A Rafael Sequeira Garza le duele profundamente ver la situación que vive ahorita Afganistán. Él vivió cinco años en ese país y tuvo que dejarlo precisamente por un ataque terrorista dirigido por talibanes.
Él aún tiene contacto con afganos y la incertidumbre que viven es enorme, ya que no saben qué pasará en los próximos días.
Aunque la violencia siempre ha estado presente en ese país asiático, desde el 15 de agosto anterior en Kabul, capital de Afganistán, se vive un verdadero caos, ya que Estados Unidos mandó a sacar las tropas que mantenía ahí desde el 2001, luego del ataque terrorista ordenado por Osama bin Laden que causó la destrucción de las Torres Gemelas, en Nueva York.
Durante 20 años el país norteamericano trató de controlar a los talibanes, un grupo de rebeldes que aseguran ser patriotas y basan su vida en el cumplimiento estricto de la religión, pero usan la violencia a diestra y siniestra.
Cuando Donald Trump estuvo en el poder firmó un acuerdo para sacar las tropas estadounidenses de Afganistán, pero fue hasta ahora que se llevó a cabo el mandato. Al actual presidente del país norteamericano, Joe Biden, no le hizo nada de gracia que Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, abandonara su nación ante la inminente toma del poder por parte de los talibanes y mandó a sacar a los soldados.
Desde entonces Kabul está tomada por los talibanes y miles de afganos están aterrorizados y tratan de salir del país a como dé lugar, incluso algunos murieron en un intento desesperado de salir del país agarrados al fuselaje de los aviones en los que evacuaron a extranjeros.
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La Teja entrevistó a Rafael Sequeria para conocer cómo fue su experiencia mientras estuvo en ese país y contó que llegó al país asiático por motivos laborales.
— ¿En qué años vivió usted en Afganistán?
Estuve allá del 2012 al 2017 y tuve que salir por un ataque terrorista que acabó con la vida de varias personas de mi equipo de trabajo.
Soy arqueólogo y trabajo para la Unesco, me dedico a participar en proyectos de rescate patrimonial en riesgo y he estado en países como Irak, Libia, Corea del Norte, Afganistán y ahora la India.
En el caso de Afganistán el rescate de piezas es complicado porque los talibanes destruyen cualquier tipo de imágenes antiguas porque para ellos todas esas cosas son pecado, así está escrito en el Quran, el libro sagrado de ellos.
5
— años estuvo Rafael en Afganistán
— ¿Cómo era la vida en ese país cuando usted llegó?
Siempre ha habido violencia, el día que llegué a ese país ametrallaron el carro en el que iba luego de que me recogieran en el aeropuerto. Los tiroteos y las explosiones ahí son cosa de todos los días.
Le tienen a uno restringido ir a las casas de afganos por el riesgo que eso representa, cuando lo llevan a uno de un lugar a otro tiene que ir en carros blindados y con escolta y todo. Igual los supermercados, se va a los que están blindados, por decirlo así, vigilados.
En el trabajo también hay que tener mucho cuidado, nuestro campamento estaba cuidado por soldados estadounidenses y siempre antes de empezar las excavaciones tenían que hacerse revisiones para descartar que hubieran colocados explosivos durante la noche.
Recuerdo que en 2013 hubo un aumento en los enfrentamientos entre talibanes y estadounidenses y tuvieron que sacarnos un tiempo. Cuando regresamos la cosa se tranquilizó un poco, pero siempre había tiroteos. Luego de eso llegaron a decirnos un día que había muchos extranjeros en el campamento y eso aumentaba el riesgo de que se dieran secuestros, así que de cuarenta extranjeros quedamos solo cuatro.
— ¿Cómo son los afganos?
Son personas con una educación muy básica, es como si aquí en Costa Rica educaran a las personas solo con el catecismo, por eso tienen una visión muy limitada del mundo y una forma muy radical de pensar.
Las mujeres no salen de la casa a trabajar ni nada así, cuando uno va a visitar a alguien ellas se van a encerrar a un cuarto y si tienen que salir lo hacen todas tapadas, así es su cultura.
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— ¿Cuándo empezó a complicarse aún más la situación con los talibanes?
En el 2016 se calmó un poco el ambiente, pero en el 2017 volvieron con más fuerza los ataques y hasta Isis aumentó su presencia, entonces no eran solo los talibanes peleando contra los soldados estadounidenses, sino ahora ellos dos peleando contra Isis también.
En estos 20 años que estuvieron las tropas de Estados Unidos en Afganistán los talibanes aprendieron que ellos solos no pueden, necesitan apoyo internacional y por eso es que en los últimos años se han sentado a negociar con otras naciones como Rusia, China y también representantes estadounidenses, todo eso les ha dado un mejor posicionamiento y hasta influyó en la victoria que tuvieron ante el gobierno de su propio país.
— ¿Qué piensa al ver todo lo que está pasando allá?
Me duele mucho, sobre todo porque aún estoy en contacto con la gente de mi equipo y muchos tienen miedo y sobre todo incertidumbre.
— ¿Qué piensa que pasará en el futuro?
Siento que de alguna manera tendrán que encontrar una solución interna en ese país. Ellos son fuertes y yo espero que lleguen tiempos mejores.
Según he leído, en esta última semana ha habido menos muertes que en una semana normal de los últimos cinco años, es cierto que se están dando ajusticiamientos, pero ya los talibanes no están peleando contra Estados Unidos porque ahora ellos tienen el poder, entonces hay menos tiroteos, claro, eso no quiere decir que justifique lo que está pasando.
Pienso que a futuro la peor parte la llevarán las mujeres, los pocos derechos que habían ganado desaparecerán.
— ¿Volvería a Afganistán?
Sí, claro que lo haría, hace tres días precisamente me preguntaron si volvería a trabajar ahí y dije que sí. Ahorita estoy de paso en Costa Rica, pero en tres semanas volveré a la India, de igual forma me mantengo en contacto con mi equipo en Afganistán, espero que en verdad la situación mejore pronto.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, está en condición de refugiado en Emiratos Árabes Unidos. Desde ahí habló el miércoles pasado a través de su cuenta de Facebook y dijo a su país que tuvo que huír porque los talibanes lo estaban buscando para asesinarlo.