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Cada año las empresas gastan millones en publicidad, pero para los ticos no hay mejor publicidad que un descuentazo.
Así quedó demostrado este miércoles cuando las presas se volvieron más grandes y la gente abarrotó los restaurantes de pollo frito Popeyes. Esta cadena de comida rápida ofreció una promo en la que por ¢3.300 se podía llevar ocho piezas de pollo.
El descuento de casi un 50% motivó a los compradores a hacer fila por más de una hora y esperar para llevarse el pollito a la casa, tanto en cajas como en los auto servicios las filas parecían interminables. "En varios restaurantes cerramos hasta una hora más tarde por la gran cantidad de personas que asistieron a comprar" detalló Ivón Gómez vocera de la compañía.
Gómez asegura que varios estudios hechos por la empresa demuestran que el tico si ve un descuento bueno compra, aunque no tenga plata o no esté dentro de su presupuesto. Este hábito es aprovechado por ellos y otros comercios para hacer lo que ellos llaman el día del descuentazo.
El año pasado tuvieron una situación similar y trataron de prepararse mejor pero las presas y las filas llovían como los comentarios positivos o negativos en redes sociales, porque la cantidad de gente que asistió superó lo que esperaban.
Mónica González comentó, en redes sociales, "como siempre hay gente que se queja de todo. A nosotras nos fue súper bien", otros comentarios fueron más sarcásticos como el de Sonny Cheung "Gracias por el Día Nacional de las Presas de Pollo".
Quedados en educación financiera
Roxana Morales, economista de la Universidad Nacional, explicó que este tipo de situaciones demuestran que aunque los ticos piensan que están haciendo una compra inteligente muchos están cometiendo un error común en administración: comprar por impulso.
Morales explicó que en el caso del pollo frito o el de los woks de Automercado, la semana pasada, la gente se avalanza porque ve solo el tema de precio "rebajado", aunque en muchos comercios lo que hacen es inflar precios para dar una falsa sensación de descuento.
"No se hace un análisis real del beneficio o la necesidad de lo que quiere comprar porque lo que se podrían estar ahorrano se fue en las horas de espera o en la gasolina que consumió en las filas" explicó.
Para la especialista no es un asunto de que el tico tenga poco dinero y quiera aprovechar un día o una promoción para darse un gustico, la situación económica no es tan grave.
Es más bien la necesidad excesiva de consumir y la falta de análisis de lo que lo que sí puede pagar o si el descuento realmente le genera un beneficio porque muchos no pagan de contado sino que estas compras, no urgentes, pueden sumar más a la deuda de tarjetas de crédito.
Para el sociólogo de la Universidad Nacional, Guillermo Acuña, la gente responde a un llamado del mercado que busca activar formas de consumo mediante el uso de herramientas de publicidad y mercadeo.
"Hace efecto en la población para que cosas que se consumen regularmente y de manera tradicional se vean como novedosas, por ejemplo el pollo frito se puede comprar en cualquier esquina en este país pero la gente prefirió esperar horas para comprar el que estaba en descuento" insistió Acuña.
Según el especialista, las casas comerciales establecen una serie de ganchos para vincularse, no es casual, fue una estrategia deliberada y tenía la intención de generar una situación de consumo particular, que dio como resultado lo que pasó el miércoles.
Afirma que, además, el tico volvió "natural" estar en una fila o en un presa tres horas de su vida.
