Una estatua de un centinela de los X Men que lucha contra unos mutantes es uno de los juguetotes más caros que se pueden ir apartando desde ahora pero que disfrutará a partir de enero del 2021, es decir, vendría siendo más bien como un regalo del Día de Reyes, del 6 de enero.
La figura es de colección y aunque estará disponible hasta dentro de poco más de un año, como es tan caro, apenas está a tiempo para irlo apartando ya que cuesta un millón doscientos cincuenta mil colones.
Los pedidos ya se pueden hacer en preventa con una adelanto de ¢100 mil en efectivo o por transferencia.
Está disponible en la tienda Animé Planet que se ubica en Curridabat.
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Pese a lo caro, ya en Costa Rica hay dos personas que están haciendo fila por el centinela, que en el el cómic o historieta es un robot gigante.
El juguete mide 90 centímetros de alto y está montado en una base o plataforma rectangular de 83 cm de largo y 42 cm de ancho. En total pesa 32 kilos.
Armando Cháves, del departamento de Ventas de Anime Planet, explica por qué ese centinela resulta tan cariñoso.
“Es una estatua con mucho detalle, como en la textura, que parecen telas pero es una resina. Se ve muy bien trabajada y además, es muy pesada y entre más pesada más impuestos paga. Es un trabajo artístico muy elaborado”, dijo.
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El centinela se basa en un historieta de los X Men de los años noventa en la cual, los humanos malos construyen robots para cazar a los mutantes, en este caso, a los que son buenos.
Cháves explicó que esos mutantes salieron en una de las películas de los noventas de la serie llamada ‘Días del futuro pasado’ pero que está basada en el comic.
El vendedor añadió que en esa línea de precios hay varias piezas de colección y el centinela es de los más caros, pero otros jugueticos pueden costar más.
“Por ejemplo, hay un Deadpool que cuesta más de un millón y medio, pero está en escala real, o sea 1:1, mide más que algunas personas. Algunos han hecho ofertas, está en la tienda como exhibición”, explicó.
Añadió que esos juguetes están enfocados para un público muy específico, que pasaron una niñez o una juventud viendo este tipo de series y que hoy tienen dinero.
“Buscan atrapar un mercado que en la infancia vieron series bonitas y les regalaban cositas pero la economía de los papás no daba para lo más sofisticado. Hoy, apuntan a esa nostalgia de personas con poder adquisitivo que recuerdan esas cosas que veían en la tele”.
Armando dijo que el máximo de clientes que lleguen a comprar el juguete será de cinco y ya dos lo apartaron.
Fiebrazo
La Teja pudo hablar con uno de los ticos que sacó los ¢100 mil y se apuntó a la preventa. Dijo que la economía no da para comprar el juguete de un solo tiro, que la tienda da facilidades y lo ve como una inversión a futuro. Es un fiebrazo de comics, de series y películas.
Contó que le encanta este centinela por los detalles. “Me fijo en el movimiento que tiene la figura. Hay estatuas que uno ve pero no tienen ese realismo, esta particularmente llama la atención por esa realidad”, comentó Kinley Mena.
En su caso, dice tener unas seis mil piezas, no todas tan valiosas y aún no ha hecho el cálculo del valor. Eso sí, las tiene contadas y aseguradas.
“Cuando tenga unos 45 o 50 años tal vez lo venda todo para hacer un viaje o para algo que le quede a uno, pero que no sea material. No es como un carro que solo genera salidas. Los coleccionistas van a querer luego estas piezas y si está en buen estado y la caja está intacta pues adquieren más valor”, explicó Mena.
Dijo que guarda las cosas en su cuarto, los primos le ayudan a acomodar y le piden alguno prestado para jugar.
Otro fiebrazo de esta nota es Cristopher Camacho, quien explica que para un coleccionista con capacidad económica, vale la pena comprar el centinela. Añadió que será un tiraje de tres estatuas.
“Son cosas que valen la pena, llaman la atención. Son tirajes pequeños, unos 1500 en el mundo y numerados, al venir de esa forma, van adquiriendo más valor con el tiempo. Pero si usted se va a comprar uno para quitar cosas importantes, como la alimentación o ir al gimnasio, entonces no. Yo lo estoy pensando”.
Dijo que esos bichitos pueden funcionar como un ahorro y dio un ejemplo. “Un amigo tenía una colección buenísima y tenía una enfermedad terminal. Entonces, vendió su colección y le dejó el dinero a su pequeña hija, fue una gran herencia. Él ya murió”, dijo.