Andrés Mora es un costarricense que trabaja en el Centro Espacial de Investigación Ames de la NASA ubicado en California, Estados Unidos, y que pronto le dará una "manita" a los astronautas que estén en el espacio.
Mora, de 38 años, es ingeniero en robótica, tiene una maestría y un doctorado en esta rama en la universidad de Tohoku, Japón, pero desde el 2011 vive en la Yunai.
Lo que pasa es que él es parte de un ambicioso equipo de trabajo que en noviembre de esta año lanzará un robot (después de tres años de trabajo) que ayudará a que la vida de los astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) sea más sencilla.
Se trata de Astrobee, un “ser” que es capaz de caminar por su propia cuenta, de acomodar cosas y hasta de hacer inventarios.
Incluso, si lo ponen a hacer otras tareas las puede realizar, tales como pasar objetos o realizar reportes.
Por ejemplo, puede contar los alimentos que hay en la estación y registrar eso en una base de datos.
El trabajo de Mora fue diseñar el software que le dice al robot qué hacer. Dicho de otra forma, este tico fue la mente maestra para que esta máquina colabore con los viajeros espaciales.
Pero su trabajo no se limitó a eso, pues le ha tocado hacer de todo, ya que como él mismo lo dijo, esto le apasiona.
“Estas tareas para un astronauta son tediosas, le pueden restar tiempo. Con Astrobee estas tareas caerían sobre el robot y no sobre una persona que puede utilizar su tiempo en otras cosas más valiosas”, aseguró Mora.
Otro de los aspectos positivos es que las personas que están en la estación en Houston pueden solicitarle información al robot sin tener que molestar a los tripulantes de la EEI.
“Tiene siete cámaras, una de ellas envía información a la tierra. Él detecta obstáculos y tiene un brazo de tres dedos. Incluso, se puede poner de acuerdo con otros robots para para mover objetos”, afirmó el nacional.
Mora explicó que solo faltan unos detalles, pero que prácticamente todo está listo para que este proyecto, que lidera con profesionales de otras partes del mundo, salga de la Tierra.
“Nosotros estamos muy emocionados, a veces en el día a día uno no se da cuenta de la magnitud de lo que estamos haciendo, pero sabemos que es algo importante que va a ayudar a los astronautas que están en la estación”, comentó.
Astrobee es un cubo que mide 30 centímetros (de alto, largo y ancho), pesa un kilo y tiene una mano con tres dedos.
Todo ha sido aprendizaje
Más allá de su aporte y gran experiencia, Mora comentó que esta iniciativa lo ha hecho crecer y mejorar en cuanto a sus conocimientos.
“Mucha gente piensa que hacer cablecitos y conectar componentes son tonterías, pero esos son puntos muy críticos y delicados, uno tiene que ser muy detallista y preciso porque esto lleva una gran cantidad de requerimientos, esto no suena como una gran cosa, pero ayuda mucho a mejorar y a tener mucha paciencia”, añadió.
Sueño para jóvenes
Uno de los sueños de Mora es que los jóvenes de todo el mundo, pero en especial los de Costa Rica, puedan tener la oportunidad que él tuvo, pues considera que en el país hay mucho talento.
Él nos contó que en su caso tuvo el apoyo del astronauta Franklin Chang, con quien trabajo en el 2001, cuando tenía 20 años, en el Laboratorio de Propulsión Avanzada en el centro espacial Johnson.
“Yo le debo mucho, me ayudó mucho. Tuve la gran fortuna de trabajar con él en el laboratorio que dirigía. Gracias a él se me abrieron muchas puertas y yo siempre le voy a estar en deuda. Mi plan es hacer algo similar a lo que él hizo para ayudar a muchos más costarricenses”, aseguró.
Mora no se olvida de sus raíces e incluso vaciló diciendo que, como aficionado manudo, espera que este torneo que se viene puedan ser campeones.
“Hasta ahora nos fue medio bien, esperemos que con la Sele nos vaya mejor”, finalizó.