Cumpliendo con el estricto protocolo legislativo que manda vestir de negro en la sesión solemne del primero de mayo de cada año, un misingo muy especial se paseó este martes por la Asamblea Legisltiva y de una vez disparó todas las alertas de los más creyenceros, quienes comenzaron a decir que ese gatico era nada más y nada menos que un presagio de los próximos cuatro años.
Pero los nuevos diputados capotearon al gato y su posible mala vibra porque unos no creen en cuentos de marcianos y otros porque le ponen de frente a la virgencita de los Ángeles. Otros más están convencidos de que la mala suerte, o la buena, no dependen del misingo sino de los 57 legisladores.
El diputado liberacionista por Cartago Luis Fernando Chacón, quien además es bendito entra las mujeres porque fue el único hombre electo en el directorio legislativo, de una vez advirtió que él no cree en malas señales gatunas.
“En el camino de la vida tenemos de todo, gatos negros y gatos blancos, pero estoy convencido de que lo positivo que atraemos a nuestros rumbos es con fundamento en el trabajo y la entrega. Frente a un gato negro de la mala suerte legislativa hay que poner trabajo. No hay mala suerte para quien se esfuerza todos los días”, dijo Chacón.
Para la diputada Franggi Nicolás, también liberacionista pero por Puntarenas, el gato negro quedó anulado porque desde la primeritica sesión de trabajo se demostró que hay un grupo de diputados con sed de trabajo; además, resaltó que haya 26 mujeres en el primer poder de la República.
“A pesar de que soy de una provincia muy creyencera en esas cosas como lo es Puntarenas, creo que la mala suerte del gato negro no pegó porque se comenzó a hacer todo con buenas vibras. Ante gatos negros, grandes retos, ante supuestas malas suertes, hechos y trabajo.
“Como yo soy católica me encomiendo siempre a la virgencita de los Ángeles y al Espíritu Santo, con ellos de mi lado no hay gato negro que valga. Las señales negativas o positivas no las trae un gato negro, se dan en el plenario aprobando o no los proyectos que ocupa el país para avanzar”, dijo la porteña con mucha seguridad.
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De eso nada
Para el pastor y abogado de Restauración Nacional Eduardo Cruickshank, de Limón, un gato negro un primero de mayo no significa que haya que ponerle el sello de domingo siete a los 57 diputados que se estrenaron este martes.
“Como hijo de Dios no soy supersticioso. Para mí un gato negro es solo eso, un gato negro. La Asamblea tiene que demostrar con trabajo que no hay gato negro que valga, además, me parece que un gato negro es superlindo, yo quiero mucho a los animales, tengo perros y gatos", afirmó el caribeño.
Según la diputada Ivonne Acuña, también de Restauración Nacional, lo más lindo fue que el peludito demostró que es bien respetuoso y que se las sabe todas en cuanto al protocolo. “Ese gato llegó vestido para la ocasión, eso hay que respetárselo, se ve muy coqueto. En estos momentos el país ocupa que pensemos todos en positivo y no hagamos caso de lo que podría verse como una mala señal”, dijo.
Otro liberacionista, Carlos Ricardo Benavides, se la jugó como un gato con su respuesta. Demostró que para él siempre el vaso está medio lleno porque cuando le enseñamos la foto del minino dijo: “no soy supersticioso, no veo en un gato negro algo negativo, prefiero ver que apareció un gato con siete vidas y eso sí que es una buena señal para nosotros los diputados”.
Le consultamos al politólogo Gustavo Araya, quien estaba en la Asamblea breteando tieso y parejo, sobre la foto gatuna y de una vez nos convenció de que en efecto el gato negro sí se paseó en el plenario legislativo y fue un diputado del Partido Republicano Socialcristiano, Dragos Donalescu.
“En su lucha por ganar la segunda secretaria del directorio, Dragos no logró convencer el grupo suficiente de diputados para que lo apoyaran, por andar ajustando cosas a la carrera, quiso decir tanto que no dijo nada convincente y le salió muy mal la jugada... para que me entienda, no puso ni las manos. Por eso es que a mi criterio fue el gato negro del primero de mayo”, afirmó Araya.
Al final, el felino, que es parte de una gran cantidad de peludos que viven en la Asamblea, se portó como uno de los diputados salientes, Abelino Esquivel, cuando vio peludo el asunto solo se dejó ver para una foto y después se fumigó solito.
Mala vibra
Como ningún alumno dice que se va a quedar el primer día de clases, le consultamos al vidente Minor Khayyan para ver qué opinaba él de lo que podría significar el paso del lindo gatito y su respuesta no es para nada alentadora.
"Para mucha gente es de mal augurio, podríamos pensar que van a presentarse muchos problemas en la Asamblea y discusiones. Al pasar (el gato) da una señal de que hay una energía en la que la Asamblea va a estar pesada", dijo Kahyyan.
Según el experto, una vez que un gato negro pasó, ya no hay nada que hacer, por lo que él lo que les recomienda es que trabajen muy duro para que las cosas salgan bien y tratar de llevar la fiesta en paz durante estos cuatro años.