La pandemia no solo está dejando a su paso rudas consecuencias económicas, muertes, y hospitalizados. Las secuelas se ven hasta en el pelo.
La Teja tuvo la posibilidad de acceder al testimonio de dos personas que han visto cómo han perdido muchísimo cabello durante la crisis provocada por el covid-19.
Una de ellas es una chica, de 29 años, que prefirió que resguardáramos su identidad.
“Uno siempre sabe cuánto cabello tiene y es capaz de medir si perdió volumen y además percibe la pérdida cuando se lo lava.
“En mi caso, la pérdida acelerada inició en abril, mes en el que ya empezamos a ver las consecuencias de la pandemia y, se agudizó en mayo cuando me redujeron la jornada laboral a la mitad y seguí con los mismos gastos. Esta noticia me generó muchísima ansiedad, teniendo estas consecuencias físicas.
“Comprendí que debía buscar ayuda porque mi cabello se redujo al cincuenta por ciento o tal vez más. Cada vez que me lo lavaba perdía muchísimo, a tal punto que una vez llené una bolsa de sándwich con el que se cayó. Igualmente, la funda de la almohada quedaba llena de cabellos”, comentó la joven.
Ella decidió buscar ayuda cuando empezó a verse un pequeño agujero en la parte frontal de la cabeza.
“Llegó un momento en el que no quería verme en el espejo o sentía un temor terrible de lavármelo, hasta el punto de llorar. Además, lidiar con los comentarios de las personas de mi burbuja. Ellos, sin mala intención, me indicaban que el problema era real.
“Mi cabello es muy importante para mí y pensar que llegaría al punto de verme más huecos en el cuero cabelludo me asustaba mucho”, comentó esta joven, quien primero recurrió a un tratamiento macrobiótico, pero no le sirvió. Luego prefirió buscar un especialista.
También escuchamos el testimonio de Francisco Rodríguez, de 32 años.
“Yo sufro de ansiedad generalizada y con la pandemia todo se complicó. Sufrí episodios de colitis, insomnio, contracturas musculares y ahora aumento en la pérdida de cabello”, aseguró este hombre, quien empezó a ver pelo en su cepillo como nunca antes.
Rodriguez indicó que sentía ansiedad al no saber si se iba a contagiar de covid, si se contagiará algún ser querido, si estará en cuidados intensivos, si perderá su trabajo o si vendrá o no la vacuna.
Reconoció que esta situación ha influido enormemente en su autoestima y que le da pena hablar de eso. También dejó de subir fotos en redes sociales porque la última vez le hicieron comentarios y bromas.
Problema en crecimiento
Según han determinado los especialistas, el confinamiento y distanciamiento social ha empezado a pasarle la factura a la salud capilar de los costarricenses, especialmente a las mujeres.
El estrés y ansiedad provocados por la situación actual, sumados a la falta de sueño, cambios de rutina y dinámica de alimentación han alterado la cantidad de hormonas del organismo y esto ha traído como consecuencia la caída del cabello y el adelgazamiento del pelo nuevo que va saliendo.
Así lo explicó Mauricio Mora, dermatólogo especialista en tricodermatología (rama de la dermatología que estudia el cabello y sus enfermedades), quien asegura que con la pandemia han aumentado las consultas relacionadas a alopecias (caída de cabello) en sus diferentes formas: caídas difusas, las relacionadas a problemas hormonales o las que tienen que ver con el estrés.
“Los seres humanos somos individuos diseñados para vivir en grupos sociales y con la separación y el distanciamiento se producen altos grados de estrés y otras afectaciones sicológicas como la ansiedad y depresión; lo que desencadena un efecto en la función y el comportamiento del sistema inmunológico, afectando las cédulas madre productoras del pelo”, explicó el especialista de clínica Tricoderma.
Según el doctor Mora, lo habitual es que se pierdan unos 100 cabellos al día; sin embargo, como consecuencia de estos factores el número de cabellos perdidos se triplica y la recuperación es más lenta.
Formas de evitarlo
El primer paso es acudir a un especialista para determinar qué factores están relacionados con la caída y de esa forma encontrar el tratamiento adecuado y personalizado.
Algunas recomendaciones son:
Estrés: Como medida preventiva el especialista insiste en la importancia de disminuir el estrés, por lo que recomienda practicar ejercicio físico y realizar actividades que levanten el estado de ánimo.
Lavado: la higiene es fundamental para cuidar la salud capilar y con el aislamiento se dan cambios en las conductas habituales y algunas personas olvidan o consideran poco necesario el lavado del cabello. El lavado se recomienda mínimo 4 veces por semana en pelos normales y todos los días en pelos grasos.
Alimentación: una dieta rica en proteínas y minerales mejora la salud del cabello. El zinc, por ejemplo, colabora con el metabolismo de las células madre. Algunos alimentos ricos en zinc son carnes de cerdo y de res, chocolate negro, arroz integral y huevo.
Evite tratamientos químicos.
“La mayoría de los casos no son graves y tienen solución. El tratamiento adecuado, tiempo de recuperación y resultados dependerán de cada paciente”, agregó el doctor.