Ailyn Castro Araña, una mujer no vidente, fue la responsable de guiar a todos los católicos durante la misa en la solemnidad de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago.
A ella le tocó el puesto de monitora y si bien al principio, según nos confesó, se sintió algo nerviosa, hizo muy bien su servicio a la Negrita.
Es lectora en las misas desde el año 2000 y desde el pasado 4 de julio le informaron que le tocaría ser la monitora en una de las misas más seguidas del año por todos los medios de comunicación y los católicos, la de la celebración a la patrona de Costa Rica. ¿Qué hace un monitor? Brinda pequeñas explicaciones previas a momentos como las lecturas, lee las peticiones entre otras cosas.
Cuenta Ailyn que ella perdió la vista cuando estaba en segundo año de colegio, pero eso no le impidió sacar su bachillerato en el Liceo José Joaquín Vargas Calvo, ir a la universidad y graduarse como licenciada en Relaciones Internacionales con énfasis en Política Exterior y Diplomacia en la Universidad Nacional (UNA), después de que llevó Generales en la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Guerrera
Ella ganó todas las batallas para cumplir sus metas en las aulas, pero esas no fueron las únicas, la salud también la obligó a volverse a poner la armadura y luchar duro, en esta ocasión por su vida.
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Doña Elizabeth Araya Monge, la mamá, recordó que después de graduada en la universidad, su hija comenzó a enfermarse a tal punto que sus dos riñones dejaron de funcionar por completo. “Ella estuvo en fase terminal por nueve meses. Ya no viviría más”, le dijeron los doctores a la madre.
Pero las ganas de vivir y sus fuerzas ante la adversidad siempre han sido las que marcan el camino de Ailyn, claro, como nos explica, siempre agarradita de Dios y de la Virgencita de los Ángeles. Un primo le donó un riñón y el trasplante fue exitoso.
“Un 14 de noviembre ella volvió a la vida. Anduvo con cubrebocas todo un año antes de que todo el mundo lo usara por la pandemia. Un año y tres meses después del trasplante volvió a la universidad y terminó su licenciatura.
“Ella es un testimonio de vida de que todo se puede, porque a pesar de estar casi muerta, Dios le devolvió la vida 9 meses después, un 14 de noviembre”, aseguró doña Elizabeth, profundamente llena de orgullo.
Bien preparada
El país entero pudo ver a Ailyn dando la bienvenida a la misa e interviniendo con mociones y peticiones.
Si bien alguno pudo notar que ella es no vidente y que todo lo que leyó estaba en lenguaje Braille, al que ella pasó cada partecita que le tocó leer, eso que nadie pudo ver es lo que la convierte en una verdadera guerrera y triunfadora.
“Me preparé muy bien. La coordinación para este 2 de agosto fue con el padre Fabricio (Sánchez), con quien me estuve reuniendo. El 11 de julio me dio la hojita para poder pasar las lecturas en (lenguaje) Braille y fue mi mamá quien me dictó las lecturas para que yo las pasara.
“El 18 de julio tuve ensayo con él (el padre Fabricio) y con Fabián Fallas (sirvió como asistente este 2 de agosto) con quienes practiqué lo que tenía que leer”, nos contó Ailyn.
Esta triunfadora de la vida es lectora de tiempo completo, por eso siempre compra los libros de “La lectura de cada día” para poder pasar a lenguaje Braille las lecturas que le tocan, porque tiene la maquinita especial que se ocupa. Siempre es la mamá quien le dicta.
Algo de nervios
¿Estaba nerviosa? Entre risas responde que “al principio”. “Aunque una tiene experiencia y haya estudiado Relaciones Internacionales, siempre te da miedito”, reconoció esta vecina de Montes de Oca.
De la celebración por la solemnidad a Nuestra Señora de los Ángeles le gustó todo, asegura que fue una experiencia muy enriquecedora. “Es la primera vez en mi vida que sirvo en una misa de monitora. Fue una experiencia muy bonita y de mucho aprendizaje.
“Varios sacerdotes, entre ellos el padre Miguel Rivera (cura párroco de la basílica), se me acercaron para decirme que lo había hecho bien, estaban muy contentos. Soy la primera persona no vidente que participa en una misa del 2 de agosto en Cartago”, confirmó.
Los fines de semana, Ailyn tiene la agenda bien llenita porque es lectora en barrio Pinto y en la iglesia de El Carmen en San José, además, en la basílica en Cartago. “Paso los fines de semana de un lado para otro sirviendo”, comentó.
Escogió la carrera de Relaciones Internacionales porque le gusta todo lo que tiene que ver con historia, relacionarse con las personas, negociación, comercio internacional, estar en eventos. Actualmente hay varias cámaras del país que la invitan a sus actividades, como la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
¿Hay limitaciones? “Con la ayuda de Dios, confiando en él, en nuestra madre María, el apoyo de los familiares, amigos y todo el equipo que se haga, se puede salir adelante. El servicio (en la iglesia) es una forma de agradecer a Dios por todo lo que le da a una, especialmente por el regalo de la vida. Confiando en Dios todo se puede lograr.
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“Para servirle a Dios uno no piensa en la discapacidad porque todos somos instrumentos y podemos colaborar. Todos tenemos dones, cuando juntamos esos dones se puede lograr un mundo mejor”, respondió.