“Los ticos no tenemos ni la más mínima idea de lo que significa el sistema de salud pública de Costa Rica, cuando se sale del país y se pone la salud en riesgo se entiende lo privilegiados que somos… En estos tiempos de coronavirus me deseo a todo el personal de la Caja cuidándome”.
Ese es el deseo más grande que tiene la costarricense Kimberly Delgado Fernández, quien este lunes 11 días en cuarentena en un apartamento de San Juan del Puerto, un municipio español de la provincia de Huelva, Andalucía.
“En estos momentos es difícil estar lejos de la familia y la verdad es que sí, preferiría estar en Costa Rica, a pesar de que aquí (en España) tengo a mi novio y buenas amistades, creo que no hay nada como estar en tu tierra y sentirte resguardada por la familia.
“Además de estar con la familia me tranquilizaría poder utilizar un hospital en Costa Rica. En España nunca lo he utilizado (un hospital) y a pesar de que están haciendo una labor maravillosa, creo que preferiría ser atendida en Costa Rica, quizá porque conozco el sistema de salud y la verdad es que los ticos somos privilegiados”, asegura Kim, como le han dicho de cariño toda la vida.
Fuerza mental
No ha sido fácil para esta tica de 31 años, pasar encerrada tantas horas, y las que faltan, pero resume lo que vive así: “La cuarentena para mí es la responsabilidad individual y colectiva que debemos asumir en este tiempo de crisis”.
Eso sí, reconoce que también ella al principio de la crisis del coronavirus, en España, no le puso mucho cuidado y hasta se hizo la loca.
“Al inicio, personalmente, no le estaba dando mucha importancia, pero desde que nos dijeron que no podemos salir de casa, vi la gravedad del asunto”, dice.
Al entender lo mortal que es la enfermedad para los adultos mayores, a Kim se le arruga el corazón y se le quiebra la voz al estar tan lejos de sus abuelitas: doña Dora Fernández, la materna, y doña Dina Martínez, la paterna. Ambas tienen algunos problemitas de salud y le encantaría estarlas cuidando.
¿Cómo resume la cuarentena? Le preguntamos a esta tica que esta en el corazón de la crisis, ya que España e Italia han sido los países en Europa más golpeados por el COVID-19.
“Es necesaria y muy aleccionadora porque uno empieza a informarse de verdad sobre la gravedad del coronavirus; también es medio desesperante porque uno no está acostumbrado a estar tantos días y horas dentro del apartamento.
“Sin embargo, se ocupa mucha fuerza sicológica para ir día a día y no desesperarse con las informaciones, por ejemplo, de las redes sociales, que cada minuto son más y más negativas”, respondió.
Familia por Internet
También, le ayuda mucho a pasar las horas el conversar con la familia por Internet, su mamá, doña Kattia Fernández, le recuerda siempre un millón de veces que se lave las manos, su papá, don William Delgado, le repite que haga caso a las autoridades y que no salga para nada.
Tiene dos hermanos, Kenneth y Keilyn, a quienes extraña, así a la tica, mucho con demasiado.
La pandemia mundial ya le trajo consecuencias muy negativas en lo económico a esta tica de Concepción de La Unión de Tres Ríos.
“En lo que más me ha afectado es en el hecho de que comenzaría un trabajo nuevo en un hotel en Portugal y con el dinero que me iba a ganar pensaba viajar a Costa Rica en diciembre, es que tengo tres años de no ver a mi familia, pero ahora todo se ha parado y no sé qué va a suceder”, explica muy dolida.
No tiene ni idea de cuándo las autoridades españolas van a permitir que la gente vuelva a salir de sus casas, por los momentos, trata de ver los noticieros de la televisión, hablar con su familia en Costa Rica, hacer ejercicios, leer buenos libros y darle duro a su gran pasión: escribir.
Trabajadora social
Kim llegó a Europa el 17 de agosto del 2012 con el título de bachiller en Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica debajo del brazo. Logró una beca para hacer una licenciatura en el Instituto Superior de Servicio Social de Portugal y un año después, porque no le gusta perder el tiempo, logró la licenciatura.
La chiquilla que nació en “Conce” de Tres Ríos, estuvo en la escuela Fernando Terán Valls de la zona y el cole en el San Luis Gonzaga. Desde España y en cuarentena nos comenta que jamás olvidará las mejengas con sus amiguillos del barrio.
“En la plaza de “Conce” me encantaba jugar al fútbol con mis hermanos y sus amigos, siempre me ponía de delantera, pero no era muy buena haciendo goles; sin embargo, me encantaba el fútbol. La verdad, nunca fui mucho de muñecas”, recordó.
¿Para cuándo volver a Costa Rica?
“Tendré que esperar, con el coronavirus todo ha cambiado, el mundo ha cambiado. Espero sea pronto, eso sí, me falta mucho mi gente porque tres años sin verlos es mucho tiempo”.