Un estudio habla clarísimo: el vapeo no ayuda tanto a abandonar el hábito de fumar.
La investigación hecha en Estados Unidos determinó que esos aparatos, que se han puesto de moda en Costa Rica, tienen el mismo impacto que otras herramientas para dejar el tabaco. ¿Estará el estudio en lo cierto?
En Costa Rica el IAFA lo ha señalado. Esos dispositivos nacieron no con el fin de colaborar en el cese del fumado, sino para poder fumar en los lugares donde está prohibido el tabaco. Según el IAFA, casi ocho de cada diez personas que los utilizan regresan al cigarrillo común.
Entre esos números está una herediana con la que hablamos. Hace tres años intentó dejar de fumar y se compró un vaporizador, pero dice que no le sirvió para nada. Lo usó tres meses y volvió a fumarse sus casi seis cigarros diarios.
En su casa creen que sigue usando el vaporizador en el trabajo, pero lo tiene escondido en una gaveta del escritorio, a la par de la cajetilla de cigarros.
“No me sirvió para nada. Lo intenté con mucha fe, pero es que el vaporizador no se parece en nada al cigarro, tal vez es que ya uno está adicto a la nicotina y como eso es lo que el vaporizador quita, en mi caso no funcionó. Me habría gustado decirle que sí, que fue todo un éxito, que llevo tres años de no fumar, pero no fue así”, nos dijo la fumadora.
LEA MÁS: (Video) La seguridad tiene su precio cuando se cocina con gas
Este caso va muy de la mano con los resultados del estudio, publicado esta semana en el Periódico de Medicina de Nueva Inglaterra. Fue patrocinado por el Vitality Group, que ofrece programas de salud y bienestar corporativo (conocidos como wellness).
Los resultados comprobaron, como dijimos antes, que los vaporizadores tienen el mismo impacto que otras herramientas para dejar de fumar. Lo único que funciona es pagarle a la persona para que no consuma más cigarrillos.
Hay quienes dicen que el estudio no ofrece resultados definitivos y que no comprobó rigurosamente su efectividad, sino que solo comparó los cigarrillos electrónicos con otros métodos entre 6.000 fumadores a los que se les ofreció ayuda para dejar el hábito.
Los cigarillos electrónicos “no aumentaron la cantidad de gente que deja el hábito comparado con, básicamente, no hacer nada”, dijo Scott Halpern, médico de la Universidad de Pensilvania. “La mejor forma de ayudarlos a dejar el cigarrillo es ofrecerles dinero”.
El estudio
Los cigarrillos electrónicos son aparatos que funcionan con pilas y evaporan la nicotina. El estudio registró automáticamente a los fumadores de los programas de "wellness" de 54 empresas y pidió a quienes no querían participar que no lo hicieran. Solo 125 desistieron. Entre los demás, la gran mayoría no participaron activamente, pero sus resultados fueron también computados.
Quienes hicieron el estudio dicen que ofrecer plata para dejar de fumar les resulta más barato que otros métodos a las empresas y que un fumador le cuesta a las empresas de Estados Unidos entre $3.000 (¢1,8 millones) y $6.000 (¢3,6 millones) anuales más que un no fumador.
A belemita sí le funcionó
David Abrams, de la Universidad de Nueva York, se quejó de que el estudio no tomó en cuenta cuánta gente usó las herramientas a su disposición.
“No puedes decir que un tratamiento no funcionó si nadie lo usó”, expresó Adams, para quien los cigarrillos electrónicos son “lo mejor que ha surgido en diez años para ayudar a la gente a dejar el hábito” .
LEA MÁS: Carlos Alvarado le pone freno a la viajadera en avión
Y parece que así es para Jorge González, de Belén, quien tiene cuatro años de usar vaporizador y no fumarse un cigarro.
“Mi vida ha cambiado desde que uso vaporizador: mi condición física pasó de pésima a excelente, mi boca no huele mal, mi ropa no huele mal, ya no sudo olor a cigarro y hasta mi vida social cambió por completo.
“Me encanta vapear, lo disfruto y lo recomiendo. Fumé ocho años y ahora llevo la mitad de ese tiempo usando vaporizador, de hecho, ahora me repugna la gente que está fumando cigarrillo a mi lado, antes no”, aseguró muy feliz.
El director del IAFA, doctor Luis Eduardo Sandí, recordó que el vaporizador no tiene respaldo de la ciencia para ser considerado un método alternativo contra el fumado.
“Es cierto que a algunas personas les ha funcionado, pero este aparato lo que hace es que la persona inhala y le meta nicotina al cuerpo, en menor cantidad, pero la mete".