Una tica, que vive en barrio Holanda en Sabana Sur, amante del café, la olla de carne y además, una excelente portera y nadadora, representará a Costa Rica como como jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Se trata de la jurista Nancy Hernández López, quien fue electa este viernes para este importante puesto, en unas elecciones que se efectuaron en el marco de la 51 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos. La Magistrada Hernández asumirá su cargo a partir del próximo año y se mantendrá hasta el 2027.
La elección se dio en la primera ronda de votaciones, de entre siete candidatos, con un amplio apoyo de la región.
El Gobierno de Costa Rica postuló a la jueza Hernández a inicios de este año, después de que la señora Elizabeth Odio anunciara que no optaría a la reelección.
Nancy actualmente es magistrada y cuenta con una amplia trayectoria de 34 años en cargos relacionados con la defensa y promoción de los derechos humanos, incluyendo funciones como jueza constitucional de la Corte Suprema de Justicia en los últimos ocho años.
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En su candidatura insistió en su visión de contribuir al fortalecimiento, legitimidad e independencia de la Corte, a su mayor transparencia y eficiencia, así como la promoción del diálogo con los Estados, las víctimas y la sociedad civil con el fin de conseguir una justicia más cercana.
Esta es la cuarta candidatura exitosa de Costa Rica, al haber sido electa el año pasado Jossette Altman, como Secretaria General de la FLACSO; Marco Feoli, a la Subcomisión para la Prevención de la Tortura, y Sergio Ugalde, como juez de la Corte Penal Internacional.
Papá la orientó
En una entrevista que le hizo La Teja a doña Nancy en febrero pasado, cuando se dio a conocer su candidatura para el puestazo, ella contó que no nació abogada, por el contrario, su primera pasión fue ser veterinaria y la segunda, bióloga marina, sin embargo, su papá (don Rodolfo Hernández, ingeniero agrónomo, quien tiene 85 años), le dijo que por qué no lo intentaba con las leyes, porque él le veía madera para abogada.
Ella le preguntó por qué y él le contestó que era la única hija que para pedir un aumento de la platica que le daba por mes, le hacía una carta bien justificada de los motivos para pulsear dicho aumento.
Por dicha le hizo caso al papá, porque fue en leyes donde encontró la pasión de su vida: la defensa de los derechos humanos.
La magistrada Hernández es máster en Derecho Público, máster en Derecho Tributario, licenciada en Derecho y profesora en la Universidad de Costa Rica, por lo que tiene con qué luchar ese puesto tan importante a nivel internacional.
“Es un gran honor poder representar a un país que tiene una tradición en la lucha y el respeto por los derechos humanos, yo estoy muy ilusionada”, dijo en aquella ocasión.