Una familia tica que se encuentra en Francia forma parte del grupo de personas que ayer mostró su apoyo al gallo Maurice, acusado por sus vecinos por cantar demasiado temprano.
Los costarricenses están en tierras europeas visitando a unos amigos y se hicieron presentes en las afueras de la sala de juicio, sosteniendo pancartas con el mensaje: “Nos importan nuestros gallos”.
Además de los manifestantes, Pompadour y Jean-René, un pollito y un inmenso gallo, también mostraron su apoyo a Maurice y a su dueña, Corinne Fesseau.
La audiencia preliminar se llevó a cabo en el tribunal de Rochefort, al suroeste del país europeo. La cita, que estaba prevista inicialmente para el 6 de junio, se realizó este jueves y las autoridades decidieron que el juicio será el próximo 5 de setiembre.
Maurice estaba “cansado” y por eso no estuvo presente en la audiencia, como tampoco sus denunciantes, una pareja de jubilados y vecinos del gallo durante las vacaciones que pasan en la isla de Oleron.
Unas 155.000 personas firmaron peticiones en los últimos meses en apoyo de Maurice. Bruno Dionis du Séjour, alcalde de la pequeña localidad de Gajac (suroeste), promueve que los ruidos del campo sean clasificados como “patrimonio nacional” francés.
Insólito juicio
El gallo, quien vive con su dueña en la isla de Oleron, un lugar turístico ubicado al suroeste francés, se ha convertido en un símbolo de la “resistencia” rural en Francia y hasta ha sido portada del New York Times.
Su cacareo al alba molesta a los propietarios de una residencia vecina, en la localidad de Saint-Pierre de Oleron. Para el abogado Vincent Huberdeau, que representa a los demandantes, no es un juicio de “la ciudad contra el campo. Es un problema de perjuicio sonoro. El gallo, el perro, la bocina, la música...”, argumentó.
Insistió en que no se trata de un conflicto entre “ciudadanos y campesinos”. “Mis clientes no reprochan al gallo que cante, solo pretenden estar tranquilos entre las 6:30 a.m. y las 8:30 a.m.”.
Al respecto, Julien Papineau, que defiende a la propietaria y a su gallo, dijo estar estupefacto y añadió que los gallineros siempre han existido y que de 40 vecinos, solo molesta a dos.
“El campo tiene derecho a sus ruidos. El gallo tiene derecho a cantar, los gallos no cantan desde las 4:30 a.m. indefinidamente.
“Mi gallo no me molesta. Canta y me digo que está muy bien, ¡que viva la naturaleza!”, agregó Fesseau, la propietaria de Maurice.
Para llamar la atención
Mauricio Jiménez, de la Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA), explicó que existen dos teorías sobre el canto de los gallos.
“Ellos tienen un reloj biológico y por eso cantan a ciertas horas. Una de las teorías es que el canto es una forma de llamar la atención, mostrar su fuerza y demostrarle a los demás que está ahí. Otro tema es que como en Europa hay 4 estaciones, los gallos posiblemente ocupen tiempo para acomodarse al ciclo, ya que las horas de luz varían dependiendo de la estación”, expresó.
Jiménez indicó que alguno gallos pueden vivir en promedio 4 años, todo depende de la especie.
“Los que se crían para consumo suelen vivir menos tiempo, mientras que un gallo casero puede vivir 4 años o más”, comentó.
Por otro lado, la veterinaria Laura Castro manifestó que estos animales desarrollan su canto después de la pubertad.
“El inicio de la vida adulta de los gallos se asocia con la aparición de la cresta. Este es un comportamiento relacionado con la reproducción, pues ellos se colocan en lugares altos y allí empiezan a cantar, así demuestran a los demás que allí tienen a sus gallinas, para ellos es como una forma de marcar su territorio”, afirmó.
Castro señaló que en el país no se pueden tener gallos en la ciudad, porque suelen cantar a tempranas horas de la mañana.