Muchísimas personas sueñan con tener casita propia, pero en este país cada vez es más caro comprar o construir.
Sin embargo, ahora en el país hay una opción que no solo es barata, sino que le posibilita a los dueños vivir en la zona que quieran.
Se trata de las minicasas rodantes que construye Greivin Calderón, vecino de Alajuela y pulseador desde que tenía nueve años.
Greivin comenzó a construir las casitas móviles en el 2011, pero fue hasta en marzo del 2020 que, durante su participación en la Expoconstrucción, se le abrió un nuevo panorama y chaneó las casitas para que quedaran bien coquetas.
“Al principio las hacía planas y sencillas, porque creía que eso era lo correcto al tratarse de casas dirigidas a personas de escasos recursos, pero luego me di cuenta que estaba equivocado y que más bien puliéndome en el diseño, podía honrarlos y darles una casa bonita y al alcance de su presupuesto”, comentó Greivin.
Las viviendas son construidas con una base de acero galvanizado para dar un mejor soporte, forradas en madera y hasta antisísmicas.
“Podrían ser solo de madera, pero para garantizar que duren más y aguanten el estado de las calles ticas sin desarmarse, se construye mejor el esqueleto en hierro galvanizado”, contó el fabricante.
Aunque durante el último año estuvo detenida la fábrica por efectos de la pandemia, el alajuelense no se quedó quedito.
“En la región no hay ninguna escuela que dé clases de cómo se construyen estas casas, por lo que empecé a prueba y error, aunque sí tenía conocimientos en construcción, porque trabajo desde tercer grado de escuela, que fue hasta donde estudié”, dice Calderón.
Si usted se antoja de una puede estar seguro de que podrá engancharla a su carrito --mínimo motor 1.200 cc-- e irse de paseo a la playa, la montaña o dónde guste, sin estrés de que le hagan un parte, pues tiene las luces y reflectantes necesarios para circular por todo lado.
“Mientras no pese más de cuatro toneladas, no sobrepase los 2,5 metros de ancho y los 3,5 metros de alto, puede andar tranquilamente por las calles del país”, explicó el manudo.
El empresario dice que puede rajar que tiene en sus manos el proyecto habitacional más barato del continente.
Todo empezó cuando don Greivin se hizo un cajón para jalar sus herramientas por todo el país, ya que él viajaba mucho para ayudar a personas que necesitaban una silla de ruedas.
Él, donde fuera, iba y se las hacía, pero para no estar pagando hotel o alquiler, le puso techo a ese cajón y le sirvió de cuarto para dormir y así se ahorró mucha platica en hospedajes.
Dice que ese primer cajón no tenía puertas, ni ventanas y así se lo compraron.
Se hizo otro y también se lo llevaron, ya a la cuarta vez que le pasó dijo, ‘pero diay, ¿qué es esto?’ y así empezó.
“Me di cuenta de que era Dios el que me guiaba”, aseguró.
Fundación
Además de la empresa que creó para construir las Casas Pura Vida, don Greivin creó una fundación para ayudar a personas con discapacidad, él les repara o les construye una silla de ruedas con los materiales que le van quedando de las viviendas.
Antes de la pandemia hacía entre seis y siete casas al mes, lo que le permitía sacar adelante su programa social, que ahora cobijó bajo la Fundación Pro Bienestar fisico y habitacional.
Con esa fundación busca, además de seguir donando sillas de ruedas, regalar casitas a familias que las necesiten, aulas para dar clases o consultorios para que los médicos que quieran donar su tiempo en un pueblo alejado, como reservas indígenas, tengan dónde atender a los pacientes.
Juntos, pero no revueltos
Todo inicio de un matrimonio es duro y muchos viven con sus padres o suegros porque no tienen para un alquiler y menos para comprar una casa propia, pero entonces, si hay un espacio en el patio, podrían comprar una casita rodante y tener la privacidad de su hogar mientras logran acomodarse.
Los minicampers, que son los más pequeños, tienen espacio para dormir, cocinar, servicio sanitario y ducha.
“Se los fabricamos a su gusto, medida y presupuesto y con materiales de calidad y nuevos. Tienen una habitación con fregadero, tanque de agua, sofá, cama matrimonial y al ser con techo plano, puede ponerle una escalera para que acampen los chiquillos en el techo”, explicó don Greivin.
Él lo hace en la forma que usted quiera y como están muy de moda los camiones de comida, hasta podría hacerle una ventana para vender comidas rápidas.