El mundo entero está esperando la vacuna contra el covid-19 y Rónald Vásquez, un tico radicado en Orlando, Estados Unidos, fue de los valientes que aceptaron participar en las pruebas.
Este josefino, oriundo de San Sebastián, se fue a Gringolandia hace 30 años y cuando oyó en las noticias locales que estaban buscando 30 mil voluntarios en todo el estado de Florida para aplicarse la vacuna, lo pensó por dos días y se animó.
Vásquez participa en el estudio de la vacuna que está desarrollando AstraZeneca y la universidad de Oxford. Le pidieron enviar toda su información médica para el proceso de selección y lo escogieron.
A él le aplicaron la primera dosis el pasado viernes 13 de noviembre y, según recuerda, debe regresar el 21 de diciembre para que le apliquen la segunda.
“Fui y ellos me hicieron un examen físico para ver si estaba bien, me preguntaron si sufría del corazón, de diabetes o cáncer, y al pasar todo el cuestionario que me hicieron, me dijeron que sí calificaba. Me hicieron la prueba PCR de covid-19 y esperé como 15 minutos, imagino que mientras salían los resultados”, recordó el tico.
Luego le explicaron todo lo relacionado con la vacuna y se la pusieron, esperó unos 20 minutos más a ver si no tenía reacciones alérgicas o negativas y lo mandaron para la casa con un seguimiento que durará dos años.
“Todos los días ellos me llaman o me escriben al correo preguntándome cómo estoy, cómo me siento. Si tengo fiebre o pérdida del olfato, cosas así por el estilo. Ahí me dieron como una tarjetita tipo cédula, que dice que estoy participando en un estudio y que, en caso de que presente algún síntoma, me vaya directamente para el hospital y me atenderían como si fuera VIP”, comentó el costarricense.
Por la humanidad
Rónald nos contó que decidió aplicársela porque viendo lo que estamos viviendo hoy día, alguien tiene que arriesgarse, ya que si no hay voluntarios, no hay pruebas, y si no hay vacuna, no hay cura.
“Yo lo veo como que estoy haciendo algo para mi propio bien, pero también para el bien de la humanidad. Mi esposa lo entendió y apoyó mi decisión”, recordó Vásquez.
Sus amigos le dijeron que ellos nunca hubiesen participado por temor, pero Rónald admite que se animó porque ya era la fase tres (la última para obtener los permisos), si hubiesen sido en las dos anteriores no hace nada.
“Me dijeron que por ser uno de los voluntarios, tengo prioridad sobre cualquier otra persona cuando la vacuna salga, en caso de que me hubiesen aplicado el placebo, porque no le avisan a uno qué le aplicaron”, explicó el valiente.
Hormigueo
Sobre si sintió algo al ponérsela, nos contó que los dos primeros días sufrió un pequeño dolor de cabeza y cansancio, luego todo bien.
“Al momento de la aplicación, sentí como si tuviera un hormigueo dentro mío, en el brazo, la pierna y otras partes del cuerpo. Sentí como si hubiese caminado tres kilómetros de lo agotado que estaba y a los 15 o 25 minutos ya se me pasó y estaba como si nada”, relató.
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El tico asegura que desde marzo, que regresó a Orlando luego de estar de vacaciones en Tiquicia, ha usado mascarilla, alcohol en gel, no se mete en tumultos y sigue todos los cuidados necesarios, solo el sábado se la jugó asistiendo al partido entre el Orlando City y el New York FC.
“Ese fue un fallo, pero valió la pena, lo hice porque ya tenía algo en mi cuerpo que de una u otra forma me va a defender un poquito. En Florida todos los días hay entre dos mil y tres mil casos, pero ya la gente no le pone mucha atención, queda en uno si se quiere cuidar o no”, comentó.
En ese país trabaja como camionero entre Orlando y Fort Lauderdale, ambos en el estado de Florida.
Rónald tiene 49 años, hace diez años se casó por segunda vez, es papá de dos hijos y, además, es hipertenso, lo que lo hace más vulnerable en caso de contagiarse de coronavirus.
Esta vacuna es una de las que adquirió nuestro país para aplicársela a 500 mil costarricenses y gracias a Rónald y los demás voluntarios que se han anotado en el resto del mundo, conocemos los resultados para que más personas la puedan usar de forma segura.
Así va el avance
La empresa británica anunció este lunes que tiene una vacuna con una eficacia media del 70% y en algunos casos del 90%, según los resultados provisionales de los ensayos hechos en Reino Unido y Brasil.
Tiene la ventaja, sobre sus competidoras, de usar una tecnología más tradicional, lo que la hace más barata y fácil de almacenar, ya que no hace falta que esté tan refrigerada.
Las vacunaciones, empezando por los trabajadores de salud y las personas vulnerables, deberían empezar a mediados de diciembre en Estados Unidos y a principios de 2021 en Europa.
Avanzan rápido para fabricar hasta 3.000 millones de dosis.
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