A Vilma González se le vino el mundo encima cuando se dio cuenta que se le había perdido una cartera en la que tenía ¢700 mil de un préstamo que había sacado para hacerle un cuarto a sus hijos. Pero entonces apareció un ángel que le devolvió la paz y lo más importante, la platica.
"Yo digo que fue un ángel, no una persona, quien me trajo la cartera", aseguró con emoción.
Y puede que tenga razón porque que esta vecina de Pérez Zeledón no sabe ni su nombre, ni su número de teléfono, también desconoce cómo hizo para encontrar su casa, ni dónde halló la billetera. Lo único que sabe es que se trata de una señora que llegó en un carro blanco, un color que se asocia con esos seres celestiales.
Ni idea de dónde quedó
Para entender bien toda esta bonita historia nos tenemos que devolver unos poquitos días en el tiempo. El pasado lunes don César Prado, esposo de Vilma, sacó un préstamo en el banco para poder hacer un cuartito más en la casa.
"Yo tengo dos hijos, un hombre y una mujer de 9 y 8 años, y ya pelean mucho. Por eso sacamos el préstamo para hacer un cuarto más y separarlos. Él sacó el préstamo y me dio la plata porque me dijo que conmigo estaría más segura", recordó.
Todo iba muy bien hasta el miércoles, cuando la cartera con las siete tejas desapareció.
"Los que me conocen saben que soy medio atarantada. Ese día simplemente fui de mi casa al edificio de la escuela de la Sinfónica de Pérez Zeledón a dejar a mi hijo y de nuevo a la casa.
"Al día siguiente (jueves) fui a un juicio y necesitaba la cédula, cuando revise el bolso me di cuenta que no tenía la cartera", comentó.
De inmediato se puso a hacerle mente a los lugares que había ido el miércoles, pero no se le ocurría dónde pudo perderla. Incluso pensó que pudo haberla extraviado desde el martes y por eso fue a lugares que visitó ese día. Pero nada.
"Mi esposo me decía que ahora íbamos a quedarnos sin cuarto, sin plata, con una deuda y sin chance que nos dieran otro préstamo. Fueron horas mortales", aseguró la generaleña, quien para ganarse una platica extra saca fotocopias en su casa a la gente que llega a hacer trámites al Cosevi de Pérez Zeledón, que esta al puro frente de su casa.
Su último recurso fue publicar en Facebook su caso a ver si la persona que la encontró era de buen corazón y se la devolvía.
Simplemente llegó
Ella confiesa que perdió la fe de recuperar el dinero porque en la publicación de Facebook muchos se burlaban de lo que le pasó. Pero por dicha la gente estaba muy equivocada y la historia tuvo un final feliz.
"Yo estaba en la casa y en eso parqueó al frente un Toyota Hilux blanco y se bajó una señora que se veía muy humilde. Me dijo que si yo sacaba copias y luego me preguntó que si yo era la muchacha que había perdido la cartera.
"Cuando le dije que sí, me empezó a preguntar si andaba algo importante en la cartera, en ese momento empecé a llorar y le conté lo que andaba. Luego me consultó que de qué color era y cuando le respondí ella metió la mano en su bolso, la sacó y me preguntó que si era esa", contó.
De inmediato Vilma empezó a llorar con muchas más ganas, pero ahora de la emoción y su hija empezó a pegar brincos de la alegría. Lo único que acató a hacer en ese momento fue abrazar a su ángel y darle las gracias.
"Ella solo me dijo: 'Tranquila, haga su cuartito'. Tenía una gran sonrisa", recordó.
Fue tal la emoción que no le preguntó el nombre, teléfono ni dónde la encontró.
"Ella definitivamente fue un ángel. Yo aún sigo sin saber dónde la perdí, si en la calle o una parada", comentó.
No hay duda que el cuartito que construyan siempre le recordará a Vilma esta anécdota y en su corazón siempre existirá un profundo agradecimiento con su ángel.