“La mañana del 13 de diciembre del 2002, ahí por La Sabana, iba en un carro de copiloto y un señor a exceso de velocidad se brincó un alto y nos chocó. Cuando me di cuenta ya me habían amputado totalmente la pierna derecha.
“Para ese accidente tenía yo ocho años y a partir de ahí me la tuve que jugar como Macgyver para volver a aprender a caminar con un solo pie, ayudado por muletas. Me la he tenido que jugar para ir de un lado a otro sin ser una carga para nadie”.
Este es solo un ejemplo de cómo el sancarleño de nombre Óscar Macguiver Gatica Jirón (así está oficialmente en el Registro Civil) se la ha tenido que jugar resolviendo situaciones que para muchos parecerían imposibles, tal y como Macgyver, el personaje de la popular serie de televisión de mediados de los ochentas.
Después del accidente pasó 4 años con sicólogos, porque entró en una depresión total al verse sin una pierna.
“Después de un accidente tan grande fue volver a nacer de nuevo, como un bebé, otra nueva vida, pero sin una pierna y aprendí a jugármela física y, sobre todo, mentalmente para salir adelante. Hoy día le digo, de corazón, que soy feliz con mi condición. No me hace falta la pierna derecha para ser feliz”, aseguró.
“Actualmente soy técnico informático empresarial graduado del INA (Instituto Nacional de Aprendizaje) ya que logré sacar un diplomado luego de tres años de estudiar mucho. Soy bachiller colegial desde hace 4 años.
“Claro, le estoy contando esas dos alegrías, pero para lograrlas me la tuve que jugar demasiado, ya que hace unos diez años, a pesar de que siempre me ha encantado estudiar, se me vinieron los días de vacas flacas, ya que me fui de La Fortuna de San Carlos a San José y pasé hambres muy fuertes”, asegura el luchador.
En medio de esos complicados días, se la jugó bonito con algo que escuchó en la calle sobre un lugar donde daban de comer a quien necesitara.
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Sin pensarlo mucho y entendiendo que era el momento de intentarlo, se la jugó y se fue para el barrio Cristo Rey, en San José, a buscar la sede de Obras del Espíritu Santo. Solo había escuchado un medio chisme, pero eso fue suficiente.
“Hace unos diez años resolví como MacGyver el hambre que me golpeaba. El padre Sergio Valverde me aceptó y en Obras del Espíritu Santo encontré el plano de comida que tanto necesitaba. Es muy duro vivir con hambre”, reconoce.
Una vez conoció al padre Sergio se la volvió a jugar y le tiró una chinita para que le ayudara en los estudios, porque no quería dejarlos botados y de una vez se la jugó pidiéndole techo porque no tenía dónde dormir.
“Otra vez me la jugué como MacGyver y le dije al padre que ocupaba ayuda para poder seguir estudiando, pero que ya no era solo comida, necesitaba techo y hasta ropa. No sabía si me diría que sí, pero me la jugué. Por dicha Obras del Espíritu Santo me abrió las puertas y pude seguir estudiando.
“Viví en Obras del Espíritu Santo como siete años gracias a que me la jugué y luché por mi futuro, ya que me vine desde San Carlos a los 14 años y la estaba pasando horrible antes de conocer al padre Sergio”, explicó.
-¿Cuál considera es el mejor MacGyver que ha hecho en su vida?
Le voy a ser bien sincero, porque eso lo he pensado varias veces, en lo que yo más y mejor me la he jugado como el personaje de televisión ha sido al alejarme de lo malo de la calle.
Cuando uno la pasa duro en la calle se le presentan muchas oportunidades para caer en los malos pasos, en los vicios, pero hice el mejor MacGyver al acercarme a un lugar que me cobijó y me cuidó.
De no haber encontrado esa mano amiga le cuento que no sé adónde habría ido a parar, lo más probable es que la calle me hubiese tragado completo”, responde, pero se quedó inquieto con esa respuesta.
-¿Siente que ese no fue en realidad su mejor MacGyver?
No. Lo que siento es que el mejor MacGyver es el que hizo Dios conmigo. Dios y la virgencita de Los Ángeles.
Soy de las personas que cree firmemente que uno siempre tiene un ángel que lo acompaña y lo guía, sobre todo cuando uno se mantiene en los caminos de Dios. Lejos de que yo siempre me la haya jugado en la vida como MacGyver, creo que Dios es quien siempre se la jugó por mí.
-¿Cómo hago para jugármela yo como MacGyver?
No se le olvide que las limitaciones más grandes del ser humano están en su mente. Las limitaciones más que físicas son mentales. Las grandes barreras nuestras están al decir no puedo. Todo se puede con Dios en el corazón.
-¿Se la sigue jugando en la vida o ya no?
Claro. Hice el MacGyver de aprender a jugar fútbol para amputados y le cuento que hoy día juego en primera división con el equipo de San Carlos, son delantero y ya el 2023 quedamos de subcampeones. No dejo de soñar en alzar el trofeo de campeón con San Carlos y ser parte de la selección nacional.
-¿Quién le puso el nombre, su papá o su mamá? y ¿le gusta el nombre o alguna vez pensó en cambiárselo?
Siempre me ha encantado llamarme Macguiver, jamás lo he escondido a nadie. Me lo puso mi mamá porque a ella le encantaba la serie, sobre todo el actor (Richard Dean Anderson). En lo absoluto me da vergüenza, es un orgullo ese nombre para mí. Jamás me lo cambiaría lo quiero demasiado ese nombre.