El costarricense Ernesto Núñez Chacón tiene 38 años, es trompetista y desde el 2010 es integrante de la 4.40, la banda del cantautor dominicano Juan Luis Guerra quien el pasado 14 de noviembre se ganó 4 Grammy más, para un total de 28.
Ernesto no se queda atrás, él es otro coleccionador de Grammy, 18 en total, la mayoría formando parte de la banda de Juan Luis Guerra, pero también fue parte de un Grammy ganado por Elvis Crespo, la cantante Milly Quesada y el grupo de música católica Alfareros.
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El tico, quien vive en Miami, Estados Unidos, estuvo presente en la gala de premiación de los Grammy Latinos 2024, hace menos de 15 días, tocando con la 4.40.
“Hay sueños que uno tiene toda la vida. Uno como tico, por ser de un país pequeñito y no tener una industria musical tan desarrollada, generalmente considera que este tipo de escenarios son muy lejanos.
“Es demasiado emocionante ser parte de producciones tan grandes y tan reconocidas incluso a nivel mundial. Me alegra mucho saber que estoy aportándole algo a la música. Jamás me imaginé con ser parte importante de la historia de 18 Grammy. Se siente muy bien”, nos contó el trompetista desde Miami.
-¿Es tan pura vida Juan Luis Guerra como dicen que es?
“Y más. Es un tipazo. Dentro de los artistas con los que he trabajado, que han sido muchos, es con el que mejor me he sentido, pero no lo digo solo yo, todos sus músicos así lo aseguran.
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“Tengo 15 años con Juan Luis y soy el que menos tiene de la 4.40, hay músicos con 25 y hasta 30 años tocando con él, porque es un ser humano extraordinario. Tengo un trabajo muy bueno, para un artista excelente. Siempre está pendiente de todos nosotros. Es supersencillo y él encierra lo que significa ser pura vida”, responde Ernesto.
-¿Cuál Grammy considera que costó más ganar?
“No tengo ninguna duda en responder. El del 2022 con el disco ‘Entre Mar y Palmeras’ de Juan Luis Guerra y fue porque estábamos superencerrados por la pandemia y se complicó toda la coordinación.
“En República Dominicana estuvimos encerrados hasta finales del 2022, había toque de queda, por eso nos tocó hacer todo el disco en el patio de la casa de Juan Luis. Hasta para reunirnos había que pedir permisos sanitarios”, aseguró.
Durante la pandemia al tico, a pesar de que los músicos de todo el mundo la pasaron muy duro económicamente hablando, no le fue tan mal porque él tenía un estudio de grabación en su casa y como todos los estudios estaban cerrados, por dicha el trabajito no le faltó.
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-¿Se aprende con Juan Luis?
“Demasiado y todos los días. Es un virtuoso de la música. Al trabajar con él las enseñanzas no paran, además, cuando uno dice en el ambiente musical que trabaja con Juan Luis Guerra, inmediatamente el ambiente se llena de respeto, los músicos y los mismos artistas te comienzan a ver diferente porque entienden que uno trabaja con uno de los más grandes”, confirma.
El trompetista de Purral
Ernesto nació en distrito de Purral del cantón de Goicoecha. Recuerda que creció con otro gran músico tico, Bernardo Quesada, otro purraleño, por eso siempre que se ven, sea en el país que sea, el saludo es: “¡Qué viva Purral!”.
-¿Cómo comenzó con la trompeta?
“El profesor Alfredo Barquero (quien ya falleció) estaba recién armando la Banda Municipal de Guadalupe. Tenía como ocho años y don Alfredo le daba a uno el instrumento que había en ese momento y no había muchos, me tocó la trompeta.
“Recuerdo que se venían las procesiones de Semana Santa, por eso me enseñó poquitas posiciones y me llevó a hacer bulla en las procesiones con mi trompeta, no tocaba nada, pero él me tuvo paciencia y me enseñó a enamorarme de la trompeta. Nunca más en mi vida toqué otro instrumento, amo la trompeta”, recordó.
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Es un purraleño de hueso colorado, de esos que estudiaron en la Escuela Vitalia Madrigal y en el Colegio Anastasio Alfaro (El Tacho).
“Es cierto que soy de una zona complicada y que bien se pudo terminar en malos pasos, lo que sucedió que la música nos alejó de todo eso.
“No teníamos tiempo para andar de vagos y pensando en tonteras. Siempre al salir de clases había que ir a ensayar con la banda. Don Alfredo nos esperaba con mucho cariño y al final de su propia bolsa nos llevaba a todos a comer tacos. Él nos cuidó mucho para que no nos metiéramos en malos pasos”, aseguró.
Por estos días de noviembre del 2024, Ernesto está fajado dándole a un nuevo disco suyo de música instrumental centroamericana. No había podido avanzar por tanto trabajo con la 4.40.
“Voy a tratar de dedicarle todo diciembre al nuevo disco para terminarlo. Con Juan Luis volvemos hasta enero, no tengo mucho tiempo, por eso hay que correr”.