solo se puede construir una edificación.
Además, el documento señala que no encontraron por ningún lado el permiso de contrucción de la municipalidad, claramente, porque la muni no se los ha dado.
El proyecto se tramitó como habitacional y tiene un tamaño registrado de 308 metros cuadrados (la extensión de las cuatro cabañas, sin embargo, el área construida al momento de la vista es de 413,20 metros cuadrados.
Desconocimiento
Jose Luis Madrigal, dueño de la propiedad, reconoció que habían cosas de la ley que desconocían a la hora de que comenzaron a construir las cabañas.
“En el lugar se pueden ver cuatro cabañas, pero en realidad sólo son dos. Y el proyecto tendrá una sola cocina, estamos tratando de hacer las cosas bien, no queremos pelear con nadie, porque no tenemos dinero para enfrentar procesos legales o cosas por el estilo.
“Se puede interpretar que son varias casas, pero no hemos terminado de trabajar y estamos trabajando para demostrar que es una una propiedad, bien grande. Ahí vivirá mi mamá, doña Vilma y mis hermanos”, expresó.
A Madrigal se le preguntó por qué siguen trabajando en las obras, si están clausuradas.
“Nosotros vivíamos en Zapote y vendimos la casa, el nuevo dueño nos dijo que teníamos 6 meses para desalojar las casas y esos meses se vencen en noviembre. Si no salimos a tiempo tenemos que ver dónde vivimos, tendríamos quer poner tiendas de campaña.
“No tenemos otra opción, pero estamos corriendo para tener todo en regla. Sacando todo lo que la municipalidad nos pida y si nos ponen una multa estamos decididos a cancelarla”, expresó.
Madrigal aceptó que su padre fue pastor, pero que él actualmente sólo asiste a la iglesia y en su criterio hay un ensañamiento contra él y su familia.
“No sé por qué están haciendo esto, no queremos problemas, estamos trabajando pero a veces sentimos que no hay manera de llegar a un acuerdo”, expresó.