Los ticos somos buenos para mandarnos sabroso y le entramos a todo, pero sin duda la debilidad de los ticos son los helados.
Así quedó demostrado por la firma Euromonitor International, una consultora que elabora un estudio anual en 13 países sobre el mercado lácteo.
Según el estudio cada tico come en promedio 2,8 litros de helado al año, lo que nos convierte en el país centroamericano donde más se come este frío postre.
A nivel latinoamericano estamos en segundo lugar, solo nos superan los chilenos que comen 7,7 litros por persona, y estamos por encima de Uruguay con 2,7 litros por persona y Guatemala con 1,2 litros.
Eso quiere decir que cada costarricense se gastó en el 2016, año en el que se realizó el estudio, ¢15 mil en helados, un montón de dinero si lo comparamos con los últimos lugares de la lista, Argentina con ¢800 (0,7 litros por persona), México con ¢2.200 (0,9 litros por persona) y República Dominicana con ¢1.650 (0,5 litros por persona).
Más de un siglo de relación
Esta relación de los ticos con los helados no es nueva, el mejor ejemplo de esto es la familia de don Álvaro Mora Jiménez, la cual tiene más de 117 años de acumular historias llenas de sabor.
En 1901, su abuelo, “Lolo” Mora, se inventó una receta que sigue enamorando clientes hasta el día de hoy.
“En este momento hay helados hasta para tirar para arriba, de toda variedad, marca y sabores. La nuestra es una tradicional que tiene más de 100 años en el mercado. Se caracteriza por ser un helado tradicional, hecho a base de leche entera, especias naturales como la jamaica, nuez moscada, clavo de olor, canela, vainilla y el azúcar, diferenciado de cualquier otro porque no contiene químicos”, contó Mora.
La familia conservó la tradición que empezó el abuelo para el helado de sorbetera y los barquillos, todo es hecho por ellos y la receta se mantiene como un tesoro familiar.
Estos riquísimos helados forman parte de la historia del Mercado Central de San José, lugar donde se ubica la tradicional heladería “Donde Lolo Mora”
La clave está en la familia, don Álvaro cuenta que en los primeros años era normal ver a parejas que se casaban en la iglesia de La Merced llegar al Mercado Central, dejar a las mujeres y los niños en la heladería, mientras los hombres se iban a la cantina que estaba cerca a echarse un tapis.
Así se ha “heredado” el gusto de quienes chiquillos se comieron un helado de sorbetera y ya cuando crecieron llevaron a sus propios hijos a comer y así ha sido a lo largo de los años.
“En el invierno gracias a Dios gozamos de muy buena clientela, aunque ya a las 5 de la tarde baja, en las mañanas es excelente sobre todo los sábados, días de pago y fines de mes”, comentó don Álvaro.
Los helados son tan populares que son la parada obligatoria de los candidatos a la presidencia cuando andan buscando votos cada cuatro años y de los turistas, quienes llegan a visitar el negocio porque vieron la historia de la heladería en internet.
La paleta del éxito
En los últimos años los helados caseros, o artesanales para que suene más caché, se volvieron a poner de moda, gracias al pegue de Los Paleteros con su heladora estrella la Chuchilleta.
Enrique Artiñano, gerente general de Los Paleteros, explicó que lo que buscaron fue aprovechar un elemento que fuera muy propio del costarricense y fue así que como agarraron el popular churchill, que todos comemos en el Puerto y convirtieron en un helado.
“Quisimos hacer algo diferente, que no había y que no se pudiera comprar y así hicimos la churchilleta, la paleta de arroz con leche, otro inspirado en el confite Rossana y todos los demás sabores relacionados a la idiosincrasia tica”, comentó Artiñano.
El éxito contagió a muchos y como dice este empresario, la ventaja es que en Costa Rica aunque llueva siempre hace calor y por eso nunca es mal momento para saborear un heladito.
Los Paleteros crecieron como la espuma, arrancaron su negocio en el 2015 y empezaron a vender paletas por medio de las redes sociales, ahora tienen 32 heladerías propias por todo el país, 11 máquinas de autoservicio y 100 congeladores que tienen en comercios que venden sus deliciosas paletas.
Dos Pinos se pellizcó
Al hablar de la historia de los helados en Costa Rica, sin duda, hay que dedicarle un capítulo aparte a la Dos Pinos.
Helados como el Krunchy y el Trits son verdaderas leyendas dentro de los postres ticos, pero la empresa lechera se dio cuenta que al tico le gusta ir en familia o con la pareja a las heladerías y que si solo ofrecían sus productos en los supermercados la competencia se los llevaría en banda.
Fue así como nacieron las heladerías La Estación en el 2017, que se ubican en los centros comerciales Escazú Village; en Multiplaza Curridabat; Ciudad del Este, en Lomas de Ayarco; Plaza Real en Alajuela y el puritico centro de Chepe, en la plaza de La Cultura.
En este nuevo negocio la Dos Pinos se animó a innovar y ofrecen productos como el Krunchy taco o el Sushi helado.
Para terminar de engolosinar a su clientela lanzaron en supermercados helados como Guayabita y Tapita.
Sin embargo, Francisco Arias, Gerente Sénior de Relaciones Corporativas y Ganaderas de Dos Pinos, confesó que al Krunchy nadie lo baja del trono y sigue siendo el rey.
Helados con apellido
Es ya casi una obligación visitar las redes sociales de la Pops para fijarse cual es el apellido del día.
Estas heladerías le han hecho frente a la competencia con su popular promoción en la ofrecen descuentos al apellido del día.
Pero es casi imposible esperar que le toque el suyo para ir a probar productos como la banana split, el sundae, el parfait, frappé y los fruit mix (batidos de frutas naturales).
“El helado Pops es un antojo que se disfruta a cualquier hora del día, pero principalmente en la tarde y noche hay mayor demanda. Nuestras heladerías abren algunas desde las 10 de la mañana y otras desde las 11, cerrando a las 10 p.m. Los viernes y sábados nuestras heladerías con autoservicio amplían el horario hasta la medianoche”, comentó Tatiana Rojas, vocera de Pops.
El resto de la gente la conquistan con el servicio express y los productos que colocan en supermercados, Rojas explicó que los fines de semana es cuando más tienen que trabajar para comercializar sus 30 sabores de helados y nieves que fabrican desde hace 50 años.