Kenneth Flores Sosa es un tico que vive en Miami y desde el fin de semana pasado arrancó con el operativo tamales 2024.
El tico vive en Miami y desde hace cinco años comenzó con su proyecto de “Tamales con propósito”. Todas las tandas de tamales que cocina tienen un objetivo muy solidario, ayudar a familias de escasos recursos de Costa Rica a que tengan una linda cena de Navidad o de Año Nuevo.
La receta para sus tamales se la dio y se la supervisa su mamá, doña Josefa Sosa, quien siempre le dejó muy claro que el gran secreto para un buen tamal es que la masa sepa bien sabrosa.
Él ha entendido tan bien el consejo que le compran tamales ticos los hondureños, gringos, mexicanos, puertorriqueños, venezolanos, nicaragüenses y cubanos.
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Mientras alistaba las hojas y los ingredientes para sus tamales, nos contó como nació la muy buena idea de vender tamales en Estados Unidos para ayudar a familias costarricenses y por qué ya lleva más de cinco años haciéndolos.
Lección de vida
“Hace 5 años, como yo digo, me atacaron las siete plagas: me divorcié, perdí mi trabajo y me enfermé bastante mal. Fue un año en el cual pasé situaciones muy difíciles las cuales me sirvieron de lección para entender que hay muchas personas que pueden pasar una muy mala temporada.
“En mi caso tuve muchas manos amigas que me ayudaron. Siempre hubo un familiar, un amigo o alguien que me ayudaba en ese año tan complicado. Comprendí que hay que ayudar. Tenderle la mano al que lo necesita porque una crisis se viene en cualquier momento y es una etapa durísima”, explicó.
Cuando más duro la estaba pasando, don Kenneth prometió que cuando encontrara un trabajo estable buscaría la forma de ayudar a los demás y de una vez pensó en darle una mano a gente de Costa Rica porque incluso desde Tiquicia le tendieron la mano.
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Tiene 62 años y llegó a los 18 años a Miami, en 1980, con el objetivo de lograr el tan anhelado sueño americano. Se fue, según él, por unos meses, pero ya van 45 años. Tiene 33 años de ser ciudadano americano. Se casó allá y tiene 2 hijas.
Ama Costa Rica
“Desde que llegué a este país he sido un fiel rescatador de las tradiciones costarricenses en cuanto a la comida y el baile. Soy un tico que pasa haciendo olla de carne, empanadas, chifrijo, picadillos, gallos de salchichón, en fin, todo lo que es la cocina tica. Mamá me enseñó y me encanta.
“Hace cinco años que se me ocurrió la idea de las cenas para personas con problema económicos, comencé vendiendo 50 piñas de tamales. Sentí que habían sido muchas piñas y terminé supercansado. Gracias a Dios para este 2024 comencé ya a preparar un poquitico más de 500 piñas.
“Comencé con la mirada puesta solo en las necesidades de ticos allá, pero ahora los tamales servirán para ayudar con cenas a gente de Nicaragua, Honduras, Panamá y República Dominicana. Es que hay muchas necesidades en nuestros países”, comenta.
Cada piñita de tamales que vende en Miami vale 8 dólares y el promedio por familia a la cual se le colabora para la cenita es de 50 dólares. Don Kenneth trata de que haya familias de todo el país. Este año hay familias que perdieron sus casitas por las inundaciones en Guanacaste, de Heredia, de Villa Esperanza de Pavas, Palmares y San Carlos, entre otros.
Solito
Todos los ingredientes de los tamales los pone él. Como la carne de cerdo está tan cara en Estados Unidos, también se ayuda durante el año vendiendo comida típica costarricense como tacos y empanadas y todo lo que junta lo guarda.
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“Ya comencé a hacer tamales y ya no paro como hasta mediados de enero porque la gente me sigue pidiendo. Incluso esta semana hago por las noches y yo mismo los voy a dejar. Los tamales que se vendan en enero o cualquier otro día del año, sirven para continuar ayudando familias porque si no es para la cena de Navidad o Año Nuevo, es para útiles en la entrada a clases.
“Compro todos los ingredientes solo y hago los tamales solo. Los momentos difíciles le enseñan a uno que se debe pensar en las demás personas. Si otras personas no hubiesen pensado en mí cuando más necesité, la habría pasado realmente demasiado mal. Hay que ayudar”, aseguró.
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Para seleccionar a quién ayudar, don Kenneth se agarra de fundaciones que le ayudan a identificar familias que necesitan ayuda y él les manda la platica para la cena.
Para muchos puede ser pura casualidad, que ya le tocaba o pura suerte, pero resulta que desde que don Kenneth comenzó con sus “Tamales con propósito” no le ha hecho falta trabajito ni el dinero para hacer los tamales, de hecho, es chofer en lo que él llama una empresa excelente en la cual lo tratan muy bien.